Tres días siguiendo la estela del CEO de Microsoft
Satya Nadella recorre España en un tour exprés al que asiste INNOVADORES, en el que insiste en defender la ética y la privacidad digitalrn
4 marzo, 2019 07:00Domingo, 24 de febrero. Microsoft ha citado a un pequeño grupo de periodistas en un hotel cercano a la Fira de Barcelona. Oficialmente, el MWC 2019 todavía no ha abierto sus puertas y el evento de la firma de Redmond se celebra tras el cierre de estas instalaciones al público, por lo que las medidas de seguridad son extremas: acreditación dos horas antes de la cita, doble chequeo de identidad, autobús para recorrer apenas 400 metros y guardias por doquier. La razón, no obstante, lo merece: es la primera aparición del particular tour exprés de Satya Nadella por España.
Lo que el consejero delegado de Microsoft iba a anunciar en este evento no era ningún secreto -las HoloLens 2, unas gafas de realidad mixta cuya capacidad de interacción con los objetos virtuales abren de una vez por todas las puertas a la computación holográfica como una tendencia masiva en el mundo empresarial-, pero Nadella trasciende cualquier anuncio de producto concreto. Su rol no es ese (como si lo era durante la época de Steve Ballmer como CEO de la casa), sino el de marcar la estrategia que ha permitido reflotar la multinacional desde sus peores tiempos -con la fallida compra de Nokia mediante y un plan de reestructuración de 18.000 empleados- hasta sus máximos en Bolsa y unos resultados financieros que ya quisieran muchos de sus rivales del sector.
Su discurso, ese domingo, fue breve. Todos los que le sucederían a lo largo de los tres días que ha visitado nuestro país lo fueron. Si alguien esperaba algún bombazo, se llevaría una gran decepción. Si, por el contrario, buscaba entender la mente de alguien que ha reconvertido una empresa dedicada a la electrónica de consumo a un modelo híbrido, donde el cloud de Azure tiene un protagonismo destacado, seguramente se haya llevado alguna píldora valiosa de entra las palabras de Nadella. "Cuando cambias la forma de ver el mundo, el mundo que ves cambia", "la computación no está restringida a un solo dispositivo o al centro de datos: ha de estar cerca del dato final y ser capaz de adaptarse a distintas fuentes de inputs» o su interés en que la ciudadanía pase de "consumidores activos de tecnología a creadores activos de la misma» son solo algunas de las citas célebres que dejó su intervención en esa previa del Mobile World Congress.
Satya Nadella, que llegó apenas unas horas antes a la Ciudad Condal, reservó los anuncios más corporativos para el día siguiente. Ya con el telón del MWC levantado, el directivo presentó junto a José María Álvarez-Pallete una alianza por la que Telefónica empleará las capacidades de Microsoft en inteligencia artificial en la nube para mejorar sus procesos de negocio y la relación con clientes. Más tarde, en la considerada como keynote más relevante del mayor evento de telecomunicaciones del mundo, Nadella ya se mostró algo más libre para dar rienda suelta a su vertiente de predicador tecnológico.
Y lo hizo en base a las tres grandes transformaciones que él visualiza en el futuro inmediato: edge computing ("la computación va a ser ubicua, va a estar en la nube pero también en el extremo", considerando Nadella que todo el ruido del 5G no es más que "llevar el cálculo de baja latencia al punto final, donde se crean los datos"), la inteligencia artificial (el tema favorito de Nadella, quien dijo el lunes que esta tecnología "es algo fenomenal, solo hay que pensar en todo lo que estamos consiguiendo en el procesamiento del lenguaje, de la voz o de la visión. Son avances que llegan rápida y drásticamente, pero como cada nueva experiencia que generemos estará basada en IA, podremos extraer conocimiento de todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor") o la realidad mixta.
Al poco de terminar esa ponencia vespertina, el consejero delegado de Microsoft emprendía rumbo a Madrid, donde el martes tendría que madrugar para participar en un desayuno con directivos en el Hotel Palace. Su intervención fue incluso más breve que las acontecidas en Barcelona, si bien la culpa hemos de echársela al difícil tráfico de la capital y a su apretada agenda en esa jornada. Pero, incluso en apenas media hora delante del respetable, Nadella fue capaz de dejar algunas frases para el recuerdo (y para el debate). Y es que, el directivo aprovechó este foro para remarcar la posición de Microsoft en favor del uso ético y responsable de la tecnología en general, y de la inteligencia artificial en particular.
"Queremos que se gestionen la privacidad y los datos personales como un derecho humano", ha promulgado Nadella. "Esto implica ir más allá del cumplimiento normativo y cambiar nuestra forma de pensar respecto a los datos". En la misma línea, el gurú de origen indio explicó que "el crecimiento de la inteligencia artificial está siendo tan rápido que es imprescindible diseñar principios éticos para responder a las preocupaciones básicas de la sociedad en torno a las consecuencias indeseadas de la tecnología". No en vano, Microsoft fue una de las primeras compañías TIC en enarbolar sus reglas éticas en el desarrollo de la IA, especialmente la de reconocimiento facial, en una suerte de obsesión compartida entre el propio Satya Nadella y el presidente del grupo, Brad Smith. "No todas las empresas tecnológicas somos iguales, tenemos nuestra propieda identidad. Y nosotros no somos meros agregadores que no les importe lo que suceda con sus clientes y consumidores: nosotros queremos ir de la mano de ellos y compartir el éxito", sentenció el ejecutivo, en un dardo envenenado que seguro no ha sentado demasiado bien en Amazon, Google y demás.
De esta conferencia, Nadella se fue raudo y veloz a reafirmar el compromiso de Microsoft con la Fundación ONCE (como ya hicieran Bill Gates en 2004 o el propio Smith en 2017) y a visitar el laboratorio de educación de la firma en Madrid, "un espacio para la imaginación y la innovación educativa" como la definen fuentes de Microsoft. Culmen a su visita con marcado compromiso social y por la inclusión digital (tema que toca de lleno a Nadella, cuyo primer hijo sufre de parálisis cerebral severa). Y, de ahí, vuelo a Alemania para sellar otra alianza más con Volkswagen.