¿Qué tienen en común un emprendedor forjado a sí mismo desde el activismo político, una experta en digitalización de infraestructuras e ingeniería civil y un matemático asesor de grandes fondos y startups en tecnología contra el cambio climático?

En apariencia, nada. Pero si se mira con un poco más de detenimiento, los tres comparten una visión del mundo empresarial que está aflorando en nuestro país con potentes proyectos emprendedores que miran más allá del rendimiento económico.

Orson Acosta Romero de Tejada, Cristina Lafuente y Daniel Valenzuela pertenecen a una nueva generación de fundadores en España que han puesto el foco en el impacto y que aspiran con sus propuestas disruptoras y su tecnología a contribuir a dejar un mundo mejor para las próximas generaciones.

Porque esta nueva hornada de fundadores del ecosistema español no sólo mide el éxito de sus startups por la rentabilidad económica -básica para la supervivencia de toda compañía a medio y largo plazo-, sino que el propósito pesa igual -o en ocasiones más-en la balanza.

Beneficios económicos sí, pero también sociales y medioambientales. Aunque todavía queda camino por recorrer, la eclosión de este tipo de proyectos es la evolución natural en nuestro país de una inversión de impacto que no ha parado de crecer en los últimos años.

Según datos de SpainNAB, el segmento de financiación bancaria de impacto –que incluye banca de valor, social y sostenible, y cooperativas financieras de impacto– gestionó activos por valor de 1.743 millones de euros en 2022, lo que supone un crecimiento del 4,4% respecto al año anterior.

A falta de datos oficiales de 2023, que se conocerán tras el verano, todo indica que nuestro país está siguiendo la hoja de ruta correcta para avanzar en esta línea y, de ahí, que cada día surjan proyectos disruptores que merece la pena conocer por su contribución al ecosistema desde esta área.

La inversión de impacto movilizó 1.743 millones de euros en 2022 en nuestro país, según los datos de SpainNAB.

Orson, Cristina y Daniel son sólo algunos ejemplos de este nuevo emprendimiento que aspira a prestar servicios con vocación de ONG, pero con todo el poder transformador de unas empresas que han llegado para quedarse.

Los tres pertenecen a Nactiva, una plataforma colectiva que integra a todo tipo de actores privados, técnicos, académicos e institucionales para fomentar la cooperación con el fin de acelerar y maximizar el impacto, promover la escalabilidad y replicabilidad de las soluciones, disminuir los riesgos, y compartir inversiones.

En su primer año de vida, ya ha creado una comunidad de unas cien personas que comparten el mismo objetivo y que están alineados con los valores que representan estos tres emprendedores.

Nacido y criado en Barcelona en una familia humilde, Orson Acosta Romero de Tejada compaginó su vida de estudiante con el trabajo desde los 16 años, y se graduó en Biología por la Universitat de Barcelona.

Cambiar el mundo a partir de las empresas

Aterrizó en el emprendimiento desde el mundo del activismo. "Cuando te das cuenta de que el motor del mundo es la economía, y que la gran parte de la generación de riqueza -económica- está en manos del sector privado, parece una conclusión natural querer cambiar el mundo a partir de las empresas", explica a DISRUPTORES - EL ESPAÑOL.

El fundador está al frente de Azolla Projects, una empresa con propósito, es decir, "todas las decisiones están supeditadas a conseguir el impacto que buscamos: cambiar el modelo de producción de alimentos través de la agricultura regenerativa", puntualiza.

Orson Acosta Romero de Tejada, cofundador y CEO de Azolla Projects.

Orson Acosta reconoce que la suya no es una historia aislada. "A lo largo de estos años me he encontrado multitud de personas en el ecosistema emprendedor español con historias similares. Gente que, movida por unos principios, y buscando un cambio en algún sector, decide emprender como herramienta de cambio social. Creo que es una tendencia a nivel mundial, y que España no es una excepción".

En este proceso, las nuevas generaciones están ejerciendo de palanca. "Ya no estamos creciendo con la promesa de que todo irá a mejor", reconoce. Por eso, están desempeñando un papel muy activo a la hora de reclamar una inversión adecuada para sus proyectos que se adapte a las particularidades que conlleva el impacto.

Falta inversión "paciente y valiente"

"He estado en siete programas de aceleración, cuatro de ellos orientados al impacto. He hablado con multitud de fondos de inversión españoles, family office y business angels teóricamente orientados al impacto. Muchos de ellos, siguen pidiéndote un retorno de x10, en siete años, y además te piden el informe de impactos".

Y lanza un claro mensaje a navegantes: "Falta más inversión paciente y valiente. Capital que entienda que si se persigue un impacto, muchas veces va de la mano de no tener un retorno tan inmediato, o tan exponencial. Capital que este dispuesto a apoyar asumiendo más riesgo".

"Falta capital que entienda que el impacto va de la mano de un retorno que muchas veces no es tan inmediato o exponencial"

Orson Acosta, CEO de Azolla Projects

Su proyecto es uno de ellos. "Trabajamos en el marco del desarrollo regenerativo, con soluciones basadas en la naturaleza, no encajamos en la gran mayoría de las tesis de inversión de los fondos de impacto españoles. Por no hablar de otros mecanismos de financiación más tradicionales como la banca o incluso la financiación pública".

Ahí, el papel de otros agentes del ecosistema como Nactiva es, a juicio del emprendedor, básico. "Ayuda a la creación de otros vehículos de inversión y moviliza financiación hacia este tipo de proyectos de impacto, ayudando a crear un ecosistema que realmente apueste por un cambio sistémico activando el capital natural".

Cristina Lafuente atesora 15 años dedicada a la gestión de riesgos geológicos y naturales en diferentes ámbitos. En la actualidad, es la fundadora de iRap Estudio y socia técnica de Nactiva.

Esta ingeniera geóloga por la Universidad Politécnica de Catalunya tiene un vasto conocimiento en gestión sostenible del agua torrencial en países en desarrollo y ha sido asesora de riesgos infraestructuras ferroviarias de alta velocidad, industria deep tech, además de ayudar a empresas tecnológicas a introducir y expandir con éxito sus soluciones de Internet Industrial de las Cosas (IIoT).

Cooperación: clave para escalar proyectos

La experta considera que una inversión de impacto bien gestionada, que incentive la integración colectiva de proyectos de iniciativa privada escalables, con actores clave como la Administración pública y el sector científico-académico, "puede ser la única forma de superar estas barreras y a la vez promover los cambios necesarios en el liderazgo político".

"Estamos viendo como, a menudo, a la hora de abordar las crisis climáticas y de gestión eficiente de los recursos naturales, las políticas y Administraciones públicas crean barreras significativas para la acción efectiva, bien por el cortoplacismo de los ciclos electorales, por la falta de financiamiento, por la complejidad burocrática o por presiones sociales a distintos niveles", puntualiza.

Cristina Lafuente, fundadora de iRap Estudio y socia técnica de Nactiva.

También la conocida como España vaciada, tiene en la inversión y los proyectos de impacto, una herramienta para superar esa situación. 

"La inversión de impacto puede ayudar a reconocer la necesidad de impulso de infraestructuras clave y facilitar la toma de decisiones estratégicas de desarrollo territorial que respondan a los intereses del desarrollo económico y social sostenible de estas zonas".

De esta forma, se podrá contribuir, defiende Lafuente, a "frenar el éxodo de población integrando inversiones que fomenten la infraestructura de comunicación y transporte sostenible, el emprendimiento local, la revalorización de los recursos naturales y culturales y la mejora de los servicios públicos".

"El éxito de estas iniciativas dependerá de la colaboración estrecha entre el sector público, el sector privado, los inversores de impacto y las comunidades locales. Un importante reto sobre el que, afortunadamente, ya se está trabajando desde organizaciones como Nactiva".

Renovables y soluciones basadas en la naturaleza

Llegados a este punto, ¿cuál es la radiografía de nuestro país? Daniel Valenzuela, venture partner en World Fund, nos ayuda a realizarla. Este matemático graduado por las Universidades de Bonn y Berkeley, forma parte desde 2020 del equipo fundador de World Fund, uno de los principales fondos de capital riesgo europeos en tecnología climática.

Valenzuela constata cómo el espacio del impacto ha sido bastante incipiente hasta hace pocos años en España, con la mayoría de la financiación procedente de fuera del país, una situación que ha cambiado en los últimos años.

Daniel Valenzuela, Venture Partner en World Fund.

"Ha habido un aumento del interés no sólo de las comunidades de inversores extranjeros, sino también de los locales, como SpainNAB, Social Nest, Ship2B, Conscious Capital Spain y, por último, Norrsken, que ha elegido Barcelona para construir un centro europeo de impacto en España. Sin embargo, en comparación con la cantidad total de financiación en otros países de Europa, todavía estamos rezagados", puntualiza a esta redacción.

A juicio de Valenzuela, las dos áreas en las que España tiene mayor potencial que la mayor parte de Europa son los sistemas de energías renovables y las soluciones basadas en la naturaleza.

"Ha habido un aumento del interés extranjero y local por el impacto, pero en comparación a los países europeos, todavía estamos rezagados en inversión"

Daniel Valenzuela, venture partner en World Fund

"En energía solar, financiación de proyectos e infraestructuras, inteligencia de red y distribución hemos visto cómo se abría un panorama floreciente que está liderando la financiación en España y que también se compara bien con otros países", indica.

"Muchos inversores también entraron en este espacio creyendo en la continuidad que algunas empresas han demostrado al escalar a LATAM. Grandes ejemplos son Climatize, Mitiga Solutions o Spherag. Sin embargo, el rendimiento aún tiene que demostrarse. En España, muchas de las startups del sector tienen dificultades debido a la falta de financiación", advierte.

En conclusión, un ecosistema con un gran potencial en el futuro que se construye poco a poco pero a paso firme desde startups, inversores y demás agentes protagonistas del impacto en nuestro país.