El círculo virtuoso del aceite o cómo convertir el 'desecho' de las almazaras en materia prima sostenible
Calpech, 'spin-off' de la Universidad de Alicante, crea una tecnología de fabricación de nanopartículas de hierro a partir del alpechín, residuo del 'oro líquido', que abre nuevas vías para generar biogás o el tratamiento de aguas.
13 mayo, 2023 02:03La transferencia de conocimiento del mundo de la investigación a la economía real es una de las grandes batallas de nuestro tiempo. Esta necesidad se convierte en urgencia con la emergencia climática tocando a la puerta. De nuevo, ciencia y tecnología se convierten en elementos indispensables de la ecuación que debe construir un modelo productivo más respetuoso con el planeta.
Calpech, spin-off de la Universidad de Alicante, es el claro ejemplo de cómo el trabajo desarrollado dentro del laboratorio, en ocasiones, -todavía no tantas como mereciera el esfuerzo de los investigadores españoles- tiene su recompensa.
La compañía ha convertido un residuo, el alpechín de la oliva, en su materia prima para generar riqueza y prosperidad de la mano de una tecnología patentada que permite fabricar nanopartículas de hierro con un coste muy bajo y competitivo y abre las puertas a múltiples aplicaciones en el campo de la generación de biogás, el tratamiento de aguas o la creación de fertilizantes naturales.
"Exactamente, no se trata del alpechín en sí, sino de los polifenoles que contiene este residuo de la oliva. Hay muy pocos productos con una concentración tan alta", explica a D+I Andrés Fullana, cofundador de Calpech y profesor en la Universidad de Alicante.
Su tecnología patentada para la fabricación de nanopartículas de hierro mejora de la producción del biogás y eliminación del ácido sulfhídrico en los biodigestores, la eliminación de metales pesados en aguas y suelos contaminados y la desnitrificación de los acuíferos, entre otras aplicaciones.
Actualmente Calpech ha industrializado su tecnología de producción de nanopartículas de hierro dentro de una cooperativa de almazaras, que fabrica bajo su licencia.
"Nuestro objetivo durante este año es revolucionar el mercado del biogás potenciando la generación de la energía gracias al efecto que tienen nuestras nanopartículas en generar el biogás y eliminar el ácido sulfhídrico tan venenoso para los motores de combustión", explica a D+I Yuriy Budyk, CEO de Calpech.
"Queremos, por un lado, abrir el mercado del biogás, explotando al mismo tiempo nuevas aplicaciones para las nanopartículas de hierro -eliminación de metales pesados, uso en fertilizantes, etc-", añade.
Por otro lado, la estrategia de Calpech pasa por aportar su solución a las plantas de producción de aceite de oliva para gestionar este residuo, el cual sirve a la spin-off como materia prima para obtener las nanopartículas de hierro.
Queremos revolucionar el mercado del biogás gracias al efecto de nuestras nanopartículas y eliminar el ácido sulfhídrico tan venenoso para los motores de combustión
"Convertimos un residuo, un desecho, en una materia prima para generar otras soluciones sostenibles en muchos campos. Es una propuesta de economía circular para un sector tan importante en nuestro país como es el aceite de oliva", apunta por su parte Andrés Fullana.
Gracias a su tecnología, Calpech entra en la cadena de valor de las almazaras y alperujeras para aprovechar el alpechín, un residuo que hasta la fecha no tenía una solución apropiada, cuestión para nada baladí.
Seis millones de litros de alpechín por almazara
Y es que este residuo se considera fitotóxico y no se puede verter a la tierra, de forma que se suele almacenar en balsas enormes para favorecer su evaporación natural. Según los datos aportados por Calpech, una almazara tipo llega a generar 6 millones de litros de este residuo por campaña.
"Gracias a nuestro proceso patentado, valorizamos el alpechín usándolo como materia prima para nuestro proceso de producción de nanopartículas. Se trata de un mercado más con un alto interés en la gestión de este residuo porque les permite cerrar la economía circular. Ahora es posible con Calpech", reitera el CEO.
En este proceso ha sido clave también la figura de la alperujera -cooperativas de segundo nivel, encargadas entre otras facetas, de la gestión de residuos como el alpechín- Troil Vegas Altas.
"Nuestro primer objetivo como empresa era conseguir una producción industrial para que el producto podría ser testado por el mercado. Nos aliamos con Troil para construir un reactor tamaño industrial. Nosotros diseñamos el reactor y lo pusimos en marcha con ellos, aportando nuestro know-how acerca de la producción de las nanopartículas de hierro", indica al respecto el CEO.
También han sido claves en el proyecto, la cofundadora Blanca Calderón -quien sintetizó casi por casualidad las nanopartículas de hierro encapsuladas en cargón durante su tesis doctoral, dando pie a la génesis de Calpech-; así como Alejandro Mateo, responsable de la producción y Jorge García, responsable de I+D
Primer lote de nanopartículas
Finalmente, tras un gran esfuerzo -"con crisis de suministro incluida", puntualizan desde la spin-off-, en febrero de este año producimos nuestro primer lote de nanopartículas a partir de alpechín.
Su propuesta de valor, por fin, está en el mercado. "Lo que verdaderamente aportamos es la fabricación de nanopartículas a unos costes muy por debajo de aplicaciones que hasta ahora no eran viables".
Nuestras partículas de hierro son diferentes a las tradicionales porque están recubiertas de una capa muy delgada de carbono que las hace 'especiales' para algunas aplicaciones
Por otro lado, las partículas de hierro que sintetiza Calpech son ligeramente diferentes de las tradicionales porque están recubiertas de una capa muy delgada de carbono que las hace 'especiales' para algunas aplicaciones como, por ejemplo, la fabricación de electrodos y la eliminación de H2S ácido sulfhídrico, un gas corrosivo y tóxico para el ser humano que se genera durante la digestión anaerobia.
"Muchas de estas aplicaciones están todavía por desarrollar porque son 'nuevas' y el mercado todavía no las conoce. Nos llaman muchas universidades y empresas que han identificado una posible nueva aplicación y que quieren probarlas", concluyen desde la spin-off.
Por delante, un futuro prometedor de la mano de esta iniciativa disruptora que ha sabido trasladar con éxito el conocimiento del laboratorio al mercado con talento y tecnología 100% española.