Roderas, grietas en las rodadas, agrietamientos gruesos, desintegraciones, deformaciones, baches o grietas erráticas. Son los daños más frecuentes de las carreteras que afectan a la seguridad, la comodidad y la eficiencia de la infraestructura viaria. Y atención porque una de cada 10 carreteras en España presenta deterioros graves en el 50% de su pavimento. Es lo que asegura el último informe de la Asociación Española de la Carretera (AEC) Necesidades de una inversión en Conservación.
Para corregir esta situación la AEC señala que hace falta una inversión mínima de 7.463 millones de euros. Es el coste de mantenimiento de la red de carreteras nacionales, autonómicas y comarcales. Mejorar, repavimentando, la mitad de la red de carreteras de nuestro país permitiría ahorrar 1,6 millones de toneladas de CO2 al año, el equivalente a lo que emite todo el tráfico de la ciudad de Madrid durante ocho meses.
Los coches cada vez tienen ‘más de informática que de mecánica’, más conectividad, mayor autonomía. Las obras de ingeniería pública se apoyan en la tecnología para ser más inteligentes. Pero cuando se trata de vigilar el ‘día a día’ de las carreteras la digitalización parece que no ha llegado.
“Una vez construida una carretera resulta chocante lo poco que se digitaliza su mantenimiento”, afirma a D+I Estíbaliz Barañano, ingeniera de telecomunicaciones y directora general de ASIMOB (Advanced Services in Mobility).
Ubicada en Bilbao, ASIMOB es una startup que nace como una empresa de servicios con el objetivo de “ayudar a la automatización de las inspecciones de seguridad”.
La solución creada por esta joven empresa vasca se apoya en la inteligencia artificial, y el IoT para “optimizar los recursos de las entidades encargadas del mantenimiento de una infraestructura vial, para que pueden conocer, casi en tiempo real, cuál es el estado de la señalización de la vía e incluso si se han producido baches o deterioros importantes en el firme de la carretera. Si hay elementos extraños o hay problemas de falta de adherencia por agua o nieve”, explica Barañano.
Sustituir los ojos humanos por inteligencia artificial
Obras, cambios meteorológicos, accidentes…El asfalto se deteriora con el peso del tráfico y las señales pueden caer o quedar ocultas por árboles o matorrales. Las empresas de mantenimiento tienen que vigilar tanto el estado del firme como la buena ubicación de la señalética ‘a mano’.
La solución de ASIMOB facilita esa inspección para generar un ‘mapa’ de la vía que permita “optimizar la gestión del mantenimiento al ofrecer una visión de conjunto del trazado”.
“Con el mantenimiento actual es imposible controlar absolutamente todo, saber en cada momento qué señal se ha podido caer o, en el caso de las obras, qué modificaciones hay que plantear”, explica Barañano.
“Ten en cuenta que en 100 km de carretera puede haber 1000 señales de tráfico. En una ciudad como Bilbao hasta 12.000. Es muy difícil que una persona registre inmediatamente todos los ‘fallos’ que se hayan podido producir en una carretera. Con nuestro sistema facilitamos esa ‘recolección de datos’, automatizamos ese proceso”.
“Nos preocupa la seguridad en las carreteras, seguridad para quienes conducimos hoy y para los vehículos autónomos de mañana”, señala la directora de ASIMOB. La empresa utiliza soluciones basadas en visión artificial, internet de las cosas y en inteligencia artificial para detectar irregularidades en el pavimento, supervisar zonas de obras y mapear el estado de las señales de tráfico de manera automatizada.
Objetivo: carreteras más seguras
“Queremos ser disruptores y por eso empleamos la tecnología para automatizar y digitalizar las inspecciones para que sean más eficaces y se puedan planificar las actividades y los presupuestos de mantenimiento”
El sistema de ASIMOB emplea los propios vehículos de las empresas de mantenimiento que realizan las rondas de inspección. “No es necesario hacer una gran inversión y es un sistema muy fácil de desplegar. Empleamos cámaras comerciales con conexión inalámbrica que registran el estado de las señales, tanto horizontales como verticales de la vía”.
Un sistema de sensores detecta, por ejemplo, si se produce una vibración inusual que indica la presencia de un bache o deterioro de la calzada. Todos estos datos se procesan en el centro de control donde algoritmos de inteligencia artificial son los responsables de evaluar cada tramo de una manera automática.
Son pioneros en España en implementar este tipo de soluciones disruptivas en el mantenimiento de las carreteras, “con un sistema que, además de generar un mapa muy completo y organizado de las carreteras, genera una evidencia digital que ofrece una absoluta transparencia”, señala Estíbaliz Barañano. Y es que lo datos que se recogen, además de transmitirse en tiempo real al centro de datos, quedan grabados para elaborar el mapa de incidencias de la calzada que se inspecciona.
“Con estos datos los responsables del mantenimiento de la carretera pueden realizar sus previsiones de inversión o de mejora priorizando aquello que sea necesario sin perder de vista el conjunto”, explica a D+I la directora general de ASIMOB.
Con la mirada puesta en el coche autónomo
Esta startup nació en 2016 cuando uno de sus fundadores. Ibon Arechalde, actual presidente de la empresa, inició una investigación para preparar la llegada del coche autónomo. “Nos dimos cuenta de que el sector de automoción iba muy deprisa, que el coche autónomo será una realidad en breve … siempre que cuente con carreteras inteligentes preparadas para recibirlo”, subraya Barañano. “Los coches autónomos deben poder leer con precisión la señalética de la calzada. Por eso el mantenimiento de la infraestructura es realmente importante”
En 2017 desarrollaron el software de su solución y desde 2019 tienen el producto en el mercado. Sus clientes son entidades públicas o privadas dedicadas al mantenimiento de las carreteras y realizan inspecciones tanto en núcleos urbanos como en carreteras interurbanas. “Hemos comprobado que incluso en las vías mejor conservadas tienen decenas de señales sin localizar. Para ellos es importante chequear el inventario”.
La solución inteligente de ASIMOB tiene ventajas sociales (ayuda a reducir la siniestralidad), económicas (automatiza un proceso que lleva mucho tiempo y personal) y medioambientales (las emisiones de CO2 disminuyen una media del 3,5% al circular por un asfalto bien conservado).
Desde su lanzamiento al mercado han convertido en una de las startup más galardonadas. En septiembre de 2019 el MIT Enterprise Forum Bilbao les reconoció con el Best Start-up Award. Dos meses después, en noviembre de 2019 el Global Innovation Day les reconoció como una de las seis startups más disruptivas del País Vasco.
Su mejor año, de momento ha sido 2020. Han conseguido uno de los galardones del Quality Innovation Award Euskadi 2020 y si la pandemia lo permite, el 15 de abril en Belgrado recibirán el Award Winner of Potential innovations del Quality Innovation Award International 2020.
Por el momento su trabajo permite el mantenimiento en remoto, pero su ‘carrera’ por preparar a las carreteras para la conducción autónoma debe continuar. Su siguiente reto, trabajar sobre el mantenimiento predictivo “Dentro de un tiempo lo incorporaremos, sobre todo para el deterioro del firme. De hecho, estamos ya recogiendo datos porque las predicciones que hace la Inteligencia Artificial se basan en datos de series históricas”, nos cuenta Estíbaliz Barañano.
La vigilancia ‘recurrente’ puede conseguir que el modelo de inteligencia artificial sea capaz de anticiparse a los problemas antes de que ocurran. Pero ese es un siguiente paso.