Acompañar al inversor en el proceso de digitalización del mundo financiero y hacerle la travesía más rápida y satisfactoria. Bajo estas premisas comenzó hace dieciséis meses su andadura la fintech Atalaya con el objetivo de optimizar operaciones y liberar productividad para venture capital y family office.
"Detectamos que el campo de la inversión está por digitalizar y que el inversor se siente desamparado", afirma Santiago Reyna, cofundador del proyecto que cuenta con Iker Marcaide, fundador de Flywire (primera startup española en cotizar en Wall Street) y ahora en Zubi Labs, entre sus socios financieros.
La fintech ha desarrollado un software "100% talento nacional, todos sus componentes se han creado en España", inciden desde la plataforma, que permite al gestor orquestar una estructura patrimonial y de inversión con múltiples beneficios.
La principal aportación se centra en agilizar y simplificar la toma de decisiones gracias a su tecnología. "Se trata de que una máquina realice en menos tiempo y de forma más eficiente tareas que antes realizaba el gestor", explica Guillermo García, otro de los fundadores.
De esta forma, Atalaya permite reducir los costes directos e indirectos; aporta mayor seguridad a los datos e imprime vigor en la toma de decisiones. Además,"la plataforma desarrolla una suite para el inversor que dota de mayor funcionalidad todo el proceso", recalca Guillermo García.
Según explican desde Atalaya, "habíamos identificado un cambio generacional en la gestión de los fondos de capital riesgo y también en los family office que exige más capacidad de reacción y planificación".
La herramienta se adapta a las exigencias de esas nuevas generaciones y sigue los parámetros de la nueva cultura que irrumpe a la hora de estructurar la información.
Además, en un horizonte próximo en el que el regulador va a ser cada vez más exigente -como es el caso de la aplicación del Reglamento (UE) 2019/2088 sobre Divulgación de Finanzas Sostenibles-, "queremos convertirnos en el referente tecnológico para el inversor", apunta Reyna.
Por otra parte, la seguridad es una cuestión clave en la herramienta. "Garantizamos la independencia de la plataforma, nosotros somos neutrales en el tratamiento de los datos, que son propiedad de los venture capital y los family office, puesto que no generamos negocio con ellos", insiste.
Su compromiso por esta materia se evidencia en los estrictos controles de cifrado de documentos que ya se han aplicado a la solución tecnológica en sus fases más iniciales.
El equipo humano
Detrás de Atalaya se encuentran figuras representativas del entorno inversor, del venture capital, la inversión de impacto y el sector tecnológico con más de 10 años de experiencia, como es el caso de Santiago Reyna, Guillermo Garcia, Sergio Baixauli, Alberto García y Maria José Cuenca.
Como socios financieros destacan Iker Marcaide (Zubi Labs) y Raúl Mir (Angela Impact Economy), entre otros partners del proyecto.
También tiene un papel relevante Maite Montemayor, en el área financiera del proyecto, y Alberto García al frente del segmento tecnológico, además de otros cinco técnicos que componen el equipo.
La participación de Iker Marcaide y Raúl Mir pone de manifiesto, por otro lado, en el concepto de inversión sostenible a la que aspira Atalaya, y que se irá desarrollando y perfilando en las siguientes fases de desarrollo.
Por otra parte, tras el lanzamiento de Atalaya, la fintech ha sido recientemente seleccionada por la aceleradora de PricewaterhouseCoopers (PwC) para recibir un impulso a su propuesta de digitalización del área fintech.
Junto a otras cuatro startups, Atalaya ha sido distinguida por PwC debido a su capacidad de diferenciación en el mercado y alta carga tecnológica.
En última instancia, la solución persigue digitalizar los procesos que se dan en entorno de la inversión "con las mayores garantías de seguridad, agilidad y sencillez" en el manejo que permitan a aquellos que se dedican a estas cuestiones sustituir los documentos de Excel por esta tecnología.