Murcia ha arrancado el año fijando su vista más allá del territorio regional y nacional, e incluso continental, para estrechar todo tipo de relaciones con países como Uzbekistán, Catar o Emiratos Árabes Unidos.
Ya contamos en D+I que, con el país uzbeko, el gobierno autonómico, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (IMIDA), había colaborado activamente en un proyecto destinado a la implementación de la Estrategia de Desarrollo Agroalimentario de Uzbekistán 2020-2030.
La intención es transmitir conocimientos y habilidades referidas principalmente a la digitalización del sector agroalimentario, concretamente a sistemas de información agraria y digitalización de estadísticas.
Una relación similar es la que se ha establecido con Catar. Recientemente, se ha acordado un plan de trabajo para implantar en el emirato la tecnología 4.0 de las empresas de la Región de Murcia.
Así se desprende de las reuniones mantenidas por la consejera de Empresa, Empleo, Universidades y Portavocía, Valle Miguélez, con los responsables del Fondo Soberano y el Ministerio de la Municipalidad de Catar.
En dichos encuentros, en los que Miguélez estuvo acompañada por la embajadora de España en Catar, Belén Alfaro, y por el director del Instituto de Fomento (INFO), Joaquín Gómez, el gobierno regional mostró la capacidad de desarrollo e implantación de soluciones basadas en tecnologías de industria 4.0 por parte de las empresas de la región.
Otra reunión, en este caso aprovechando la Expo de Dubai, sirvió para que Murcia y Emiratos Árabes Unidos estrecharan relaciones para aumentar inversiones aquí y allí que puedan beneficiar a las empresas murcianas en su crecimiento.
Posicionarse como proveedor de tecnología
Es evidente que, además de la perspectiva de crecimiento económico que se busca para las empresas murcianas, también se busca esa transferencia de conocimiento hacia el exterior con la que Murcia intenta posicionarse como proveedor de tecnología en sectores señeros como la agricultura o la industria.
De momento, los contactos se han iniciado con éxito y, como demuestra el caso de Uzbekistán, las cosas marchan por el buen camino.
Pero no es menos cierto que, para que este tipo de relaciones empresariales y tecnológicas con el exterior puedan seguir surtiendo efecto, es necesario incrementar la conciencia disruptiva en edades tempranas.
Una masa escolar o universitaria que no sea ajena a todos los avances tecnológicos que se producen cada día en cualquier sector productivo servirá de alimento y motor para la economía innovadora del futuro.
Por eso, al tiempo que Murcia incrementa esos contactos con el exterior, está poniendo en marcha una serie de proyectos formativos con el objetivo mencionado.
Así, por ejemplo, el centro de formación profesional Politécnico de Cartagena acaba de incorporar la primera aula de tecnología aplicada (AtecA) en la Región de Murcia. Es un espacio que pretende asemejarse a un entorno de trabajo, con recursos propios de cada sector productivo, para lo cual cuenta con simuladores y otros elementos tecnológicos.
La consejera de Educación, María Isabel Campuzano, ha visitado recientemente el centro y ha inaugurado un aula destinada al alumnado de Formación Profesional.
La Consejería de Educación prevé crear este año seis aulas de tecnología aplicada, en las que invertirá un máximo de 55.000 euros por aula.
Formación profesional tecnológica
Las AtecA acogerán las últimas tecnologías como Realidad Mixta, Impresión 3D, Wifi-6, 5G-Fibra óptica, Internet de las cosas, visión artificial o conectividad entre dispositivos, entre otras. Además, dispondrán de conectividad de banda ancha ultra rápida de WiFi y fibra óptica; tendrán condiciones adecuadas de acústica e iluminación, distintas zonas de trabajo y diseño Wall-Art y contarán con espacios escalables, capaces de adaptarse a las necesidades temporales del alumnado.
Respecto al equipamiento, contarán con pantallas táctiles o proyectores de alta calidad; pizarra colaborativa, que permite al docente compartir contenidos en presencial y remoto; cámaras de alta definición para streaming; impresoras 3D; sistemas holográficos; sistemas de inteligencia artificial aplicada y sistemas de realidad mixta y virtual.
En la Región de Murcia existen cinco centros integrados de Formación Profesional públicos y otro en proceso de creación, que, por sus características, su distribución departamental y funcionamiento, se considera que deben ser los primeros centros que cuenten con un aula de tecnología aplicada.
La titular de Educación destacó "la voluntad de la Consejería de dotar de los mejores medios a los alumnos de Formación Profesional" y aseguró que "trabajamos diariamente para que la formación sea la más parecida a la que los alumnos pueden vivir en la realidad empresarial".
Por otra parte, el gobierno murciano ha revelado que la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca y Medio Ambiente, a través del Servicio de Formación y Transferencia Tecnológica (SFTT), formó directa o indirectamente a más de 9.000 alumnos durante 2021, cifra que casi duplica la de los 4.676 alumnos matriculados en 2020 y que está por encima de los 8.202 inscritos de 2019, año que se puede tomar como referencia por ser anterior a la pandemia.
El año pasado se llevaron a cabo 520 acciones formativas (270 en 2020), de las que 163 fueron propias del SFTT y las impartieron los Centros Integrados de Formación y Experiencias Agrarias (CIFEA), y las 357 restantes, supervisadas y homologadas por el SFTT, fueron impartidas por entidades de formación acreditadas.
El número de horas total destinado a la formación en 2021 se elevó a 10.871, frente a las 5.377 horas de 2020 y a las 9.406 horas que se impartieron en 2019.
Son datos que demuestran que la formación en tecnología, en este caso en el sector agrario, sigue al alza y está alineada con esa ola expansiva exterior que busca Murcia con sus relaciones bilaterales con otros países.
Las acciones formativas han abarcado las áreas de agricultura, industria agroalimentaria, ganadería, medio ambiente, gestión del agua, forestal, seguridad, sistemas de gestión y formación de formadores, entre otras.
Son actividades enfocadas a la innovación y al medio ambiente, a la mitigación del cambio climático, control de riego y nitrógeno en la producción agraria, buenas prácticas agrícolas y zonas vulnerables relacionadas con la aplicación de la Ley 3/2020 de Recuperación y protección del Mar Menor.
El desarrollo de estas actividades de formación tiene como prioridad la transferencia de conocimientos, la innovación en la agricultura, la viabilidad de las explotaciones, el apoyo a jóvenes, mujeres y hombres, agricultores, ganaderos o nuevos emprendedores, la competitividad de la agricultura con otros sectores y la implantación de nuevas tecnologías, entre otras.