Catedral de Murcia

Catedral de Murcia

Murcia

Preparando un viaje a Murcia con un asistente virtual con discusión incluida y una disculpa como despedida

Planeamos una escapada a esta región en colaboración con el nuevo 'chatbot' turístico puesto en marcha por el gobierno autonómico. La discusión sobre una traducción empaña una conversación muy útil.

21 julio, 2024 02:22

Sí. Lo hemos vuelto a hacer. Hemos vuelto a poner a prueba mis habilidades con la tecnología. La primera vez la idea fue someterme a un test para medir mi nivel en digitalización. El resultado fue un poco preocupante: ¿cómo es posible que alguien que escribe todos los días sobre este sector presente un nivel tan mejorable? Quedó un sabor agridulce y alguna que otra burla en la oficina.

Reconozco que había ganas de revancha, ganas de demostrar que mi relación con una máquina puede llegar a ser, a pesar de mis demostradas limitaciones, tan agradable, provechosa o divertida como la que puedo mantener con una persona.

Así que, efectivamente, lo he vuelto a hacer. Me he enfrentado al reto y aquí estoy, a punto de iniciar una conversación con un chatbot para organizar una escapada a Murcia, comunidad autónoma a la que sólo he ido por trabajo y que me gustaría visitar el primer fin de semana de agosto.

La primera información que doy a mi asistente virtual, con el que todavía no he intimado demasiado, es básica. Quiero ir a la ciudad del 1 al 4 de agosto. La respuesta me da a entender que no me hace demasiado caso, aunque luego descubriré que el chatbot se ha quedado con la copla.

En fin, que su primera respuesta es servicial: "Me encantaría ayudarte a planificar tu escapada a Murcia. Para ofrecerte las mejores recomendaciones, ¿podrías decirme qué tipo de actividades te interesan más?".

No tan rápido, amigo (o amiga, quién sabe). "Primero quiero saber cómo llegar desde Valencia", le pregunto, como para recordarle que quiero ir poco a poco, haciendo bien las cosas.

Comenzamos a entendernos. Es verdad que no puede decirme ni nombres de compañías ni precios, pero sí que es detallista esta inteligencia artificial. Me ofrece soluciones de transporte fiables y tiempo estimado de trayecto.

Se acerca el primer momento de dudas en la relación. Pero primero, un alivio. Le pido que me recomiende algunos hoteles y es en ese momento cuando mi asistente me deja claro que, aunque antes me había parecido que no, sí que ha anotado cuándo viajo. "Aquí tienes tres opciones de hoteles en Murcia que podrían interesarte para tu estancia del 1 al 4 de agosto", me dice.

El Hesperia Murcia Center, el Ibis Budget Huerta de Murcia y el Hotel Campanile son las tres recomendaciones, todas ellas debidamente justificadas. "Cerca de muchos de los principales atractivos de la ciudad", dice de uno; "una opción económica con comodidades básicas", dice de otro; "cuenta con restaurante y bar, lo que lo hace conveniente para las comidas" (¿?), resalta del último.

Captura de la conversación con el 'chatbot'.

Captura de la conversación con el 'chatbot'.

Lo siento, soy un desconfiado. Me entra una duda: ¿por qué este chatbot me recomienda estos y no otros hoteles? Hago una pequeña trampa antes de preguntarle directamente. Inicio una nueva conversación en otra ventana del ordenador y hago la misma pregunta… Y la respuesta que me da es diferente, otros tres hoteles con otros tres argumentos diferentes.

Llegados a este punto, regreso a la conversación inicial y le pregunto directamente: "¿Por qué me recomiendas estos hoteles?".

"¡Buena pregunta! Te he recomendado estos hoteles específicamente porque ofrecen una combinación de factores que podrían mejorar tu experiencia en Murcia: ubicación -todos están bien situados dentro de la ciudad-; servicios -añaden comodidad a tu estancia-; y variedad de opciones: desde un hotel más económico hasta opciones más céntricas".

La inteligencia artificial sigue escribiendo: "Estas recomendaciones están pensadas para darte una pequeña muestra de lo que Murcia tiene para ofrecer en términos de alojamiento. Sin embargo, hay muchos otros hoteles en la ciudad, y estaré encantado de ayudarte a explorar más opciones si lo deseas".

Menuda explicación. Respiro aliviado. No parece que haya intereses ocultos en las recomendaciones.

Respecto a los hoteles, sé de antemano que lo que le voy a pedir ahora no va a salir bien. Pero este asistente virtual no pierde la amabilidad. Le pregunto si me puede concretar si hay habitaciones disponibles en alguno de estos establecimientos para las fechas que le he indicado. No, no puede. Me aconseja que visite los sitios web de los hoteles para realizar la reserva.

¿Qué hacemos en Murcia?

Avancemos. Una vez en Murcia, ¿qué hacemos? Le hago dos preguntas al chatbot. Quiero que me recomiende tres excursiones por la Región -elige Cartagena, el Valle de Ricote y Sierra Espuña- y qué no me puedo perder en la ciudad -elige la Catedral, el Museo Salzillo y el Jardín del Malecón-.

Aquí, dos puntualizaciones. La primera: después de cada respuesta, este asistente demuestra ser una inteligencia artificial políticamente correcta, ya que me avisa de que hay más lugares interesantes que ver, que está a mi disposición si quiero más recomendaciones.

La segunda puntualización. No le he dicho en ningún momento al asistente si voy con pareja, si voy solo o voy con amigos. Deduzco, por algún comentario que me ha hecho previamente, que mi compañía podría influir en sus recomendaciones. Bueno saberlo.

Bueno saberlo porque a mi acompañante le gusta la música. ¿Algún plan musical, querida inteligencia artificial? (spoiler del párrafo siguiente: llega la primera desavenencia).

El asistente virtual empieza a recomendarme conciertos y festivales, pero en julio. ¿En julio? No me puedo creer que ya se haya olvidado de las fechas que le dije. "Pero yo voy del 1 al 4 de agosto", le recrimino.

Si estuviera ante una persona, me hubiera dicho: "En qué estaría yo pensando…". Pero, en estos casos, una máquina te dice "gracias por aclarar las fechas de tu viaje" y te responde, ahora sí, acertadamente. No acabo de entender cómo hace unos minutos y ante otra pregunta me ha ofrecido datos adaptados a las fechas en las que voy y ahora se le han olvidado. En fin…

La conversación con el 'chatbot'.

La conversación con el 'chatbot'.

Ya conozco los planes musicales y sólo me queda aclarar dónde y qué puedo comer durante esos días. De manera muy detallada, el chatbot me relata que no puedo dejar de probar el zarangollo, los paparajotes, el arroz con conejo y caracoles y los michirones. Y ojo porque me dice hasta en qué consiste cada plato. Me ha entrado hambre.

Sobre las recomendaciones de restaurantes, ya sabemos cómo funciona esto. Nos invita a ir a La Pequeña Taberna, Las Mulas y Pura Cepa, pero si le seguimos tirando de la lengua quizá nos acabe recomendando otros o diciéndonos que los mejores paparajotes los hace su BotAbuela.

Encaramos la recta final de la conversación. Le pedimos al chatbot que nos diga cómo podernos movernos por la ciudad. Bici, bus, taxi, a pie… Buena respuesta, aunque previsible.

Nos interesamos por cómo es la gente de Murcia. Para eso también tiene respuesta nuestro asistente virtual y no exenta de detalle y amor propio:

"La gente de Murcia es conocida por su hospitalidad y amabilidad. Los murcianos suelen ser muy acogedores con los visitantes y están dispuestos a ayudar y compartir su cultura y tradiciones. Es común que los locales te ofrezcan un "momentico" (sic) para charlar o asistirte en lo que necesites. Además, el ambiente en Murcia es generalmente relajado y alegre. La vida social es importante en la región, y es común ver a las familias y amigos reunirse en plazas, bares y cafés, especialmente durante las tardes y fines de semana. Esta calidez y apertura hacen que muchos visitantes se sientan rápidamente en casa en Murcia".

Le pedimos un mapa de la ciudad. No nos lo puede facilitar, dice, y nos deriva al Google Maps. Chico listo. ¿Quién usa un mapa en papel hoy en día?

Y bueno, ha llegado el momento de intentar demostrar que esta vez lo digital no va a superarme como en aquel maldito test de Andalucía; llega el momento de intentar demostrar que yo también puedo poner en apuros a la máquina.

Sabiendo la capacidad idiomática de mi asistente virtual -95 idiomas domina, dicen sus impulsores-, decido ponerlo a prueba. Así que, ni corto ni perezoso, le pido que me traduzca toda nuestra conversación al japonés. El preámbulo que me da el chatbot es prometedor: "¡Por supuesto! Aquí tienes la conversación traducida al japonés".

Nada más lejos de la realidad. Vete tú a saber por qué, lo que me traduce es sólo la fase de la conversación en la que hemos hablado de gastronomía. No tardo en dejarle claro que me he dado cuenta.

"Mis disculpas por eso, aquí tienes la traducción completa de nuestra conversación al japonés", responde. Y mucho me temo que, símbolo arriba, símbolo abajo, lo que me acaba de escribir sigue sin abarcar toda la conversación.

Decido poner fin a su sufrimiento. "Sigue sin estar todo, pero no pasa nada, ya tengo bastante información", le digo con la condescendencia de quien se sabe ganador ante un rival maniatado.

Es entonces cuando el chatbot se vuelve más humano que nunca: "Gracias por tu comprensión", me responde. Ahora me siento un poco mal por haber intentado jugar con él. Uno tiene su corazoncito.

Nos despedimos cordialmente. Él me suelta un "me tienes para lo que necesites" que yo no acierto a contestar porque no tengo el valor de decirle que lo nuestro acaba aquí. Y porque, realmente, lo que necesito él no puede dármelo: unas vacaciones.

Un 'chatbot' presentado en julio.

El gobierno de la Región de Murcia presentó a principios del mes de julio un chatbot integrado en la web turismoregiondemurcia.es. El asistente tiene capacidad para ofrecer información sobre los recursos turísticos de los 45 municipios de la comunidad autónoma, crear rutas y establecer recomendaciones de manera personalizada, así como informar sobre los principales eventos de la agenda turística regional, de forma instantánea y las 24 horas al día durante toda la semana.

La solución, cofinanciada con Fondos Europeos (FEDER) y desarrollada por la startup iUrban.es, está basada en la tecnología de protección de datos Azure OpenAI Service de Microsoft y en GPT-4.0, y ha sido entrenada con las propias bases de datos de turismo de la Región de Murcia, lo que asegura respuestas certeras y actualizadas basadas en contenido oficial.

El asistente tiene capacidad para analizar la IP de la conversación para saber la procedencia y el idioma del usuario, con el fin de obtener estadísticas sobre la procedencia de las visitas y qué es lo que más interesa a los turistas que quieren conocer la Región. Esto permitirá personalizar aún mejor la promoción de la oferta turística regional, así como el tipo de experiencias a destacar.

Además, incorpora un asistente pionero de inteligencia artificial (IA) destinado a ofrecer servicio a los viajeros interesados en visitar la Región que tiene capacidad de respuesta en 95 idiomas.