El CEO de ActiMirror, Víctor Ruiz, con su espejo inteligente Lunna, en Lanzadera (Valencia).

El CEO de ActiMirror, Víctor Ruiz, con su espejo inteligente Lunna, en Lanzadera (Valencia).

Grandes actores

El espejo inteligente con sello español que conquista Oriente

La empresa ActiMirror, con sede en Valencia y Hong Kong, lleva su tecnología a más de mil tiendas de la japonesa Shiseido o la mayor joyería del mundo, la asiática Chow Tai Fook

3 noviembre, 2020 07:00

Espejito, espejito... ¿mágico? Lunna parece un espejo corriente, pero cuando pasas por delante, voilà, la maquinaria se pone en marcha. De repente, puedes hacer una clase de yoga, probarte distintos maquillajes o llevar un control exhaustivo de tus datos de salud. Y todo sin necesidades de conjuros, es más bien una combinación de ingeniería, nube, software, realidad aumentada e inteligencia artificial (IA).

Este invento de ActiMirror, con sede en Valencia y Hong Kong, ya ha hecho las delicias de marcas como Shiseido en Japón, Estée Lauder en Singapur, Guerlain en China, The North Face en Shanghái, Kohl’s en EEUU o la mayor joyería del mundo, la asiática Chow Tai Fook.  

ActiMirror nace en 2014 muy lejos de España, en Hong Kong. Su primer foco era el retail, pero en 2019 el sector sufrió "un gran retroceso" y la compañía tomó dos decisiones estratégicas. La primera, expandir su know-how al segmento B2C, concentrando sus esfuerzos en el hogar, el fitness y los hoteles. La segunda, crear una sociedad hermana de ActiMirror Hong Kong, domiciliada en Valencia para expandir el negocio en la Unión Europea. Y así llegamos hasta Lanzadera, que ha seleccionado a esta startup en su última convocatoria.  

La primera pregunta es obligatoria, ¿por qué un espejo? "En las tiendas hay muchos estímulos visuales, pero algo que nunca filtramos es nuestra propia imagen", explica su CEO, Víctor Ruiz, a INNOVADORES. "Desde un punto de vista de programación neurolingüística, el cerebro límbico, el irracional, siempre te obliga a mirar tu reflejo".

Aunque por fuera lo parece, Lunna no es un espejo corriente. Detrás de su cristal de dos milímetros, hay una pantalla que dispara 900 lúmenes. "El máximo para que no dañe la vista son 300". ¿Por qué tantos, entonces? Porque al atravesar el cristal, se pierden 600. En total, ActiMirror ha logrado 280-300 lúmenes en alta definición. El "truco" está en su sistema patentado con microagujeros (imperceptibles para el ojo humano). "Rompimos muchos espejos hasta llegar hasta ahí y nos gastamos 900.000 dólares", recuerda.

Pero no se define como una empresa de hardware, sino de software. Todo está en la nube. Así, a diferencia de sus competidores, el espejo no depende del teléfono móvil del usuario. Las API’s, la recolección de datos o la IA se ejecutan en el cloud. ActiMirror también se encarga del desarrollo de las aplicaciones customizadas, la realidad aumentada, la experiencia de usuario... de ahí su enfoque software.

Actualmente, la startup tiene más recorrido en el sector retail. Su último contrato global, por valor de 1,2 millones de dólares, es con la firma nipona de cosméticos Shiseido. El proyecto, que desplegará 1.050 espejos por tiendas de la marca de todo el mundo, permitirá a las clientas probarse el maquillaje con realidad aumentada. La fabricación de las unidades empezará en noviembre y la instalación está prevista para febrero.

Pero ActiMirror ahora está explorando nuevos mercados, como el del hogar y el fitness. Para ello ha creado Lunna, su espejo doméstico con múltiples funcionalidades. A través de su aplicación Casa-Fitness, el usuario tiene acceso a vídeos (gratuitos y de pago) de entrenamientos. La cámara es capaz de identificar sus ojos y, con visión artificial, crea todos los puntos de las articulaciones para corregir posturas cuando haga ejercicio.

"A los gimnasios les interesa mucho para fidelizar a los clientes porque ofrecemos experiencias en tiempo real", dice el CEO. De hecho, actualmente están negociando con dos de las principales cadenas del país.

Lunna también se presenta como un centro de control de salud. Por un lado, se puede conectar a una báscula con bioimpedancia para aportar información relativa al peso. Por otro, es capaz de integrarse con todo tipo de wearables como anillos o relojes. "Toda la información se centraliza con inteligencia artificial y ofrece una experiencia multidimensional y personalizada", indica.

También están probando su uso como interfaz para la telemedicina. Con el equipo Tummi del Hospital Moinhos de Vento de Porto Alegre (Brasil) están llevando a cabo un proyecto piloto para que los pacientes no tengan que desplazarse siempre hasta la consulta del médico para sus chequeos. 

TRAJES DE CERRUTI EN HONG KONG La tecnología de ActiMirror sirvió a la marca francesa de moda Cerruti para incrementar sus ventas un 16% en su tienda de Hong Kong. Se introdujeron etiquetas RFID en las prendas de la tienda y cuando alguien cogía una, el espejo la reconocía y la mostraba en la pantalla mientras analizaba el perfil biométrico de la persona. Después, le enseñaba una foto de un modelo de edad similar con esa prenda y con otras complementarias. Entonces podía escanearlas con códigos QR y en casa, tomar la decisión y hacer la compra.rn

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