La alianza como estrategia para lograr el campo digital
El comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, anuncia en Córdoba el lanzamiento de plataformas de integración digital agrícolarn
4 diciembre, 2018 07:00La agricultura inteligente requiere un entorno colaborativo de productores, tecnológicas y administraciones públicas, como las plataformas de integración digital agrícola que ha avanzado el comisario europeo de Agricultura, Phil Hogan, en el evento de digitalización agrotech, DATAGRI en Córdoba.
Alianzas, formación, juventud, ejecución, resultados, financiación... Son algunas de las tags para definir el proceso de transformación digital en el que se embarca el sector agroalimentario y forestal en España. Han salido de los labios de los principales actores que articulan la digitalización del medio rural en DATAGRI, el foro de referencia nacional en adelante.
Big data, IoT, blockchain, inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, cloud computing,… A pie de campo, el agricultor extiende la mirada hacia una nube de incertidumbre. El nivel de aplicación de las tecnologías disruptivas en la agricultura de precisión es embrionaria, aunque se cuentan paulatinamente brillantes incursiones en cultivos de valor añadido, como el viñedo, el olivar, los frutales y la hortofruticultura, que están sirviendo de ejemplo tangible de resultados para disminuir costes de insumos agrícolas y gestionar recursos de energía y agua.
La mejora de la rentabilidad es el mayor reclamo para incorporar jóvenes de las generaciones Y - Z, los más formados en digitalización y sensibilización por el medio ambiente. Porque esta disrupción afina mucho más en proteger la biodiversidad y reducir las emisiones de gases invernadero.
El agricultor y ganadero necesita pruebas para abordar la inversión, en la mayoría de casos de importante entidad, y la contempla más como riesgo que como beneficio en el futuro. Los que ya la aplican en sus explotaciones agrarias son conscientes de que partir con ventaja en un fenómeno imparable les va a pillar preparados en un escenario de aumento de la productividad agrícola y la calidad de su alimentos, pero bajo férreos condicionantes de recursos naturales, acceso a las mejores tierras de cultivo y la competitividad mundial. En DATAGRI, se ha escuchado que el proceso de digitalizar el sector agrícola apenas dará síntomas antes de un lustro, pero sus efectos de una década en adelante dejarán una huella indeleble.
El modelo de agricultura familiar, mayoritario en el campo español, tiene que adaptarse para no quedar desfigurado antes los miles de millones que están inyectando en agricultura compañías de maquinaria, sanidad vegetal y fertilización, y la industria alimentaria, más madura en adoptar procesos digitales de producción, sin olvidar las operadoras de telefonía, hardware, software, empresas de comercio electrónico, conectividad por satélite e industriales.
¿Cómo deben aprovecharse los agricultores del tsunami inteligente y no quedar engullidos en estructuras de integración? La clave está en la colaboración estableciendo alianzas con el resto de operadores de la cadena agroalimentaria, compartiendo datos para orientar sus producciones a adoptar determinadas innovaciones, optimizar procesos complejos y adecuarse a lo que demanda realmente el consumidor. La financiación sería otro pretexto para formar parte del entorno colaborativo.
La Comisión Europea va a crear las plataformas de integración digital agrícola para hacer accesibles los datos y permitir a terceros desarrollar aplicaciones y conectar diferentes usuarios y aplicaciones, como ha adelantado el comisario Hogan en Córdoba.
El Ministerio ha lanzado un Grupo Focal sobre digitalización y big data para explorar con expertos soluciones prácticas innovadoras. La tendencia de democratización de las tecnologías provoca que sean accesibles y fiables a los agricultores, como el programa Copernicus, para tener imágenes de satélite, sensores remotos avanzados, en información geográfica sobre suelo, el estado de la vegetación o el ciclo del agua.
Las cooperativas juegan un rol en la expansión de la agricultura inteligente por su capacidad de agregación de la demanda de digitalización y el acceso a los datos de un modo colectivo y seguro.
Código de conducta
En cuestiones éticas, agricultores, cooperativas y empresas proveedoras del sector agroalimentario van en el mismo barco a nivel europeo. Establecen conjuntamente unos principios básicos para el intercambio de datos del campo a la mesa, en un pionero código de conducta (CdC) de la Unión Europea.