Pólizas por minutos para asegurar la ‘gig economy’
Los nuevos trabajos exigen nuevos conceptos de seguro. La británica Zego busca entre ‘riders’ y conductores de Uber a sus clientesrn
9 mayo, 2019 07:00Ay, la economía colaborativa. Cuántos ríos de tinta, cuántas denuncias y cuántas opiniones enfrentadas se han generado en torno a este concepto que se refiere a todos aquellos servicios que se obtienen (en teoría) entre particulares y a través de plataformas digitales. El usuario final está feliz porque consigue trayectos, comida o cualquier servicio de forma más sencilla y cómoda. El comercio (que debería estar fuera de la ecuación) logra llegar a más público. Pero, ¿y el trabajador? Bajo este mantra de la gig economy se ha profundizado en la creación de un nuevo modelo de relación laboral en la que el empleado se convierte en autónomo y pierde buena parte de las prestaciones a las que estamos acostumbrados cuando hablamos de trabajadores por cuenta ajena.
Un seguro que le proteja ante eventuales accidentes es una de las cosas que ahora pasa a ser responsabilidad del freelance, y este elemento puede ser crítico cuando pensamos en trabajos en los que la responsabilidad frente a terceros es crucial, como en el caso de los conductores de plataformas como Uber o en riders de pedidos a domicilio para firmas como Deliveroo.
Precisamente en esta última compañía trabajaba Sten Saar, que en 2016 decidió fundar Zego, una insurtech que ofrece pólizas por minuto, por días o por meses a los trabajadores de la economía bajo demanda. "La idea surgió cuando en Deliveroo buscábamos pólizas para nuestros repartidores. Los precios de los seguros comerciales que nos ofrecían eran de miles de euros para trabajadores que solo servían pedidos unas pocas horas a la semana", explica a INNOVADORES el fundador de la compañía. Si un repartidor trabaja con estas firmas como complemento a otros trabajos durante, pongamos, una hora o dos al día, ¿qué sentido tiene pagar un seguro a jornada completa?
La cuestión legal que subyace, aunque en España el marco regulatorio no esté claro, es que el seguro que uno utiliza para un uso privado de su coche o de su bici no cubre accidentes o problemas cuando se emplean como herramienta de trabajo para atender pedidos o llevar a otros. Y de ahí el concepto clave: habilitar pólizas que solo asegurasen los minutos exactos de trabajo (que, gracias al uso de aplicaciones que registran cualquier pedido se pueden certificar) a cambio de pagar un precio menor.
En España acaban de aterrizar con una oferta de seguros para conductores de flotas de vehículo, tipo Cabify o Uber, en las que el dueño de los coches es siempre el mismo, pero el conductor no. Cuando un conductor empieza su jornada, registra en las aplicaciones de estas empresas sus trayectos y sus momentos de actividad. Zego se integra con sus plataformas, de forma que el seguro en cuestión se activa solo cuando el usuario está en activo, y se desactiva cuando se marcha a casa.
Aunque esta ha sido la punta de lanza en nuestro país, los seguros para servicios de motos y patinetes compartidos son también sus negocios en países como Reino Unido. "Hay retos todavía en materia de regulación", reconoce Saar, pero para él es innegable que la industria de los seguros debe adaptarse a esta nueva realidad del autoempleo en la que trabajadores particulares no pueden hacer frente a costosas pólizas.
"Tendencias como la urbanización masiva de las ciudades, el salto hacia las economías de acceso frente a la posesión de elementos como los instrumentos de transporte y el autoempleo son imparables. Pelear contra ellas a largo plazo es una batalla perdida", sentencia, para reclamar la necesidad no solo de una regulación adecuada, sino de que más empresas de seguros y de otros sectores se sumerjan en el concepto de flexibilidad laboral que (guste más o menos) ha llegado para quedarse.
Alianzas para la nueva era
Las pólizas de Zego funcionan en asociación con grandes empresas del sector. Para su fundador, las alianzas entre firmas establecidas y startups de base tecnológica serán una realidad cada vez más común y necesaria.