El ‘bot’ español que Apple quiso comprar (dos veces)
MedWhat, con clientes como el Hospital de Stanford o el de Boston, es pionera en la aplicación de redes neuronales convolucionales en la salud para ‘conversar’ con el paciente
10 julio, 2018 07:00El mercado de la computación cognitiva aplicada a la salud generará 13.300 millones de dólares en 2024, según P&S Market Research. En un informe, de enero de 2018, la consultora cita a "algunos de los actores clave" de un sector que reclama con urgencia soluciones tecnológicas ante una población mundial cada vez más envejecida y unos costes sanitarios imparables.
Echando un primer vistazo, parece que se mantiene el statu quo: IBM, Microsoft, Intel, Alphabet (matriz de Google), Hewlett Packard Enterprise... Pero, ojo, entre ese reducidísimo listado de gigantes se esconde un nombre inédito, MedWhat. ¿No la conocen? Pues esta joven empresa está fundada por los españoles Arturo Devesa y Fernando Macho. ¡Ah! Y un tercer socio, la Universidad de Stanford.
Entre Bilbao y Silicon Valley, la startup se ha ganado un hueco entre los más grandes gracias a su tecnología de última generación. Mientras otras compañías aplican algoritmos de aprendizaje automático (machine learning) a la sanidad, ellos trabajan con aprendizaje profundo (deep learning). "Somos pioneros en el uso de redes neuronales convolucionales", destaca Macho a INNOVADORES. La diferencia es que esta rama de la inteligencia artificial "se asemeja más al córtex cerebral humano". Así, su nueva arquitectura, con más de un millón y medio de líneas de código propias, ha dado lugar a uno de los chatbots más avanzados del mercado.
El usuario sólo tiene que preguntar aquello que le preocupa y la máquina personaliza su conversación usando su registro de salud personal. Entonces, el 'robot' de MedWhat busca y filtra en "cualquier base de datos pública y privada que existe en internet" para ofrecer respuestas «precisas y avaladas científicamente". De hecho, cada contestación viene referencia con la fuente. "La gente se sorprende porque la información puede proceder desde la Clínica Mayo o el Hospital Monte Sinaí de Estados Unidos hasta la Clínica Universitaria de Navarra", comenta Macho. "No nos dejamos ninguna base de datos".
De hecho, al nacer la empresa, uno de sus principales hándicaps fue incorporar el conocimiento de las bases de datos privadas. Buena parte de su capital se dedicó a ello... hasta que los propios proveedores se dieron cuenta de que eran los primeros interesados en aparecer en las respuestas de MedWhat. Y se acabó el problema.
No son las únicas vías de información del chatbot. La empresa ya cuenta con más de un millón de códigos genéticos humanos "totalmente anónimos" en su base de datos. "Sólo sabemos el género de la persona", indica. Así, MedWhat se adentra en la llamada medicina personalizada o de precisión. Una vía que la compañía explota a través de su línea de negocio bio, dirigida a biotecnológicas y farmacéuticas.
El bot conversacional cruza esas fuentes junto a "todos los protocolos médicos que existen". Aunque aún hay más. También es capaz de aprender de cada duda que se le plantea. Y ya ha recibido cerca de 12,5 millones de preguntas en su base de salud y medicina... Cuando tiene toda la información, el chatbot podría simplemente ofrecer una respuesta; pero MedWhat ha diseñado su sistema para que mantenga conversaciones recíprocas, igual que lo haría un doctor.
Todo ello ha llevado a que esta empresa, de apenas 16 empleados, seduzca a hospitales y clínicas de medio globo. Incluso ha recibido dos ofertas de compra del omnipresente Apple. La primera de ellas, en 2011, cuando el gigante de la manzana desarrollaba la primera versión de su asistente virtual, Siri. "Le hemos dado calabazas dos veces, aunque suene muy de Bilbao", bromea Macho, aunque añade que "también podría haber mejorado mucho su oferta". En lugar de vender, los emprendedores han optado por el camino difícil. Y no les va nada mal.
Uno de sus grandes clientes es el Gobierno Federal de Estados Unidos. MedWhat trabaja activamente con dos de los hospitales más potentes del país: el de Stanford (con quien actúan a nivel de prevención) y el de Boston (para postoperatorio). Un hospital de Singapur, por ejemplo, ha utilizado su plataforma para diseñar un chatbot de asistencia para neurocirujanos durante las intervenciones quirúrgicas.
Su propia criptomoneda
MedWhat se ha embarcado recientemente en una última aventura: crear su primera criptomoneda, LindaHealthcoin, con tecnología blockchain para que el público pueda adquirir su seguro de salud. Así buscan ‘atacar’ directamente al consumidor final. Por cinco dólares al mes (unos cuatro euros), el usuario puede preguntar todo lo que quiera a su médico virtual. "Sirve para un primer diagnóstico y un empoderamiento de la salud", destaca Macho. ¿Por qué una criptomoneda? Para "proteger a los pacientes de la inflación y de los crecientes costes sanitarios". Además de garantizar la seguridad de sus datos médicos.