Desde la pandemia, las instituciones españolas y las pymes se han dado cuenta de la importancia de estar digitalizadas para afrontar los retos que tienen por delante. Esta realidad, que amenaza la supervivencia de las empresas, se ha convertido en muchos casos en una oportunidad para desarrollar nuevas vías de negocio.

Si miramos de cerca el entorno empresarial en España, según el IEBS Business School, tan sólo una de cada cuatro empresas está totalmente digitalizada y el 15% de los negocios ni siquiera ha iniciado este proceso. En el sector del retail, esto no es muy diferente, pero la digitalización también está teniendo otras características.

Mientras otras industrias avanzan, en el ámbito del retail faltan servicios digitales avanzados para los consumidores españoles. Además, la mayoría de los nuevos actores han basado su modelo de negocio en la llamada gig economy, lo que ha propiciado malas condiciones laborales para sus repartidores y numerosas críticas por parte de las instituciones, los medios de comunicación y la opinión pública.

Ante esta situación, la respuesta sólo puede estar en la tecnología y, en concreto, en un nuevo canal de distribución para la compra diaria, el Quick Commerce, todavía desconocido en España y, sin embargo, ya denostado (¿denostado porque es desconocido?), y que, a mi parecer, tiene las respuestas que buscamos al proponer una 'digitalización honesta' del retail.

'Digitalización honesta' porque el modelo que proponemos responde a los tres principales agravios identificados en el comercio electrónico de alimentos actual:

  • Situación de los empleados y condiciones de trabajo

    Es el regreso del repartidor de pizzas de los años 80, el simpático estudiante al que a veces se le ofrecía una bebida o una buena propina como agradecimiento por su disponibilidad, porque la cantidad de recados no le estresaba, no tenía que correr para cobrar.



    Es la misma lógica que encontramos con el repartidor del Quick Commerce, asalariado, totalmente equipado y que, vinculado a la misma tienda del barrio, se convierte muy rápidamente en un habitual de la persona a la que entrega y con la que a menudo crea un vínculo social, como por ejemplo con las personas mayores para las que a veces es el único contacto del día.

  • Mejora de las ciudades donde opera

    Utilizar el servicio del Quick Commerce significa dejar el coche o la moto en el garaje para hacer la compra. También significa beneficiarse de un servicio de entrega totalmente eléctrico con motos o bicicletas que la empresa proporciona a sus repartidores y que la mayor parte del tiempo están aparcadas. De este modo, estás contribuyendo a ahorrar cientos de miles de kg de CO2 al año.

    Además, a diferencia de otras empresas que llegaron a España sin ningún tipo de tacto o relación con las instituciones y los vecinos, los negocios de Quick Commerce tienen como objetivo mejorar las comunidades en las que operan, manteniendo conversaciones activas con vecinos e instituciones para seleccionar la ubicación de las nuevas tiendas donde tenga más sentido para todas las partes implicadas. 

    Por último, el Quick Commerce significa luchar contra el consumo excesivo. Así, en la app, sólo pides lo que necesitas, aunque tengas que volver a hacer un pedido más tarde en el día si te has olvidado de algo o si llegan amigos de forma inesperada para un aperitivo o una cena improvisada

  • Apoyo a las pymes

    El Quick Commerce es, ante todo, un nuevo canal de venta, incluso para los pequeños proveedores en cualquier lugar de España, pero eso no es todo. Más allá del aumento del volumen de negocio, el Quick Commerce también permite que la marca gane legitimidad: el efecto que tiene la app permite que el producto gane rápidamente legitimidad, lo que para las pymes locales requeriría de presupuestos de marketing de los que no disponen.



    El 'visto en la app' unido al 'reseñado en el supermercado' significa para el consumidor que el producto es de confianza y, por lo tanto, legítimo para encontrar un lugar en su cesta de la compra (tanto virtual, como física).

    Esta relación con las marcas locales debería reflejarse también en la visibilidad de estos productos en la app. Al igual que los supermercados tienen rincones especiales para los productos de la región, ¿por qué no hacer lo mismo con las apps de las empresas del Quick Commerce?

El sector retail reclamaba una solución que se adaptara a los nuevos hábitos de la gente y a las demandas sociales (como la lucha contra el cambio climático y el menor despilfarro de alimentos), al tiempo que ofreciera un servicio de calidad a sus usuarios cuidando de sus empleados y vecinos. Esta solución se llama Quick Commerce.

*** Berker Yagci es director general regional para Getir en Europa.