Pangea Aerospace, startup aeroespacial especializada en el desarrollo de sistemas de propulsión para la movilidad espacial con sede en Barcelona y Toulouse, ha completado con éxito una nueva fase de pruebas de varios componentes y subsistemas de su motor aerospike ARCOS en el centro de pruebas de la Agencia Espacial Alemana (DLR, por sus siglas en alemán) en Lampoldshausen (Alemania).
Gracias a los resultados de estas pruebas, Pangea avanza a paso firme hacia la validación completa de su motor. Este tipo de tecnología está destinada a revolucionar la forma de acceder al espacio, moverse en él, y volver de él.
Las pruebas realizadas por Pangea en Alemania se han centrado en diferentes componentes del motor ARCOS con la intención de validar ciertas tecnologías innovadoras de propulsión, muchas de ellas pioneras en la industria aeroespacial europea.
Por un lado, han ratificado el diseño de las cámaras de combustión que impulsarán su motor de tipo aerospike. Un diseño de cámara bimaterial (la primera en Europa) construida con técnicas de fabricación aditiva, que funciona con biometano y oxígeno líquido y enfriada por este último.
Estas cámaras tienen un diseño modular pensado para escalar fácilmente el motor y adaptarlo a las necesidades de empuje de sus clientes.
Por otro lado, en esta campaña de pruebas se validó también el diseño de dos tipos de cabezales de inyección impresos en 3D en una sola pieza, desarrollados por Pangea en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) y el Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI), en el marco de un proyecto denominado ITAN (pruebas de cabezales de inyección para toberas aerospike).
Estos inyectores tienen como característica esencial estar fabricados en una sola pieza, para facilitar la inspección y el mínimo reacondicionamiento del motor después de su uso en vuelo y allanar el camino hacia vehículos espaciales reutilizables de forma rápida y más económica.
Un motor sostenible, eficiente y reutilizable
La combinación de estas tecnologías da como resultado una solución de gran valor añadido para la industria aeroespacial, permitiéndole a Pangea Aerospace ofrecer un motor de cohete que sea más sostenible, de alta eficiencia y reutilizable, aspectos fundamentales a la hora de diseñar soluciones competitivas en la industria del futuro.
El desarrollo de estas pruebas es el resultado del enfoque ágil que caracteriza el trabajo de Pangea Aerospace, permitiendo lograr resultados de manera más rápida. Este enfoque se basa en la colaboración y la especialización. En este caso, se respalda en la colaboración con AENIUM, una empresa especializada en tecnología de materiales.
Combinando la experiencia de Pangea Aerospace en los sistemas de propulsión con propelentes verdes con la especialización de AENIUM en materiales y fabricación aditiva, ambas compañías colaboran para crear soluciones innovadoras y revolucionarias para la industria.
Pangea Aerospace lidera el futuro de la propulsión verde espacial. Después de hacer historia al encender por primera vez un motor Aerospike, las tecnologías validadas en esta fase de pruebas representan un significativo avance en el futuro de la propulsión aeroespacial.
Reutilización, combustible verde e impresión 3D
La combinación de tecnologías como la reutilización, los combustibles verdes y la fabricación aditiva promete revolucionar la forma en que accedemos al espacio. La capacidad de fabricar componentes con impresión 3D no solo mejora la eficiencia de la producción, sino que también permite una mayor flexibilidad en el mantenimiento y reacondicionamiento de motores, lo que es fundamental en la búsqueda de la reutilización total.
Además, la utilización de propelentes verdes como el biometano subraya el compromiso de Pangea Aerospace con la sostenibilidad y la reducción de la huella ambiental de la exploración espacial. Con estos resultados, Pangea Aerospace avanza para demostrar la viabilidad del motor y su posterior comercialización.
El motor ARCOS utiliza combustibles verdes, (biometano y oxígeno líquido) y se puede reutilizar un mínimo de 10 veces. Estos combustibles generan principalmente emisiones de vapor de agua y reducen un 50% su impacto medioambiental en comparación con los motores convencionales, que utilizan queroseno y son más contaminantes.
Además, consume un 15% menos de combustible, permite transportar hasta un 50% más de carga útil respecto a otros sistemas estándares.