La pandemia que estamos viviendo no ha hecho sino evidenciar la importancia de la innovación y las herramientas tecnológicas en el ámbito sanitario. La crisis provocada por la covid-19 no solo ha supuesto un claro acelerador de la digitalización de los servicios sanitarios, sino que, además, ha visto en esa digitalización una vía para seguir atendiendo a pacientes y ciudadanos en momentos de distanciamiento social.
Las videoconsultas, las aplicaciones móviles, la realidad virtual o aumentada, la inteligencia artificial, el big data… Todas estas tecnologías han entrado con fuerza en un sector que afronta la transformación digital con el inestimable empuje de gobiernos, empresas e inversores.
Tan solo un par de datos dan muestra del auge de la salud digital o eHealth: según la consultora McKinsey, en la primera mitad de 2020, se registró un récord de inversión de 5.400 millones de dólares en todo el mundo, provenientes de fondos de capital riesgo que se dedicaron a compañías de atención médica digital.
El segundo dato lo encontramos en las propias instituciones, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y su Global Strategy on Digital Health 2020-2025, un plan en el que no solo invita a avanzar en la salud digital, sino que además señala cómo ese avance debe tener en cuenta conceptos como la seguridad, la ética, la interoperabilidad, la propiedad intelectual, la seguridad de datos, la privacidad, la rentabilidad, el compromiso del paciente y la asequibilidad.
Si nos centramos en nuestro país, esa voluntad también tiene nombres y planes propios: dentro de los Presupuestos Generales del Estado para este año, el Ministerio de Sanidad contempla una inversión de 400 millones de euros para el Plan de Renovación de Tecnologías Sanitarias y cerca de 300 millones más para la Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud, entre otras medidas.
Por ello, no dejan de surgir iniciativas que promueven la colaboración público-privada en el ámbito de la innovación para acelerar esa transformación digital del sector de la salud.
Entre ellas, eHealth Future, una iniciativa creada por el hub de innovación Innsomnia, con el objetivo de generar un espacio de innovación abierta para el sector salud único en nuestro país y en el que ya participan más de 700 startups internacionales; Digithealth23, un proyecto liderado por el IBV, AVS y un total de 40 empresas, que aspira a modernizar y vertebrar la eHealth con los fondos europeos; o Health Tech Aragón, un programa que ha puesto en marcha el departamento de Industria, Competitividad y Desarrollo Empresarial del gobierno aragonés, para descubrir y acelerar proyectos de salud digital y facilitar una transferencia efectiva de conocimiento entre empresas e investigadores.
2025: la salud será digital
No cabe duda de que, hoy en día, la salud está marcada por la innovación tecnológica, con aplicaciones reales ya como la utilización de fotometría 3D para el tratamiento de las arritmias cardiacas, la creación de gemelos virtuales para un mejor diagnóstico de posibles patologías, el uso de la realidad virtual (RV) para la rehabilitación del paciente o sistemas de biometría remota inteligente para monitorizar y realizar un seguimiento continuo de diferentes constantes vitales del paciente en su propia casa…
Así, por ejemplo, la consultora Deloitte hacía públicas sus cinco predicciones sobre el sector de la salud para 2025 en la que dibuja, para esa fecha, un escenario en el que el hogar será el lugar habitual para el cuidado/seguimiento rutinario de la salud; los hospitales estarán reservados para el tratamiento especializado, traumatología y emergencias; muchos de los contactos médico-paciente se realizarán de manera virtual y serán informados con evidencias del entorno real; más del 70% de los españoles realizarán una consulta por vídeo; y los individuos estarán mejor informados sobre su perfil genético, su salud actual y posibles enfermedades futuras.
Reinvención profesional para la eHealth
Un nuevo escenario muy prometedor, pero que también presenta un importante reto: la innovación tecnológica requiere de nuevas habilidades por parte de los profesionales y gestores sanitarios.
Demanda de la que alertaba recientemente la Fundación Roche al asegurar que "es necesario un cambio cultural que contribuya a la completa incorporación de la medicina personalizada de precisión a través de la transformación digital. La implicación de la administración y la formación en Salud Digital a gestores y profesionales implicados en la toma de decisiones serán aspectos clave para impulsar este cambio".
Así, en su propuesta de recomendaciones para la transformación digital del sistema sanitario, la Fundación Roche aborda, entre otras, la necesidad de "incorporar a la Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud un plan de formación que garantice que los profesionales sanitarios, decisores y gestores cuentan con los conocimientos adecuados en el ámbito digital".
Otra de sus recomendaciones es que se definan, de forma clara, las competencias que requiere un experto en salud digital y que se incorporen perfiles expertos en el campo de la ciencia de datos, "prioritariamente informáticos médicos, especialistas en interpretación, análisis y gestión de datos, bioinformáticos y expertos en biomedicina computacional", entre otros.
La creación de nuevas especialidades como la de genética clínica, informática médica o bioinformática clínica o "nuevas competencias transversales dentro de la formación de grado de Medicina y Enfermería sobre genética, consejo genético y ciencia de datos", son otras de sus recomendaciones.
Y es que, como señalan en su propuesta, "para poder asegurar una efectiva transformación digital del sistema sanitario, es necesario que tanto los profesionales sanitarios como los gestores y actores implicados en el Sistema Nacional de Salud dispongan de los conocimientos adecuados".
Por ello, estamos ante un claro desafío: formar a todos los actores implicados en el ámbito de la salud en las nuevas herramientas digitales y los nuevos modelos de innovación que van a marcar su futuro.
Un necesario reskilling como el que propone Digital Skills School en el que adquirir las habilidades que requiere la sanidad el mañana, una salud marcada por la atención minorista, virtual e individualizada a través de tecnologías como la realidad virtual, blockchain o inteligencia artificial.
En definitiva, implicación de todos los actores, públicos y privados, y formación. Esas son las claves para que realmente la eHealth sea una realidad en nuestro país que sitúe, gracias a la innovación, al paciente en el centro y ofrecerle la mejor calidad asistencial.