Ha ganado el título de ‘fast fashion’, aunque si hay algo de lo que carece es de rapidez. La moda es una de las industrias más subdesarrolladas en digitalización. Hoy es posible diseñar una réplica digital de un puente, un coche o un mueble para reducir errores y agilizar su fabricación. ¿Y de un textil? Olvídelo. Un vestido, por ejemplo, tiene cerca de 15 millones de cruces de hebras. El problema es que no existen tecnologías capaces de simular un tejido a escala de hilo, como mucho, se ha conseguido trabajar con polígonos. Quizás las herramientas del cine y los videojuegos… Pero, claro, pocos pueden contratar a un ilustrador de Pixar y, más difícil aún, que sea escalable. En esta debilidad ha encontrado su fortaleza la joven empresa española Seddi Labs.
Simulación de óptica, mécanica, rendering, visión computacional… Los perfiles de los cuatro investigadores de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid que fundaron esta startup en 2017 son variados y complementarios. Al principio, su idea fue crear una solución para la industria cinematográfica, pero pronto se dieron cuenta de que este mercado es limitado, con pocos actores a nivel mundial. Buscaron entonces una industria hambrienta de tecnología y se encontraron con que la textil estaba mucho más atrasada de lo que jamás hubieran pensado.
Apenas dos años y medio después, sin ni siquiera haber lanzado aún producto al mercado, pueden presumir de trabajar con marcas de moda que se encuentran en el top 10 mundial (que no pueden revelar por confidencialidad), atesorar seis patentes (en diversos estadios de aceptación), contar con el respaldo de socios industriales norteamericanos, operar con una estructura internacional (con sede en EEUU, Canadá y España) o tener una plantilla de 50 personas, que incluye a 12 doctores y exprofesionales llegados desde Ralph Lauren hasta Disney.
Y tanto interés, ¿a qué se debe? A que han trasladado una herramienta de ingeniería al mundo de la moda. “No existe un gemelo digital para el ‘fashion’”, afirma el director general de Seddi Labs, Jorge López. El problema es que la tecnología de Hollywood “no es escalable”. El reto, por tanto, era conseguir un estándar que automatizase la creación de las copias virtuales de las prendas. Eso es lo que ha conseguido Seddi Labs. Para ello ha desarrollado una base tecnológica completa hasta tal punto que han tenido que crear la maquinaria necesaria para dar con esas versiones hiperrealistas. “Ni para el cine existe algo similar”.
Esa plataforma es la base de la que beben los distintos desarrollos de la empresa, que saldrán al mercado en 2020. Sin embargo, antes de ver la luz, la startup está demostrando la fortaleza de sus soluciones en fase piloto con grandes marcas de moda y fabricantes internacionales. “Queremos validar los productos con ellos antes de sacarlos al mercado”. El primero de estos productos consiste en un simulador de textiles. “Permite obtener un duplicado digital de la prenda”. Pero con un nivel de detalle extremo.
Todo parte de una muestra física del tejido. Esta se coloca en una máquina fotónica que ha tenido que desarrollar el equipo de Seddi Labs a medida. El objetivo es que capture el textil a escala micrométrica, iluminándolo desde múltiples puntos para conocer cómo responde a la luz. Así, la empresa puede analizar su estructura de forma automática, incluso detectando los pelillos sueltos y su forma. “Es obligatorio bajar a ese nivel de detalle para crear un duplicado realista”, sentencia el director general.
La tecnología no sólo reproduce hilo por hilo, sino el conjunto. “El aspecto de una prenda no viene dado únicamente por las propiedades mecánicas de los hilos, sino por las interacciones entre estos”. Por tanto, su apariencia está definida en buena parte por las costuras y los patrones. Así que la solución española también recoge el análisis de la hilatura.
Esta información se transforma después en modelos virtuales hiperrealistas a escala de hilo. A esto se le añaden técnicas de aprendizaje profundo (deep learning) para poder prever cómo se comportará el tejido cuando se doble, se roce, se gire, se ilumine, se estire, se arrugue… “Usamos redes neurales para tomar la decisión de cuál es la mejor repetición”, señala López.
Además, la herramienta ofrece al cliente toda la información necesaria para la fabricación real de cada réplica digital (desde el orden para coser hasta cuánta tela será necesaria doblar). Así, el usuario puede tomar la mejor decisión de producción. El sistema se complementa con la segunda solución que Seddi Labs pondrá a la venta: un software de diseño y confección de prendas en la nube que permite el trabajo en modo colaborativo.
El tercer gran producto de la startup madrileña está más enfocado al consumidor. Se trata de una tecnología de adquisición de cuerpos humanos y simulación de estos con ropa. El tan esperado probador virtual, pero “que funciona de verdad”. La empresa trabaja en el desarrollo de una app móvil capaz de capturar la figura del usuario con un vídeo de dos segundos. “Solo hace falta que lleve ropa ajustada”, puntualiza López.
Con ese clip, su tecnología reconstruye por completo su cuerpo en tres dimensiones. ¿Cómo? Gracias a su base de datos con miles de registros y a sus algoritmos de inteligencia artificial que extrapolan las medidas reales de cada individuo. “Los humanos no somos tan diferentes”. El resultado es un maniquí con las mismas medidas que el consumidor, pero que además tiende a deformarse como él. “Le dotamos de propiedades de dureza, con sus partes más duras y más blandas”.
La compañía tiene previsto lanzar este producto en los dos próximos años, mientras tanto, dentro de poco, sacará una aplicación móvil, basada en la tecnología anterior, que actuará como recomendador de tallas para las tiendas de ropa online.