Nadie como un emprendedor sabe los pros y contras que conlleva poner en marcha un proyecto emergente. La ansiada flexibilidad, esa capacidad para responder de forma ágil y rápida a los cambios es una de las mayores fortalezas de las startups, pero ¿está diseñada a prueba de bebés, noches sin dormir y los prejuicios que aún persisten en la sociedad?
Cuatro mujeres que sacado adelante sus propios negocios en el sector innovador y tecnológico español ayudan a D+I a dar respuesta a esta pregunta, mucho más compleja, con matices y aristas de lo que pudiera parecer en un primer momento.
El sector del emprendimiento no es ajeno a la realidad social en la que vivimos. De ahí, que la lucha por la igualdad todavía sea una asignatura pendiente. Sin embargo, la transformación digital que pisó el acelerador con la pandemia ha brindado a las mujeres emprendedoras nuevas herramientas para lograr la ansiada conciliación laboral y profesional.
Qué decir durante este agosto, el mes de las vacaciones por excelencia que, en más ocasiones de las que ellas quisieran, no es compatible con los calendarios vitales y profesionales de una emprendedora... y madre.
La corresponsabilidad familiar, el apoyo de todos los miembros del hogar, de los abuelos -alguna de ellas confiesa que su madre "debería tener acciones de la empresa"- y una organización alemana que prime el tiempo de calidad con los hijos frente a la cantidad son aspectos en los que todas ellas coinciden.
También en la dificultad por mantenerse en pie frente a las críticas que subsisten en esta sociedad y que, en ocasiones, tratan de inyectarles un sentimiento de culpa que, por cansancio, llega a afectarles ante momentos de debilidad emocional y física.
"A veces me pregunto si lo estaré haciendo bien. Es como una lucha interna. Esos mensajes te llegan de forma externa y, por muy convencida que estés de lo que haces, siempre hay un día en que flaqueas y te llegas a plantear si merece la pena tanto esfuerzo. Pero luego ves a tus hijos, y sabes que tienes que ser tú misma, que ser madre es más que estar 24 horas con tu hijo".
Habla Irene Chía, cofundadora -junto a su marido- de Nabbü, la plataforma inteligente para preparar oposiciones donde está Cazatuplaza, enfocada a la preparación de los exámenes para funcionarios.
Madre de dos hijos, Irene sabe como nadie lo que es sacar adelante un proyecto innovador mientras se está inmerso en el proceso de la crianza. "Mi madre debería tener acciones en la empresa", reconoce con una sonrisa irónica en el rostro.
No creo que deba ponerme la medalla de madre, hay muchos tipos de madres y cada una debe luchar por aquello que le hace feliz
La emprendedora es consciente del esfuerzo que requiere, pero también de cómo el ejemplo que sus hijos -aún pequeños- van a tener en la vida sobre el rol de su padre y su madre es impagable. La flexibilidad que le brinda tener su propio negocio es, junto al apoyo familiar, la clave de su proyecto empresarial y personal.
"Los llevo al colegio y sí, luego hasta las 7 o más de la tarde no puedo estar con ellos. Ahí tiras de familia, de apoyo externo. Pero, después, ellos ven que papá o mamá están de viaje de trabajo, que uno se queda con ellos siempre cuando el otro no está".
"No creo que deba ponerme la medalla de madre, hay muchos tipos de madres, y cada una debe luchar por hacer aquello que le hace feliz. Al final, eso acaba reflejándose también en los niños", argumenta.
De cambalaches, hacer el pino puente hacia detrás y saltar al vacío sin red sabe también mucho Verónica Trapa, general partner at Swanlaab Venture Factory.
Recuerda para D+I cómo el día en que nació su hija estuvo trabajando hasta las 3 de la tarde. La niña nació a las cuatro de la mañana. Y, para terminar de aderezar la historia, Verónica estaba de obras en casa y sin haber podido ir a comprar la ropa de la bebé. La maternidad le llegó durante su etapa de emprendedora.
"Se adelantó tres semanas, teníamos obras en casa y estábamos sin cuarto para la niña. Hasta mi madre me tuvo que ir a comprar ropa para ella porque aún no había podido ir a comprar nada", asegura Trapa.
Verónica también sabe lo que es enfrentarse a las críticas externas. "Me separé a los dos años. Y con el tiempo, sé que lo hice bien. Creas un ejemplo que es muy importante. Al año que viene mi hija empezará una carrera, quiere ser científica. Uno tiene buenos hijos, no se trata tanto de ser buenos padres".
La emprendedora dedicada ahora al mundo de las finanzas insta a desterrar el sentimiento de culpa. "Uno no sería uno mismo si no hace todo lo que le gusta. Y los hijos necesitan madres felices".
Uno no sería uno mismo si no hace todo lo que le gusta. Y los hijos necesitan madres felices
Trapa está convencida de que la flexibilidad que concede el emprendimiento y que ahora ha fomentado todavía más la pandemia con el teletrabajo y las reuniones online es una baza que deben aprovechar las mujeres para ponerse al frente de negocios disruptores. "La vida hay que vivirla plenamente, no autolimitarse".
Para Cristina Porta, CEO y cofundadora de Autocines, una buena planificación y un tiempo de calidad con los hijos está en la base de su fórmula personal para afrontar la maternidad y el emprendimiento. Ella fue madre por partida doble y organizar cada minuto del día fue crucial para compaginar su faceta personal y profesional.
"En el emprendimiento, para lo bueno y para lo malo, tú gestinas tu tiempo. Y hay que apostar siempre por un tiempo de calidad con tus hijos", recalca la emprendedora.
Cristina asegura que nunca ha sentido ese sentimiento de culpa del que habla Irene Chía. "Es cierto que la sociedad te lo trata de aplicar, pero yo nunca lo tuve. De todo se sale en esta vida y hay que tirarse a la piscina, seguro que nadas. Si esperas a tenerlo todo atado, nunca serás madre. Es como en el emprendimiento, hay que lanzarse y luchar por salir adelante".
En el emprendimiento, para lo bueno y para lo malo, tú gestionas tu tiempo. Importa el tiempo de calidad
Victoria Majadas coincide con Cristina en que el trabajo no debería ser un obstáculo para la maternidad, también en el emprendimiento. "Dejando aparte la calidad de vida que puedas ofrecer a esos niños o la economía, que sí pueden ser un freno, ningún trabajo debería frenar el deseo de una pareja por ser padres".
Majadas ha desempeñado buena parte de su carrera profesional por cuenta ajena y ahora está al frente de la asociación de inversores privados BIGBAN -es inversora- y ha puesto en marcha su propio proyecto emprendedor, Smart to People, fundado hace casi tres años, en plena pandemia. Es madre de dos hijos adolescentes.
La empresaria reconoce que el parón por la baja de maternidad asusta a muchas mujeres cuando sobre ellas recae buen parte de la responsabilidad de la compañía y les lanza un mensaje: "Cuatro meses no son tanto tiempo si se mira con perspectiva. No debería ser un impedimento para ser madre. Es un momento para que el resto del equipo asuma también esas responsabilidades. Y pasa muy rápido".
Ahora, en con dos hijos adolescentes y las facilidades para la conciliación que brinda la transformación digital, Majadas asegura que está mucho más cerca -físicamente- que antes de sus hijos.
Cuatro meses no es tanto si se mira con perspectiva. La baja por maternidad no debería ser un impedimento; el tiempo pasa rápido y en la empresa se pueden repartir las responsabilidades
"La consultora que he impulsado me permite estar más en casa, mis hijos me ven mucho más por el despacho que antes que trabajaba por cuenta ajena, y también están en una etapa difícil. Es saber compaginarlo todo y apoyarnos en estas nuevas herramientas digitales".
Nadie dijo que el binomio maternidad-emprendimiento fuera fácil, pero Irene, Verónica, Cristina y Victoria son el claro ejemplo de una generación que está derrumbando techos de cristal a golpe de trabajo y tesón y, lo más importante; son un referente para muchas otras niñas y jóvenes que aguardan su oportunidad para construir un sector del emprendimiento más igualitario y justo.