Ella también fue una niña en la ciencia. Y no ha dejado de serlo. Eso sí, está al otro lado. Canalizó su pasión por el universo STEM desde el periodismo. El noble arte de investigar para contar le acabó introduciendo en una "jungla" llamada YouTube y en el ecosistema selvático de las redes sociales.
Rocío Vidal, más conocida como La Gata de Schrödinger (624.000 suscriptores a la popular plataforma de vídeos), atiende a D+I para conmemorar este 11 de febrero -Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia- después de dar un paseo con sus perros, su otra gran pasión.
Su vida y su trabajo giran desde hace unos años en torno al binomio periodismo-ciencia, un maridaje que le ha requerido otra doble especialización: por un lado, saber moverse en el complicado mundo de las redes; y, por otro, convertirse en referente de visibilidad de género para muchas niñas y adolescentes que, o bien se ven en un futuro haciendo lo que ella hace, o bien interesándose por lo que ella cuenta.
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En resumen, una doble misión entre la divulgación científica y la inherente lucha por romper la brecha de género en el mundo STEM.
Siempre que puede, eso sí, huye de la palabra "referente". Parece descontaminada de cualquier presión, de cualquier responsabilidad.
"La verdad es que hace tiempo que me quité ese peso que tenía encima, esa responsabilidad de creer que puedo ser una referencia tanto en lo que se refiere a divulgación como en lo que se refiere a visibilizar la importancia de acabar con la brecha de género", explica.
Ser referente, reconoce, "implica muchas cosas y si a alguien lo pones en una atalaya, se te acabará cayendo".
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Ella no quiere caerse de ningún sitio. Ella se ve como "una parte más de la jungla, no me creo en ningún nivel superior". Es más, recuerda que "en mis vídeos siempre digo a la gente que piense, que soy una opinión más y que todo el mundo tiene que sacar sus propias conclusiones de todo".
Entrar de lleno al universo de una youtuber como La Gata de Schrödinger no te introduce en un escenario lleno de purpurina y de postureo, como uno podría esperar de una profesión que aún genera muchas dudas en el imaginario colectivo.
"Yo hago lo que puedo, llego hasta donde llego y me libero de la esclavitud de los números. Porque YouTube te esclaviza, te dice continuamente 'mira qué bien ha ido este video', 'tienes que seguir esforzándote'. Yo le respondo: 'Suélteme, sólo quiero ser feliz'", resume.
Ahora bien, diga lo que diga, por lo que cuenta, tampoco es fácil vivir en es mundo y menos cuando comienzan a acechar ciertos comentarios y comportamientos. Situaciones que demuestran que, en el plano de la ciencia y la tecnología en femenino, aún queda trabajo por hacer.
"Las redes sociales son un buen complemento a la educación si se utilizan correctamente. No podemos hacer recaer en las redes la educación de los jóvenes".
Rocío Vidal revela que "todos los días encuentro comentarios machistas" y cita un ejemplo: "En mi último vídeo, todavía hay un gran porcentaje de comentarios que son apreciaciones sobre mi físico o descalificaciones por ser mujer. Es un peaje que desgraciadamente tengo que pagar. Lo hemos tenido que normalizar y yo por suerte estoy protegida y no me afecta, pero pienso 'por qué tengo que estar soportando esto aún hoy en día'".
¿La solución? El refranero: "Yo el 90% de tiempo aplico el refrán de 'a palabras necias, oídos sordos', pero hay veces que quiero mostrar lo que aún hay que aguantar, lo visibilizo porque tampoco quiero que la gente piense que esto es de color de rosa".
Llegamos a la palabra clave: la visibilización. Hoy en día mostrar, por un lado, la importancia de la ciencia y, por otro, la importancia de acabar con determinadas brechas y sesgos de género tiene a las redes sociales como el gran aliado.
"Están surgiendo grandes talentos que anteriormente tenían que pasar otros filtros y por tanto eso les restaba visibilidad. Trabajar en una redacción o en un programa de tele son filtros que tenías que pasar, con unos determinados intereses asociados, y en las redes eso se ha desbaratado todo, por lo que ves grandes talentos triunfar que quién sabe si hubieran triunfado por los canales tradicionales", resume.
Esos talentos son los que se están convirtiendo en un referente a seguir por parte de las nuevas generaciones. Ahora bien, "al final, las redes sociales no son más que una selva en la que todos estamos compitiendo, unos por divulgar, otros por desmontar lo que divulgamos". Así que "hay que ir con cuidado".
Sin embargo, salvando esos 'peros', La Gata de Schrödinger tiene claro que "realmente, contra el problema de la brecha de género se lucha siendo visible". Añade que "en general hay cada vez más referentes femeninos, divulgadoras o científicas que se hacen visibles y llegan al gran público y eso hace que muchas niñas quieran parecerse a ellas".
Visibilizar el problema y a las referentes
En su caso particular, "es un logro que me escriba una chica joven y me diga 'gracias a ti he orientado mi futuro por la rama STEM'".
Estas tendencias se transforman en datos. "Cuando algunas divulgadoras como La Hiperactina, Antroporama o yo misma empezamos, si preguntábamos por los datos de canales parecidos en YouTube nos encontrábamos con que el porcentaje de mujeres que veían este tipo de contenido era del 5%".
¿Y ahora? "Ahora nuestros canales se mueven en torno a un 40% de mujeres, que es el dato que yo manejo en mi canal y eso ya es un logro".
Así pues, tener referentes visibilizados es el pilar fundamental para que ese acceso desigual a determinados puestos de trabajo en universos STEM acabe por erradicarse. Al menos, lo es para Rocío Vidal, que aboga por intentar "que ellas se quiten esa auto barrera impuesta desde pequeñas, la barrera de que 'esto no es para mí'".
Esta creadora de contenido se declara optimista sobre la igualdad en este sector. "Soy optimista, pero esto requiere de tiempo: tienen que ir saliendo nuevas hornadas y sobre todo hay que ir jubilando dinosaurios. Los dinosaurios son el problema principal", afirma.
Reflexiona sobre el hecho de que "gran porcentaje de la solución al problema está en la educación: tiene que haber unos valores mínimos que garanticen que no hay brechas, ni de un lado ni de otro, es decir, que cualquier niño o niña decida sin sesgos. La clave está ahí y también en la familia".
En este sentido, "las redes sociales son el complemento perfecto si están bien usadas, pero no podemos hacer recaer ahí la educación de los jóvenes".
Rocío, la 'niña en la ciencia' que se encaminó al periodismo.
Rocío Vidal amaba la ciencia y, como ella dice, "sacaba muy buenas notas". Remarca que "durante los años de la ESO empecé un blog (con 15 años) en el que hablaba de muchos temas. 'Opinión adolescente', se llamaba. Ahí fue cuando decidí que el periodismo me permitía contar lo que yo quisiera".
Fue así como decidió. "Como el sistema nos obliga a decidir nuestra carrera de vida a una edad super temprana, yo decidí eso, estudiar periodismo para poder tener la oportunidad de divulgar ciencia. Y no me equivoqué, porque ahora tengo el privilegio de hacer lo que más me gusta", resume.