“A Europa le quedan de 5 a 10 años para salvar su industria de defensa”
El director de la Agencia Europea de Defensa, Jorge Domecq, señala la necesidad de coordinar la innovación ante la “amenaza híbrida”
13 abril, 2018 09:00A Europa le quedan entre 5 y 10 años para evitar que desaparezca su industria de defensa y retener el know how y la capacidad tecnológica”. Lo dice con voz pausada, casi serena y desapasionada, Jorge Domecq, director de la Agencia Europea de Defensa (AED), en el Foro de la Nueva Economía.
La AED, organismo de la UE con sede en Bruselas, fue creada en 2004, “al final de la Guerra Fría y tras la intervención de la OTAN en Kosovo, para establecer una identidad europea de seguridad y defensa”, explica. “Ahora ese momento se repite por la crisis de Ucrania, el terrorismo, la inestabilidad desde Siria hasta Mali y los flujos migratorios”. La amenaza es “de naturaleza híbrida, no específicamente militar, que no puede afrontar ningún país solo. Hay dos tipos de países en la UE: los pequeños y los que no saben que son pequeños”.
Domecq habla de dinero, innovación e industria: “Hay poderes emergentes que están generando una intensa competencia industrial con pretensiones hegemónicas. El programa made in China dedica 300.000 millones a robótica y nuevos materiales”.
“Hay que aplicar criterios de cooperación”. Las misiones de AED son “definir las capacidades necesarias, establecer un foro de desarrollo y ser un operador central de defensa. La mayor compañía aérea en Europa es la fuerza militar, con 100.000 aviones”.
El punto clave es que “las nuevas tecnologías cambian la organización y la forma de establecer la defensa. La inteligencia artificial va a cambiar la manera en que se desarrollan las misiones de forma automatizada; el big data facilita generar simulaciones, para la planificación; y la impresión 3D permitirá reducir dependencias logísticas”.
Aunque en materia logística también es relevante que en Europa “hay muchas diferencias de armas. Tenemos cuatro tipos de tanques, por sólo uno en EEUU y seis tipos de fragatas por una. Es absurdo que en una misión conjunta dos países aliados no puedan prestarse repuestos porque son incompatibles”, añade. “Sin un aumento en inversión en I+D no habrá una base tecnológica para la defensa”.
El Fondo Europeo para la Defensa dispondrá 10.000 millones entre 2021 y 2027 para incentivar ese desarrollo, contando con las tecnologías de doble uso. “Hay que mantener una coherencia entre la sopa de siglas [en la UE] y producir capacidades con valor añadido europeo. Han de ser las necesidades militares las que dirijan el esfuerzo, sin proteccionismos, para asegurar la permanencia de la industria. No nos equivoquemos: no hay un mercado de la defensa, porque sólo hay un cliente en cada país. Y para que funcione hay que identificar el know how y las capacidades que hay que preservar para no depender estratégicamente de terceros países. Hay que atraer a las nuevas tecnologías que no están ahora en el ámbito estratégico. Estados Unidos gastó 71.000 millones de dólares para llevar ‘Silicon Valley’ al Pentágono”. Sin demasiado éxito, añade.
Domecq añade dos referencias muy específicas: “Los programas para comunicaciones por satélite (que lidera España) y drones estratégicos. La Agencia Espacial Europea no puede desarrollar programas como Galileo y Copérnico ignorando las cuestiones de defensa, como ya ha ocurrido, porque luego toca reinvertir en los proyectos para incluir esas necesidades”.
En cuanto a la ciberguerra, “es uno de los ámbitos de atención especial y en el que hemos avanzado menos, porque ningún Estado quiere mostrar vulnerabilidades. Hemos incluido en los entrenamientos fuerzas policiales, Europol, junto con las militares, en una apuesta en común de 15 países, porque es una guerra híbrida que cambiará nuestra forma de afrontar el futuro”.
Por mar y aire
Airbus es referencia de integración industrial europea: “No teníamos flota para abastecer aviones en vuelo. Ahora tenemos ocho aparatos”. ¿Un modelo trasladable a lo naval? “Ese es el sector más complicado en la defensa europea”.
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