De promocionar los cupones de descuento en Groupalia a facilitar accesos a gimnasios para acabar vendiendo casas por Internet en Housell. La evolución emprendedora de Guillermo Llibre es, cuanto menos peculiar, aunque para él todos estos nichos están más conectados de lo que parece.
"Al final son sectores donde hay modelo de negocio similar y un sistema tradicional de hacer las cosas que nos abre una ventana de oportunidad que supimos aprovechar, subiéndonos en el momento adecuado de la ola", explica Llibre a INNOVADORES. "En el caso de Housell, el sector inmobiliario está muy fragmentado y estaba basado principalmente en el cobro de una comisión sobre el precio de venta de la vivienda. Nadie había traído un modelo como el nuestro, en el que te cobramos un precio fijo independientemente de si se vende o no".
Para él, el segmento de las ‘proptech’ todavía tiene mucho campo por delante. "Hay muy poca tecnología metida en el sector, y seguramente veremos cómo las grandes inmobiliarias se meten a ofrecer servicios como el nuestro. Tampoco me extrañaría que los marketplaces actuales, como Idealista o Fotocasa, hicieran algo parecido. Al menos yo, si fuera ellos, lo haría", reconoce Llibre.
Por lo pronto, Housell sigue expandiéndose por la geografía española (100 ciudades en la actualidad, el doble de lo previsto), afianzando una red de operadores humanos que dan soporte a su actividad en las zonas menos digitalizadas. Por el contrario, la start up se quedó algo corta en sus objetivos de casas listadas en 2018 (4.300 viviendas del reto anunciado de 5.000) y también en facturación (4,3 millones frente a los 5 millones publicados). "Nuestro objetivo para 2019 es multiplicar por dos o tres ambos conceptos", asegura a este medio.
Siguiendo con el examen de cifras, Housell se planetó hace años copar el 3% del mercado de las agencias imobiliarias en España. Objetivo muy ambicioso teniendo en cuenta el grado de atomización de este vertical y la baja tasa de digitalización en muchas regiones del país. Al respecto, Guillermo Llibre confirma que "vamos algo rezagados frente a otros países en este tema, pero lo importante es nuestra cuota de mercado dentro de las proptech. Y ahí estamos en torno al 60%. Y no sólo eso: somos los que más casas listamos y los que más financiación hemos conseguido".
Para acabar, el CEO de Housell no obvia los retrasos que está acumulando su plan de internacionalización del proyecto. El año pasado, el propio Llibre postergó a 2019 estas intenciones y, ahora, hace lo propio de cara a 2020. "Primero es consolidar España y luego, siempre teniendo en cuenta la eficiencia de la inversión, iremos abriendo otros países. Estamos mirando algunos que son similares por cultura o modelo de negocio, como Portugal, Italia, incluso Francia o Polonia. Pero tenemos tanto trabajo en España que aún no queremos dar el salto. Hay que encontrar el momento adecuado. Si me hubieras preguntado hace seis meses, te hubiera dicho que nos internacionalizaríamos este mismo año. Ahora te digo que puede ser que este año, puede que el próximo".
Con 150 empleados, repartidos entre operaciones, tecnología y comerciales, Housell se propuso en 2017 acabar con el inmovilismo en el sector inmobiliario y crear un "efecto wow" en esta industria tan tradicional. Una atención mediática que Llibre considera superada a tenor de la buena acogida entre propietarios de viviendas en nuestro país. Por delante, confirmar sus distintas estimaciones y seguir profundizando en este cambio en la forma de vender viviendas en nuestro país.