Una piel inteligente recubre los brazos robóticos para facilitar su trabajo en colaboración con humanos.

Una piel inteligente recubre los brazos robóticos para facilitar su trabajo en colaboración con humanos.

Grandes actores

Una ‘piel’ blanda que convierte cualquier robot en cobot

Blue Danube diseña este material esponjoso de poliuterano que mide con sus sensores la presión del aire para detectar si hay contacto con una persona

30 agosto, 2018 07:00

La compañía austriaca Blue Danube Robotics ha presentado una 'piel' inteligente para robots industriales... blanda. Su Airskin es un material 'esponjoso' sensorizado que se adapta a cualquier máquina independientemente de su capacidad y tamaño. ¿Cuál es su objetivo? Dotar de seguridad a los robots en las fábricas... hasta el punto de convertirlos en cobots.

El producto, que tiene un grosor de alrededor de un centímetro, mide constantemente la presión y, si toca a un humano, envía una orden al controlador para que se pare inmediatamente, a través de un sensor de colisión que activa de forma instantánea una parada de emergencia, para favorecer la colaboración y el trabajo conjunto entre empleado y robot.

Esta sensible piel del robot evita accidentes al medir con sus sensores los cambios en la presión del aire: con solo una mini abolladura de dos milímetros en el revestimiento de poliuretano se registra el contacto y en solo 10 milisegundos se detiene el robot. Una “actitud” que favorece su colaboración con los humanos.

Esta cubierta blanda se puede adaptar a cualquier brazo robótico, aunque Blue Danube Robotics cree que, sobre todo, se aplicará en áreas industriales en las que  humanos y robots comparten el espacio de trabajo, pero no trabajan juntos de forma permanente. Por ejemplo para atornillar, levantar cargas pesadas, durante el ensamblaje de la máquina, entre otras tareas.