Instalación de los equipos de Indar en la presa Hoover (Nevada, EEUU).

Instalación de los equipos de Indar en la presa Hoover (Nevada, EEUU).

Grandes actores

Así consigue agua para Las Vegas la empresa vasca Indar

La firma ha creado las unidades de bomba y motor sumergibles más potentes del mercado para ayudar al estado de Nevada a extraer el agua más profunda de la presa Hoover

10 octubre, 2019 07:00

Es una de las grandes obras de ingeniería del mundo. Si hablamos de presas, sin duda, la estrella. Recibió el nombre de ‘Hoover’ en honor al presidente estadounidense que desempeñó un papel clave en su construcción. Desde entonces abastece de agua y electricidad a los estados de Nevada, Arizona y el sur de California. Más de 70 años después, se enfrenta a su mayor amenaza: la sequía. Pero una empresa vasca ha dado con la solución.

Las escasas lluvias de los últimos años han provocado que el lago Mead, el mayor embalse artificial de Estados Unidos, se vaya secando. Este lago, formado por el agua recogida por la presa Hoover, ha visto cómo sus niveles han caído más de 40 metros en menos de dos décadas. Salta la alarma. Muy cerca, a 48 kilómetros, descansa la ciudad que nunca duerme. Las Vegas necesita mantener el exigente nivel de vida de sus tres millones de habitantes.

El problema es que los sistemas tradicionales de bombeo no llegan a cotas tan bajas de agua. Y aquí es donde entra en escena Indar, empresa del grupo Ingeteam. La firma, con sede en Beasain (Guipúzcoa), ha diseñado e instalado las bombas sumergibles más potentes del mundo capaces de recuperar el agua desde lo más hondo del lago Mead.

La compañía, fundada en 1940, ha sido una pieza clave en un proyecto presupuestado en 670 millones de euros. Se lo ha ganado a pulso. Todo empezó cuando recibió la llamada del Sistema de Aguas del Sur de Nevada (SNWA). Había sido seleccionada junto a otras dos empresas (una austriaca y otra japonesa) para diseñar una tecnología que permitiese extraer el agua a una profundidad mayor que los sistemas tradicionales. "Las turbinas verticales que se suelen utilizar no pueden bajar más de 30 metros de una manera eficiente", comenta el director de desarrollo de negocio de Indar, Pedro Garciandia, a INNOVADORES. ¿Qué pasa con el agua que está por debajo de ese nivel? "No es utilizable".

Las autoridades estadounidenses dieron un millón de dólares a cada de las tres firmas seleccionadas. El objetivo era desarrollar una bomba y motor sumergible que superase los 140 metros de profundidad. "Después de año y medio, los únicos que entregamos un prototipo en tiempo y forma fuimos nosotros", afirma. "Que, además, éramos los más pequeños empresarialmente de los tres", apostilla. Así es cómo firmaron el mayor contrato de su historia, de 70 millones de euros.

La solución ideada por el equipo de Indar es única en el mercado. En total han fabricado 32 conjuntos de bomba y motor (20 de baja presión, 10 de alta y dos de reserva). De hecho, las 10 unidades de alta presión son "las bombas sumergibles más potentes del mundo". ¿Su cometido? Captar el agua en lo más profundo de la presa Hoover y conducirla hasta la planta de tratamiento de aguas superior para el consumo humano.

La tecnología, además, tiene un componente sostenible muy fuerte. Su motor es respetuoso con el medio ambiente, ya que está refrigerado por agua. En las instalaciones tradicionales, los motores se tienen que colocar en la sala de máquinas, donde hay que realizar un cuidadoso mantenimiento con un consumo de aire acondicionado muy elevado. Para evitar este gasto, Indar ha conseguido ubicar el motor bajo el agua, de forma que siempre está refrigerado, eliminando la necesidad de construir edificios que pudieran modificar el entorno natural.

Garciandia explica que, precisamente, el gran reto del proyecto ha sido sumergir los motores. "Las bombas ya las teníamos calculadas!, dice. Pero conseguir que el motor pudiese refrigerarse soportando los esfuerzos de presión a esa profundidad era un desafío que la industria no había resuelto. La empresa vasca solucionó el problema a través del diseño especial de unos cojinetes de empuje axial, que actúan como si fuesen amortiguadores. "Además, son ecológicos ya que están llenos únicamente de agua, sin aceites o grasas que circulen dentro del motor sumergido".

La treintena de conjuntos de bomba y motor ya está instalada en el lago Mead, a falta de un par de unidades. Un proyecto histórico que EEUU agradece a la compañía española. De hecho, el anterior gobernador de Nevada, Brian Sandoval, visitó sus oficinas de Beasain para mostrar su gratitud. Así plasmó su admiración  por Indar en el libro de visitas: "Gracias por dar una solución de agua a Las Vegas y preservar su futuro".

EN LA MAYOR DESALADORA DE EEUU.

Inda acaba de firmar otro gran proyecto en Estados Unidos. Diseñará y fabricará las nuevas bombas y motores de la mayor desaladora del país, con capacidad de trasiego diario de 112 millones de litros de agua. Estos equipos empezarán a funcionar en la planta Bud Lewis Carlsbad, en el condado de San Diego (California), a mediados de 2020. Aportarán un elemento "determinante": cuidarán de los peces que pasen por ellas. Y es que los canales de la hidráulica de estas bombas han sido creados por la firma vasca para que los peces puedan atravesarlos sin sufrir daños o estrés. "Son ‘fish friendly’", dice Garciandia.