En los últimos cinco años se han creado en España alrededor de 285 empresas surgidas de universidades y centros de investigación, según los datos del último Informe CRUE sobre Investigación y Transferencia del Conocimiento en las universidades españolas, así como los disponibles en la web del CSIC. De estas startups de base científica “30 han nacido gracias a BeAble Capital”, un venture capital especializado en Science Equity.
Con un fondo de 35 millones de euros, la inversión de BeAble Capital en tecnologías surgidas de centros de investigación, centros tecnológicos y universidades, tanto públicas como privadas, ha contribuido a aumentar en un 10% las empresas industriales “surgidas de la ciencia” en España.
“Se trata de una industria de alto valor añadido que puede generar riqueza, impulsar nuestra economía y crear nuevos puestos de trabajo”, asegura a D+I Almudena Trigo, presidenta y socia fundadora de BeAble Capital.
Trigo recuerda que está comprobado que en las regiones en las que “el peso de la industria sobre el PIB es mayor, la renta por habitante también es más elevada, por lo que todo son beneficios”.
Por ello, este venture capital apuesta por “la mejora del proceso de comercialización de los descubrimientos en el ámbito científico”. Este es el objetivo de la industria del Science Equity, que “podría generar un impulso masivo, no solo en nuestro país, sino también en la economía europea”.
Una industria de alto valor añadido
Según los datos del INE, el sector industrial en España apenas representa el 13% del Producto Interior Bruto, mientras que la Unión Europea recomendaba que para 2020 debería ser como mínimo del 20%, recuerda desde BeAble Capital.
“La creación de estas empresas es una gran noticia económica, ya que son el germen para generar una industria cualitativa en nuestro país”. De hecho, el objetivo de este fondo de inversión es “transformar la ciencia en industria para incentivar la economía”.
España es una gran potencia en cuando a producción científica se refiere: “Nos encontramos en el décimo puesto del ranking mundial, y undécimo en impacto de nuestras publicaciones, pero las empresas surgidas de ámbitos científicos se enfrentan con un grave problema: el acceso a la financiación”.
La pandemia de la Covid-19 ha puesto en evidencia “la necesidad de replantear nuestro tejido industrial”, porque en España “hay poca industria y la innovación es una de nuestras asignaturas pendientes”.
“Creando estas empresas y llevando estos productos al mercado, la sociedad puede beneficiarse de los avances tecnológicos que se han desarrollado en laboratorios y centros de investigación”, subraya Almudena Trigo.
En estos momentos, BeAble Capital continúa sus negociaciones para levantar un nuevo fondo de 70 millones de euros de cara a 2021, con el que podría aumentar en un 20% la creación de empresas industriales de base científica, afirman desde esta entidad.
En la actualidad, cuenta con la colaboración de entidades como el Fondo Europeo de Inversiones, el CDTI y Axis, “cuyo apoyo es fundamental, pero ahora es un momento clave para hacer partícipes también a inversores privados y family offices” y seguir apostando por la ciencia.
BeAble Capital invierte en sectores estratégicos como el New Space, los nuevos materiales, la inteligencia artificial, el medio ambiente, la robótica, o la salud, y lo hace además en fases muy tempranas, “otro de los handicaps a los que se enfrentan estas empresas”. Además, este tipo de inversión de alto impacto, “no solo genera beneficios económicos, también sociales y medioambientales”.