El EIT centra su nueva estrategia en aumentar la capacidad de reacción ante próximos desafíos
Gioia Ghezzi, presidenta del Consejo de Gobierno, cita la respuesta a la pandemia y el reto de “seguir apoyando un ecosistema de innovación en toda Europa, sin dejar atrás a regiones ni géneros”.
15 junio, 2021 14:55Noticias relacionadas
Portugal ha demostrado saber aprovechar su turno en la presidencia del Consejo de la Unión Europa, semestre que concluye el 30 de junio, para mostrarse como un país puntero y enfocado en la innovación.
Una de sus últimas acciones ha sido convertirse en la sede, desde Braga (aunque tan virtual como ya se ha hecho costumbre), del evento de lanzamiento de la Agenda Estratégica de Innovación 2021-2027 del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT).
Plantearse una estrategia general de innovación a siete años vista puede parecer un brindis al sol. Sobre todo, con la experiencia de lo que nos ha ocurrido "en los últimos dos años", como acertadamente precisa Kirsten Dunlop, CEO del Climate KIC de EIT, subrayando la evidencia de que, por bien que acabe, 2021 será también un año 'perdido' para el desarrollo normal de la vida, por culpa del coronavirus.
Pero esa es, precisamente, la línea maestra de esa estrategia: "Convertir al EIT en parte indispensable ante los desafíos que surjan, como la pandemia, o el cambio climático", en palabras de la presidenta del Consejo de Gobierno del Instituto, Gioia Ghezzi.
Sobre todo, subraya la rapidez de respuesta, apurando la medida de sus fuerzas, desde el primer momento de la crisis de la covid.
Ghezzi resume la estrategia en tres prioridades: "La primera, continuar apoyando en toda Europa un ecosistema de innovación único". La segunda, la ya referida línea maestra. Y la tercera, que ese ecosistema "de innovación e investigación no deje a nadie atrás, ni entre las diferentes regiones de toda Europa, ni por motivo de género".
La presidenta del Consejo señala que EIT, tras un comienzo difícil, "necesitaba encontrar su camino y ahora, cumplidos los diez años, ha probado y demostrado una vía para fomentar la innovación reuniendo lo que llamamos el 'triángulo de la innovación': educación, investigación y negocio, con capital y financiación. Lo que necesitamos es seguir haciendo eso, atrayendo innovadores, inversores y emprendedores, para ser ese socio indispensable".
Hay un cambio visible ante este septenato que afronta EIT, vinculado al plan financiero Horizonte Europa de la CE: el renovado EIT ha dejado de aparecer en la distancia, como un remoto y casi olvidado organismo europeo que ofrece titulaciones posgrado y gestiona colaboración público-privada en innovación, con sede en Budapest y escasas conexiones con Bruselas, salvo por su dependencia presupuestaria.
Tal vez el empeño de la anterior Comisión por minimizar su papel, elevando al primer plano al Consejo Europeo de Innovación (EIC) del comisario Moedas, para que sea el gran motor de la innovación europea por su poderío inversor público, ha tenido el efecto contrario. El EIT se ha hecho valer como creador de la más sólida red paneuropea de emprendimiento, basada en el conocimiento y la asociación con empresas, patrocinadores e inversores privados, cobrando protagonismo ante la crisis sanitaria.
Representación política
Ahora, en los eventos del Instituto no falta el mensaje de la comisaria de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Mariya Gabriel. En esta ocasión, además, el acto fue prologado por el presidente del Parlamento Europeo, David-Maria Sassoli, con un mensaje de reconocimiento por la aproximación "multilateral" al problema de la covid.
Y a ello hay que añadir el peso de la propia Ghezzi, física teórica por estudios, pero, sobre todo, una respetada mujer de negocios (entre otras cosas presidió los ferrocarriles italianos). En otros tiempos, en las presencias públicas del Instituto no había ni noticia de la existencia del Consejo de Gobierno.
La presidenta asume el papel de dar peso institucional al EIT, moderando un panel de altura en el que intervienen Gabriel, el ministro portugués de Ciencia, Manuel Heitor, y la europarlamentaria Maria de Grassia Carvalho, que fue parte del equipo de trabajo que diseñó en la CE el proyecto del Instituto, hace más de diez años.
Con estos mimbres, EIT plantea una estrategia basada en consolidar lo que ya es y poner en valor sus atributos conocidos. Un evento lucido, aunque no tuviera para exponer en la pizarra grandes 'proyectos insignia', como el del Cerebro Humano y el del Grafeno, lanzados en 2013 directamente por la CE, con financiaciones, entonces, de 1.000 millones cada uno. Su ambición era ofrecer espectaculares resultados en el plazo de siete años, al final del plan de inversiones Horizonte 2020. Hoy, ambos proyectos siguen sus caminos, pasito a pasito.
Mariya Gabriel afirma que el argumento para el EIT es "buscar innovación inclusiva" y tener la capacidad de "responder en sólo dos semanas a las propuestas que reciba ante una crisis". Carvalho aporta que lo importante del diseño es "el trabajo con postdoctorados y estudiantes". Y conseguir que el desarrollo "no se concentre en cinco países".
El ministro portugués Heitor pone énfasis en "una universidad sin muros, con 'investigación ciudadana', en la Universidad y alianzas universitarias".
Diez años de experiencia
Al director de EIT, Martin Kern le tocó sostener el Instituto como responsable interino durante un largo periodo, en tiempos difíciles, desde 2014 hasta su nombramiento oficial en 2019. Ahora puede hablar de logros, como el apoyo a compañías como la sueca NorthVolt, que en cinco años se ha convertido en un unicornio europeo dedicado a desarrollar y fabricar baterías, y la emergente alemana Clinomic, de tecnología sanitaria e inteligencia artificial. Un par de casos de gran éxito.
"Creo que se han creado expectativas muy altas", declara Kern, "pero soy optimista, porque ahora tenemos diez años de experiencia y una comunidad fantástica. Podemos aportar características únicas. De las cuales, tres son especialmente importantes para mí: enfocarnos en los desafíos que se le presentan a la sociedad y tener la flexibilidad de ir a donde haya oportunidades para la innovación. En segundo lugar, podemos trabajar con toda la cadena de innovación, desde la educación, el emprendimiento y las rutas hacia el mercado. Y, tercero, nos hemos centrado en asociarnos con ecosistemas sostenibles".
También se plantea Kern que EIT debe lograr "ser mejor conocido, porque sólo si nos conocen bien podremos atraer al mejor talento de Europa y más allá, los mejores estudiantes, emprendedores e innovadores, para trabajar con nosotros. Y esa es la base del éxito".
Añade que "la comunidad necesita trabajar junta, para aprovechar plenamente la diversidad. A veces hay una tendencia, en todas partes, a establecer silos de trabajo, pero no es ahí donde ocurre la innovación. Tenemos que hacerlo colaborando entre los KiCs [comunidades de conocimiento] pero también con el EIC para que funcionen las asociaciones con Horizonte Europa".
Eliminar las barreras
Por último, Kern lanza un llamamiento a "eliminar las barreras a la innovación donde quiera que estén. Pueden estar entre los países, porque las conexiones no se forman de manera natural, pero el EIT puede ayudar a crearlas entre ecosistemas. Y, por supuesto, afrontar las barreras administrativas. Debemos ser flexibles. El dinero de EIT es europeo, debe ser justificado porque es de los contribuyentes, pero en lo que podamos, hemos de simplificar y ser eficientes para llevar la innovación al mercado".
El director de EIT siente que "trabajar en un esquema de innovación regional", aunque, a la vez, sin fronteras "dentro de la UE y con los vecinos", está colaborando a "ampliar la Unión Europea".
Para concluir, Kern llama la atención sobre la nueva iniciativa de educación superior (HEI, por sus siglas en inglés) diseñada por el Instituto, planteada como un piloto de tres años.
Ya hay una convocatoria lanzada en marzo de 2021, que se desarrollará hasta 2023. Ese año, el Consejo de Gobierno tendrá que decidir si continua otro periodo, de 2024 a 2027. Se trata de una iniciativa que acogerá proyectos educativos con una duración máxima de dos años y hasta 1,2 millones de financiación por proyecto.
En conjunto, la iniciativa tiene un límite del 3% del presupuesto de EIT (90 millones en tres años) para este nuevo planteamiento educativo, que se identifica como un programa entrecruzado de los ocho KICs existentes.
Convocatoria de creatividad
La iniciativa HEI no cuenta todavía con el KIC de creatividad y cultura, que está apenas tomando forma este año.
El próximo 26 de octubre se abrirá el plazo para presentar proyectos candidatos en el nuevo KIC. Se cerrará el 24 de marzo y, tras el análisis de las propuestas elegidas, el 22 de junio se anunciará cuáles son las elegidas para empezar la actividad real de innovación en el ámbito de la creatividad.
Por cierto, está también en marcha la creación de otro KIC, dedicado a la economía circular, cuya convocatoria de ideas para diseñarlo, lanzada en marzo, lo presenta como un "cross-kic", en el que participan los de materias primas, clima, digital, alimentos, manufacturación y movilidad urbana.
Podría decirse que, más que un plan estratégico, lo que ha hecho EIT es presentar una declaración de intenciones. Pero es que, volviendo al principio, lo que le guía en esta nueva etapa es un propósito de flexibilidad y agilidad para reaccionar con innovación inmediata a cualquier desafío que pueda surgir, como el que cambió el mundo en 2020.
Y entre tanto, business as usual.