Que España es un país tremendamente talentoso es algo conocido, pero no por ello dejan de sorprender las historias de emprendedores que destierran el mantra de la falta de ambición en el ecosistema startup de nuestro país.

Y hablamos de esa vocación natural por superarse que trasciende el reconocimiento personal o profesional y que se preocupa por construir un mundo mejor y más justo de la mano de la tecnología y el conocimiento científico.

Carlos Langeber, CEO de Ysotope es uno de ellos. Esta spin-off del centro de investigación del Hospital Vall d’Hebron, el Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR), está llamada a desempeñar un papel determinante en el uso de nuevas herramientas de diagnóstico a partir de las inmunoterapias que ya han sido creadas, lo que puede abrir una esperanza para los tratamientos y calidad de vida de los pacientes oncológicos.

[La plataforma española que ahorra más de tres años de espera en el diagnóstico de enfermedades raras]

La intrahistoria de Ysotope no hubiera sido la misma sin la experiencia personal que atraviesa Langeber y que sirvió de revulsivo para que la 'spin-off' acaba viendo la luz a principios de 2022.

La madre de Carlos Langeber fue diagnosticada en 1997 de un tipo de cáncer raro con el que lleva luchando más de 25 años, cuando él tan sólo tenía siete años. Durante este tiempo ha tenido recaídas, ha pasado por quimioterapia y ha sido intervenida en varias cirugías.

"Sé lo que es pasar por el proceso de incertidumbre de si el cáncer ha vuelto o no, porque lo hemos vivido más veces, la última posible recaída en enero de 2023. Afortunadamente fue descartada. Creo que gracias a los avances biomédicos y el sistema sanitario que tenemos, he podido conocer a mi madre", reconoce el emprendedor a D+I.

Ante esa realidad, el CEO se preguntó que, al igual que las nuevas terapias y avances médicos le habían permitido disfrutar de su madre, ¿podría él hacer algo por los demás? Su respuesta es tajante.

Miembros de Ysotope junto al Dr Raul Herance, jefe del Grupo de Imagen Médica Molecular del VHIR.

"Me pregunté si yo podría hacerlo y si tenía la oportunidad para ello. Porque puedes querer, pero no tener esa capacidad y esa oportunidad para llevarlo adelante y, en mi caso, sí se daban estos condicionantes", explica con orgullo el CEO de Ysotope.

Así fue cómo en diciembre de 2021 su socia Natalia Benito y Carlos Langeber decidieron dar el salto de otra startup deep tech y fundar Ysotope para explotar todo el potencial de la medicina nuclear para aplicaciones biomédicas.

En febrero de 2022 acudieron al centro de investigación del Hospital Vall d’Hebron, el Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR) para proponer al Dr Raul Herance, jefe del Grupo de Imagen Médica Molecular, incorporarse al proyecto como socio y CTO, y al VHIR, que pasara a ejercer como socio científico-tecnológico de Ysotope.

El VHIR, aliado perfecto del proyecto

"Supusimos que el VHIR sería el aliado perfecto porque entenderían el potencial de una startup para llevar a mercado nuevos radiotrazadores y terapias de radioligandos, ya que forman parte del mejor hub de emprendimiento biomédico de España y están haciendo una gran su apuesta por la medicina nuclear con la mejora de sus instalaciones", puntualiza el CEO.

No erraron en la maniobra. El pasado mes de marzo, VHIR y el Dr Herance entraron a formar parte del capital social de la empresa y desde entonces Ysotope ya es considerada una spin-off del VHIR.

En la actualidad, Ysotope ha sido acelerada por Lanzadera, donde la compañía ha tenido a su alcance todas las herramientas de crecimiento del universo de emprendimiento de Juan Roig -cuentan además con inversión de Angels Capital a través del vehículo de inversión de Biozell-.

Pero ¿en qué consiste su apuesta de valor para el diagnóstico de pacientes oncológicos? 

La 'spin-off' desarrolla nuevos agentes de contraste que permitirán a los médicos evaluar de forma más sensible si un tumor es sensible a la inmunoterapia

Carlos Langeber, CEO de Ysotope

Las inmunoterapias constituyen un cambio de paradigma en el tratamiento del cáncer debido a su gran potencial para curar a muchos pacientes. Sin embargo, generan efectos adversos en algunos pacientes y tienen un elevado coste para los sistemas sanitarios.

"Por estos motivos es importante asegurarse que la inmunoterapia se administra a pacientes que van a tener una buena respuesta a la terapia", destaca el CEO de Ysotope.

Las biopsias son el método habitual para verificar esta máxima. Se trata de procedimientos invasivos que permiten tomar una pequeña porción del tumor para después analizarla y evaluar si esa parte del tumor es sensible a la inmunoterapia.

"El problema es que los tumores no son homogéneos y puede que una parte del tumor de un mismo paciente sea sensible a la terapia, pero otra parte del tumor no sea sensible", indica Langeber.

Su primer radiotrazador en desarrollo se aplicará a un raro y agresivo cáncer infantil -neuroblastoma- que se suele diagnosticar entre el primer mes de vida y los 5 años de edad.

Y ahí es donde entra en escena en este desafío científico-médico la tecnología de Ysotope. Su solución busca estudiar si el 100% del tumor puede ser sensible a la inmunoterapia.

"Trabajamos para desarrollar, validar y licenciar nuevos agentes de contraste que se llaman radiotrazadores y que permitirán a los médicos evaluar de forma más precisa si el tumor es sensible a la inmunoterapia mediante imágenes moleculares generadas con los escáneres médicos que ya existen en hospitales".

En la actualidad, Ysotope está centrada en desarrollar su primer radiotrazador para un raro y agresivo cáncer infantil llamado neuroblastoma que se suele diagnosticar entre el primer mes de vida y los 5 años de edad.

"Ya hemos hecho las primeras pruebas de desarrollo con éxito. Los siguientes pasos serán optimizar el proceso de síntesis del radiotrazador y hacer pruebas en animales para verificar el correcto funcionamiento".

Está centrada en su primer tradiotrazador para un raro y agresivo cáncer infantil que se diagnostica entre el primer mes de vida y los cinco años

Además, durante este 2023 están inmersos en la generación de propiedad industrial; tanto en profundizar en la patentabilidad como en la libertad de explotación de su producto.

Por lo que respecta al mercado, Ysotope está centrado en depurar su propuesta de valor para asegurar el encaje de su solución en el mercado y en seguir avanzando en el plan para optimizar el proceso regulatorio debe cumplir.

Ronda a finales de año

Por último, en cuanto a la financiación necesaria para llevar el proyecto adelante, se plantean cerrar una nueva ronda de inversión a finales de año para, entre otros aspectos, poder incrementar el equipo.

Su propósito está claro y el reto es mayúsculo: "Somos una empresa de impacto con la ambición de aportar valor a los principales eslabones del sector sanitario y queremos hacerlo con una aproximación Pediatric First, que busca ofrecer soluciones para problemas pediátricos que no suponen una prioridad para muchas grandes empresas farmacéuticas, pero con aplicación posterior a enfermedades adultas más masivas".

Hay motivaciones que, como indicábamos al principio, van más allá del reconocimiento, el dinero o la posición. Quizá dentro de unos años, muchos padres y madres puedan disfrutar de sus hijos gracias a la tecnología de Ysotope. Igual que Carlos Langeber ha podido hacer con su madre. El camino para ello sólo ha hecho que comenzar.