Un pequeño Silicon Valley en la Gran Vía de Madrid: así es el laboratorio donde FOSSA da vida a sus nuevos nanosatélites
- La startup española abre una ambiciosa etapa con la comercialización de sus nuevos dispositivos que aspiran a convertirse en el "roaming satelital de la conectividad IoT" a escala global.
- Más información: Los primeros picosatélites españoles conectan con éxito con 365 estaciones IoT tras ponerse en órbita con SpaceX.
En la icónica Gran Vía de Madrid, entre teatros, musicales, variopintas tiendas y míticos cafés, emerge un pequeño Silicon Valley 'castizo' cuya propuesta aeroespacial es capaz de disrumpir la ajetreada vida cultural y comercial del centro de la ciudad.
Inapreciable para el gran público, el laboratorio de FOSSA Systems contempla desde lo alto -está ubicado en una novena planta, lo suyo son 'las alturas'- el skyline de la capital, con acceso a unas vistas privilegiadas, sólo al alcance de unos pocos.
Lo mismo sucede con su propuesta tecnológica. Sus nanosatélites 'made in Spain', desarrollados y fabricados íntegramente en su sede madrileña, son un caso único -en España y en Europa- de talento, creatividad y trabajo en equipo.
Este arranque de 2025 no podía presentarse más ambicioso: la startup está a punto de convertirse en "el roaming satelital de la conectividad IoT", una propuesta de gran potencial para salvar las barreras que todavía existen para una verdadera conectividad global de todos los sensores que la industria despliega para monitorizar sus activos: desde una instalación agrícola a una válvula en un oleoducto o un vehículo o contenedor marítimo. La casuística es inabarcable.
Tras años de intensos y punteros proyectos pilotos, FOSSA da por finalizada la fase de demostración para centrar todos sus esfuerzos en el lanzamiento comercial masivo de su tecnología dentro y fuera de nuestras fronteras.
Visitamos su sede en Gran Vía en una ajetreada mañana de los días previos a la Navidad, con un serpenteante ir y venir de turistas, vecinos cargados con bolsas de las últimas compras y ejecutivos tratando de cerrar los asuntos pendientes antes del asueto que exige la recta final del año.
El equipo de FOSSA Systems hace un breve receso en sus operaciones para recibir a DISRUPTORES-EL ESPAÑOL con Julián Fernández y Vicente González, cofundadores de la startup, como anfitriones.
La actividad no decae ni un minuto en la novena planta del edificio de Gran Vía que ejerce de morada para un equipo joven -con una media de edad que roza la treintena-, diverso -los perfiles femeninos ocupan puestos de alta responsabilidad en la compañía- y comprometido con democratizar las telecomunicaciones a escala global.
La comercialización de sus nuevos nanosatélites es su gran hito este 2025 y percibimos desde el primer instante que urge dejar cerradas todas las cuestiones pendientes antes del parón navideño. La vuelta promete y apunta directamente al espacio.
Cuesta reconocer en la estructura de la actual compañía a aquella startup que echó a andar de la mano de Julián y Vicente en julio de 2020 con el objetivo de llevar la conectividad satelital IoT a todos los rincones del planeta.
Su propuesta, al igual que su tecnología y el propio equipo, se 'ha hecho mayor'. "Ya no fabricamos picosatélites, ahora son nanosatélites", puntualiza durante nuestra estancia en la sede Julián Fernández.
Los FOSSASats son el punto de inflexión de esta etapa de mayor madurez de FOSSA, el nexo donde confluyen años de trabajo, desarrollos técnicos al más alto nivel y una capacidad de resiliencia testada para superar todo tipo de obstáculos. El mundo del emprendimiento es siempre una carrera de fondo no exenta de dificultades.
Sin embargo, la nueva generación de nanosatélites que la startup madrileña lanzará al espacio próximamente con Space X son la prueba fehaciente de la solidez del equipo liderado por Julián y Vicente.
Estos nuevos dispositivos tienen unas dimensiones de 30x10x10 centímetros plegados, con una envergadura desplegado de 54 cm, una masa de seis kilos y una generación de potencia superior a 30W.
Son exactamente 24 veces más grandes que el primer picosatélite que la empresa puso en órbita en 2022, y pueden dar servicio a miles de activos en España y cientos de miles en todo el planeta.
Los nuevos nanosatélites son 24 veces más grandes que el primer picosatélite que FOSSA puso en órbita en 2022 y tienen una masa de seis kilos con una potencia superior a 30W
Tras poner en órbita hasta la fecha 17 dispositivos en aras de la ansiada conectividad, en pocas semanas harán lo propio tres FOSSASats a los que se les unirán nuevos nanosatélites a lo largo de 2025, según confirman los cofundadores.
De hecho, la actividad en este inicio de año está siendo frenética porque pronto tocará hacer las maletas y viajar a EEUU para el lanzamiento con SpaceX.
80 satélites en órbita baja: el objetivo
Y es que la meta de FOSSA es desplegar una constelación de 80 satélites en órbita baja para ofrecer cobertura global a sus clientes en sectores como energía y servicios públicos, construcción, agricultura, logística, petróleo y gas o, incluso, Seguridad Nacional.
Además, proporcionan satélites y constelaciones dedicadas a empresas, gobiernos e instituciones que requieren su propia infraestructura para IoT, radiofrecuencia y otras cargas útiles.
"Somos la única empresa europea que desarrolla, diseña y opera su propia constelación de satélites para dar soluciones de conectividad IoT"
Su propuesta es crítica para atender desde el sector tecnológico las principales problemáticas del convulso contexto geopolítico mundial: la seguridad y la soberanía. Y ahí, FOSSA exhibe su valor añadido y diferencial sobre las opciones que ya existen en el mercado.
"Somos la única empresa europea que desarrolla, diseña y opera su propia constelación de satélites para dar soluciones de conectividad IoT", sostiene con orgullo Vicente González.
"En este contexto geopolítico, no podemos depender de comunicaciones extranjeras. Es crítico que tengamos capacidad nacional verticalizada, en toda la cadena de valor y eso es algo que no tiene la competencia", añade Julián Fernández.
"Nosotros verticalizados todo el proceso: diseñamos, fabricamos y ponemos en órbita nuestros satélites para dar el servicio de telecomunicaciones, eso es algo muy diferencial no sólo en España, sino en Europa", ratifica.
De esta forma, su tecnología propia también redunda en una clara reducción de costes y tiempo de desarrollo.
"Son dispositivos que consumen muy poca potencia, no tienen que estar enchufados con batería, duran muchos años y son muy baratos de desplegar. El coste de adquisición y mantenimiento es muy bajo", indica Julián Fernández.
Desde su sede en la Gran Vía de Madrid, fabrican y ensamblan sus dispositivos destinados a proporcionar conectividad vía satélite en zonas remotas e inaccesibles, aproximadamente el 80% del planeta.
"La constelación de FOSSA te permite gestionar tus activos en cualquier parte del mundo", asegura Julián Fernández.
Latinoamérica, en el punto de mira
En esta nueva etapa, también será clave la expansión internacional de la compañía que ha comenzado por Portugal, donde cuentan con una sede física de I+D con un equipo de seis personas.
A nivel comercial, España y Europa están en su punto de mira en esta nueva etapa, pero también Latinoamérica, sobre todo "en aquellas zonas donde la infraestructura es de mala calidad".
"Nuestro verdadero potencial se aplica sobre cualquier propuesta que abarque una infraestructura lineal, como redes eléctricas o la distribución de agua y en Latam hay una gran oportunidad"
"España está bien conectada, pero en Latinoamérica la infraestructura es muy deficiente, de ahí que existan múltiples casos de usos donde nuestra tecnología puede ser muy beneficiosa como la ganadería extensiva, el agrotech, etc", relata Fernández.
En concreto, FOSSA exhibe el verdadero potencial de su oferta innovadora sobre cualquier propuesta que abarque una infraestructura lineal como las redes eléctricas y la distribución de agua".
"Son dos casos reales en los que las empresas se gastan miles de millones de euros en monitorización y mantenimiento. Con nuestros sensores puedes reducir costes y tiempo; para muchas suponemos un antes y un después en su operativa".
Pero ¿por qué llega FOSSA donde otros no son capaces? ¿Qué es lo que le convierte en el roaming satelital de la conectividad IoT con un modelo de negocio SaaS para las empresas?
Un SaaS para empresas
Vicente González y Julián Fernández, nos brindan la respuesta clave gracias a un símil muy gráfico con la itinerancia de la telefonía móvil que todos conocemos: "Cuando estás en España y saltas de zona, tu teléfono coge una red distinta. Sería aplicar esto mismo a nivel satelital".
"No hay en la actualidad roaming satelitales para IoT. Es lo que aspiramos a ofrecer: que esté donde esté tenga conexión y con un estándar que no varía según los países, sin necesidad de cambiar el hardware del dispositivo, Cuando vas a Francia no cambias de teléfono, pues igual queremos que suceda vía satélite con la conexión IoT".
Nos despedimos del equipo de FOSSA tras adentrarnos en su laboratorio donde ensamblan sus nanosatélites -que pronto "se quedará pequeño" y necesitará una ampliación, confiesa Julián Fernández- y recorrer cada una de las estancias de la novena planta del edificio de Gran Vía.
Y dejamos atrás la madrileña calle con la sensación de que el laboratorio no será lo único que requerirá unas mayores dimensiones para que FOSSA siga creciendo. Su despegue, en sentido literal y figurado, no ha hecho más que arrancar.