La (eterna) búsqueda de soluciones disruptivas para cuidar el Mar Menor
- Ante la persistencia del problema de contaminación de la laguna, las autoridades siguen generando innovación. La última decisión, una alianza con el CDTI para un proceso de Compra Pública Innovadora.
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Parece una batalla infinita. De un lado, un Mar Menor ávido de mimos para acabar con sus problemas de contaminación; del otro, todo un batallón de autoridades, empresas y centros de investigación con la innovación y la tecnología como arma para ofrecer soluciones.
Pero esa guerra está lejos de su horizonte ideal, que, como en todos los conflictos, debería ser el entendimiento. La laguna, ubicada en la Región de Murcia, sigue año tras año sufriendo problemas de calidad de agua que acaban afectando a la fauna y flora de la zona y el ecosistema innovador sigue año tras año buscando y presentando soluciones que intenten acabar con el problema. Lo dicho, parece una batalla infinita.
Sólo este año, por poner dos ejemplos concretos, se ha presentado, por un lado, un proyecto de valorización para reutilizar la biomasa recogida en esas zonas para un uso industrial y agrícola y acabar así con el exceso de algas en la zona. Por otro lado, se han instalado ocho boyas oceanográficas para recoger y analizar los datos en el gemelo digital, con la incorporación de las últimas cuatro colocadas recientemente y que se suman a las otras cuatro que se instalaron en la primera fase y que integran la red de monitorización y seguimiento del agua.
La creación de un gemelo digital para tratar de monitorizar todo lo que sucede en torno a la laguna es, tal vez, el proyecto más deslumbrante de cuantos se han presentado hasta la fecha a nivel tecnológico, pero lo cierto es que es uno más que llega sin que aparezca la solución definitiva al problema.
Esta batalla infinita va a sumar otro contingente más del lado de los que crean innovación y tecnología para intentar mejorar el Mar Menor. Este contingente es la fórmula de la Compra Pública Innovadora.
La Región de Murcia, a través de la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, mediante el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), han decidido unir sus esfuerzos en un proyecto conjunto que desarrolle una "solución innovadora y tecnológica" para reducir la afección del agua salobre cargada de nutrientes que desemboca en el Mar Menor.
Este proyecto tiene el objetivo de actuar en las aguas provenientes de la rambla del Albujón y del acuífero cuaternario, dos fuentes de entrada de agua cargada de nutrientes que afectan significativamente a este ecosistema único y a su estado ecológico.
El consejero Juan María Vázquez ha dado cuenta del inicio de los trabajos de un proyecto que "representa un paso significativo en la mayor perturbación que actualmente tiene el Mar Menor, aprovechando la innovación tecnológica y la colaboración entre administraciones, para ofrecer soluciones sostenibles a largo plazo".
Para iniciar este proyecto, el CDTI lanzará un proceso de Compra Pública Innovadora (CPI), una herramienta estratégica mediante la cual las administraciones públicas exploran y adquieren soluciones innovadoras que aún no existen en el mercado.
De esta manera, se trasladan las necesidades a las empresas tecnológicas y centros de investigación nacionales e internacionales para incentivar el desarrollo de tecnologías avanzadas que respondan a desafíos específicos, en este caso, la desnitrificación de las aguas que desembocan en el Mar Menor, tanto de manera superficial como subterránea.
Como parte del proceso, se realizará una consulta preliminar de mercado que permitirá identificar y evaluar las tecnologías disponibles y emergentes en el ámbito de la desnitrificación y el tratamiento de aguas con alto contenido de nutrientes, lo que permitiría en su momento extender a otros ámbitos de actuación.
Esta consulta proporcionará información clave para seleccionar la solución de máxima solvencia tecnológica y más adecuada, con el fin de mejorar la calidad del agua y reducir el impacto ambiental en el ecosistema.
Si se cumplen los objetivos, la tecnología desarrollada podría ser aplicada en cualquier masa de agua afectada por nitratos, no solo para los acuíferos que afectan al Mar Menor.
Se vuelve a repetir el patrón. De un lado, la ilusión en la presentación de un proyecto que, en este caso, escala en dirección al Gobierno central, y en la posibilidad de conseguir buenos resultados. Del otro, un Mar Menor que sigue necesitando mimos lleguen los proyectos que lleguen. Y una pregunta: ¿alguna vez podremos decir que la tecnología acabó con el problema?