¿Por qué el hombre que más startup ha subido al Nasdaq rehúye ahora la Bolsa?
Zvika Schechter, uno de los mayores inversores isarelíes, cree que que ya no es la opción más interesante para financiarse. Lo explica a INNOVADORES
11 marzo, 2018 00:00Zvika Schechter tiene 66 años, es de origen israelí y lleva más de dos décadas al frente de uno de los fondos de inversión más destacados a escala mundial, Giza. Esta firma se congratula de haber contado con alguno de los fondos más rentables del pasado año, diversificados por Israel, Polonia y, también, España. Pero si por algo es reconocido es por ser uno de los inversores que más empresas ha acabado llevando hasta el Nasdaq, la meca bursátil de la tecnología. Nada menos que nueve de las startups que Schechter ha impulsado en estos 20 años han acabado cotizando en el prestigioso índice de Nueva York.
Schechter es además uno de esos profesionales del capital privado que atesoran experiencia (ha participado en firmas como StorOne, AppSee, Odysii, Viewfinity, Cardonet, Continuity Software, My Size, Cyota, Congruency o LaserComm) y sinceridad a partes iguales, algo ideal para un servidor a la hora de extraer titulares jugosos ("el dinero es ya una commodity, especialmente en los estados más maduros de las startups") pero muy especialmente para poder tomar el pulso del rumbo que están tomando los fondos ante un mercado donde se pagan precios astronómicos por empresas sin un solo cliente o en el que proliferan unicornios como si de cerdos en una dehesa se tratase.
Zvika no se anda con hipocresías ni comentarios políticamente correctos para explicar ambos fenómenos, que los justifica con sendos argumentos. Sobre el abultado precio al que se negocian algunas compañías, Schechter considera que "nadie sabe el valor real de una compañía visionaria, porque todos los modelos de evaluación tienen limitaciones. La cuestión clave es qué esperar, porque cuando te piden dinero da igual que te pidan cinco o diez millones, lo importante es cuánto podrán conseguir en un futuro", añade el experto. "Los inversores no están locos ni invirtiendo en nada que no entiendan, pero mientras continúen las actuales condiciones financieras y siga habiendo interés por compañías en este sector, seguirán aumentando los precios de las evaluaciones de startups".
Pero lo que más sorprende es que el hombre detrás del mayor número de salidas al Nasdaq ahora reniegue de la Bolsa como objetivo. "Existen muchísimas alternativas de financiación más interesantes que los mercados públicos, más cuando nos encontramos con un contexto económico de interés cero y con grandes compañías dispuestas a pagar buenas cantidades de dinero para completar sus propias estrategias de I+D o como protección ante otros rivales. Antes una compañía de cinco millones ya agotaba sus canales de financiación y tenía que irse a Bolsa", explica el inversor a INNOVADORES. "Hay muchas empresas, muy buenas compañías, que no quieren ir al Nasdaq por todo lo complicado que es el proceso y porque salir a Bolsa te exige algunos temas de compliance que muchas de estas empresas prefieren evitar, como rendir cuentas cada trimestre, además de que te exige pensar en el corto plazo y ofrecer avances a los accionistas continuamente; mientras que al permanecer como empresa privada mantienes tu capacidad de pensar sólo en el desarrollo del producto, no en la captación de clientes ni en la rentabilidad inmediata de la empresa".
Pese a esta percepción y a defender los exits hacia private equities o grandes corporaciones, Giza formará parte de una nueva salida a Bolsa en alrededor de un año, la de WalkMe, startup dedicada a la experiencia de usuarios que llegaría a los parqués con una valoración de más de cien millones de dólares. "Hoy en día, salir al Nasdaq no tiene sentido, a menos que el CEO de la startup quiera convertirse en un gigante. Pero la mayoría de los emprendedores lo que quieren es poner en pie una idea y tener un exit decente", aterriza Schechter.