Ahora, el principal desafío no es la crisis de la reconexión [desde el domicilio], sino el regreso a las oficinas. Es en lo que las empresas tienen que actualizar lo que están haciendo. Nuestra experiencia, tras la crisis financiera de 2008, dice que el gran desafío no es tanto extender la digitalización, sino lograr la economía correcta. Entonces, en 2008, las empresas tenían muy poco efectivo, así que necesitaban enfocarse en la innovación a un costo muy bajo. Lo que aprendimos en Fujitsu fue pasar de ser una empresa TIC a una empresa de transformación digital. Ahora ayudamos a nuestros clientes a cambiar, desde la digitalización de los modelos comerciales, a cómo implementar la innovación para el futuro".
Habla desde Tokio, apasionadamente, Martin Schulz. Cuando hace año y medio INNOVADORES tuvo ocasión de charlar con él en su despacho, Fujitsu lo caracterizaba como su consultor de cabecera en transformación digital. Formalmente es investigador jefe del Instituto de Investigación de la compañía (un think tank, en realidad), y para esta ocasión él mismo se presenta como Chief Policy Economist. Su posición es bastante líquida y flexible para observar desde el punto de vista que más le atraiga para identificar tendencias. Que en este caso es la transformación forzada por el shock del coronavirus. Tokio es su inmenso laboratorio social.
"Esta crisis no es sólo un gran desafío, sino también un gran experimento sobre lo que sucede cuando una megaciudad, con 34 millones de habitantes, se muda en una semana de la oficina a trabajar en casa, con un 80 % de reducción de la movilidad general. Salió bastante bien, porque Tokio está preparada. Incluso una gripe estacional se toma muy en serio. En pocos días todos usaban mascarilla y tenían desinfectantes. Y lo más importante es que la logística era muy eficiente de antes. Lo que pides por la mañana con un clic del ratón suele llegar por la tarde".
Pero el gran desafío es el cambio de hábitos, que el presidente, Takahito Tokita, al presentar "el primer digital global flagship event" de la compañía, define como "cambio de vida laboral". Algo que "ha cambiado nuestro mundo por completo" por el "inesperado impacto" de la Covid-19.
El presidente explica que Fujitsu se ha embarcado en la búsqueda de un balance interno, "repensando completamente nuestro trabajo, para permitir a cada empleado flexibilidad con su estilo de vida", mientras la empresa ayuda a las otras a conseguir el objetivo.
Lo cual, tratándose de una corporación tecnológica, significa tanto participar en "una simulación de evacuación ante un desastre natural de una ciudad con varios millones de habitantes como Tokio, minimizando el riesgo de infecciones", como "poner la tecnología esencial para crear el supercomputador más rápido del mundo, Fugaku".
"Japón enfoca el trabajo en equipo en reuniones cara a cara, todos a bordo, trabajando juntos", prosigue su mensaje Schulz. "La mayoría de las empresas no tenía teletrabajo. Hemos intentado digitalizar oficinas durante mucho tiempo, no siempre con mucho éxito, así que muchas empresas no estaban preparadas. ¿Qué pasó? Que afloraron las habilidades digitales de los empleados".
"Esta es la nación de juegos más importante y Japón tenía redes sociales mucho antes de Facebook. Las empresas rara vez lo aprovechaban, porque era parte de la vida privada. Ahora se han integrado, con sólo abrir cuentas de Zoom y extender la licencia de Office a 365", añade. La consecuencia, para Schulz, del macro experimento servido por el virus es que la clave es "reconectarlo todo".
"Habrá oído que Warren Buffett está invirtiendo en empresas comerciales japonesas. Es muy buena idea que no se centre tanto en Estados Unidos, sino en Asia. Reconectar Asia, no a las viejas formas de comercio, sino en digital. Es lo que estamos planeando, imaginando todo reconectando desde la planta de producción hacia las oficinas. Las oportunidades son enormes. Es probablemente una oportunidad única en la vida para todos", concluye Schulz.