Desarrollar nuevo software no es solo cuestión de dominar el código, sino también de ser ducho en metodologías y fórmulas de trabajo eficientes. Máxime si se trabaja en un entorno tan ágil y exigente como el actual.
Ante esta necesidad, en el año 2010 se creó una filial de la consultora VASS dedicada en exclusiva a crear soluciones que facilitaran toda esa labor. Escindida en 2014 y comandada por sus tres fundadores, la empresa -ahora llamada Clarive- es un completo proveedor de herramientas para orquestar de manera controlada todos los procesos relativos a la gestión del código fuente y DevOps.
El objetivo común a todas ellas es reducir el número de procesos manuales (eliminando así el error inducido por nuestra naturaleza), acelerar los tiempos de desarrollo y mejorar la disponibilidad del software.
Para ello, nos explica su CEO Rodrigo González, cubren todo el proceso de creación de software, desde la planificación del proyecto hasta su puesta en producción, pasando por su compilación y tests previos. Una capa invisible para el consumidor final del programa, pero que ya facilita enormemente las vidas de los programadores de Telefónica, Bankia, Banco Sabadell o El Corte Inglés.
Por delante queda el reto de la internacionalización de Clarive, que ya cuenta con clientes fuera de nuestro país pero que baraja su expansión en firme "quizás a Asia -Corea- o Singapur, pero también hemos tenido experiencias en Australia o Japón", adelanta González.
Eso y democratizar su tecnología mediante una opción gratuita de su suite de soluciones en la que esperan más de 1.000 instalaciones al mes. "Queremos estar en todos los lados, democratizar Clarive", concluye González