¿Imaginan cómo sería ir a hacer la compra si únicamente pudiéramos tocar los envases de los productos, sin ver realmente a qué corresponde? ¿Sabrían encontrar la variedad que buscan, por ejemplo, de cereales? ¿Conocer los ingredientes que contiene esa variedad y si, entre ellos, hay alguno al que son alérgicos?
Lo cierto es que esa es la experiencia a la que suelen enfrentarse los más de 285 millones de personas con discapacidad visual que hay en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), de los que 39 millones son completamente ciegas, más de 70.000 en nuestro país.
Una auténtica odisea que, a partir de ahora, será más llevadera, al menos en Europa y para aquellos que lo que quieran adquirir sea alguna de las variedades de los cereales de la firma Kellogg’s.
Y es que la conocida firma americana de alimentación ha querido dar un paso más allá en su apuesta por la inclusión y lo ha hecho de la mano de la española NaviLens y su tecnología.
Una unión que permite que cualquier usuario, con tan solo escanear con la aplicación NaviLens o NaviLens GO, los códigos de colores que ya incorporan las cajas de cereales Kellogg’s, pueda, directamente en su móvil y en su idioma, escuchar no sólo qué variedad de cereales contiene esa caja en concreto sino también sus ingredientes, la información nutricional, los alérgenos o cualquier otra información incluida en la etiqueta.
Un QR evolucionado y policromático
Código, como explica Javier Pita, CEO de NaviLens, muy similar a los conocidos QR pero evolucionado. “Los códigos QR se inventaron hace ya 28 años y es cierto que siguen siendo muy útiles pero no para las personas con algún tipo de discapacidad visual por una sencilla razón: no es posible leer un código QR si no te acercas a él. Es decir, debes saber dónde está y acercarte para poder leerlo”.
Una barrera que, tras cinco años de investigación y con la colaboración de la Universidad de Alicante, la startup Neosistec logró superar. “Desarrollamos el código NaviLens, un código legible por cualquier persona ya que se puede leer a 12 metros de distancia, en solo 0,03 segundos y sin necesidad de enfocarlo”, apunta.
Y es que este código de colores, al escanearlo con las aplicaciones de NaviLens, totalmente gratuitas, comienza a 'hablar' en el smartphone para, en el idioma del usuario, ofrecerle toda la información que esconde, en este caso, esa caja de cereales Kellogg’s.
“El usuario no necesita hacer nada más que abrir la aplicación en su móvil y dirigirlo hacia la estantería del supermercado donde están los cereales. No necesita localizar la caja que busca ni enfocarla; la aplicación identifica el código, incluso con una inclinación de 160 grados”.
Algo único, como asegura Pita. “No hay nada igual. NaviLens puede leer varios códigos al mismo tiempo, sin necesidad de acercarse al mismo. Si, por ejemplo, hablamos de Google Lens, no hace lo mismo. Google Lens reconoce una imagen pero, en cuanto le cambias cualquier cosa, por ejemplo, la promoción de un precio en el envase o una campaña que incluye una imagen de diferente o, simplemente, un color distinto, ya no reconoce de qué se trata”.
Una experiencia única, por tanto, de la que ya es posible disfrutar en toda Europa (en España, también) y que, además de la decidida apuesta por parte de Kellogg’s de hacer sus productos realmente accesibles para las personas con problemas de visión, no deja de ser un primer paso en una gesta mucho más ambiciosa.
“Lo que he hecho Kellogg’s no sólo va dirigido a personas con graves problemas de visión. Todos, aunque sea por la edad, vamos teniendo dificultades para poder leer la información que incluye el embalaje o paquete de muchos productos. Con el código NaviLens podríamos acceder a esa información sin problema alguno”, apunta Javier Pita.
Pero, además, no sólo en productos alimentarios. El código NaviLens podría incluirse en productos de todo tipo: medicamentos, artículos de limpieza, de cuidado personal… “Podríamos hacer realmente accesibles a todos prácticamente cualquier producto”, afirma el CEO de NaviLens que, nos adelanta como, tras Kellogg’s, otra gran empresa ya ha decidido apostar por su tecnología. “En breve, la línea de champús Pantene de Procter & Gamble también incorporará en sus envases nuestro código en Reino Unido”.
Ciudades más inclusivas
Muchos serán los que ya han visto los códigos de colores de NaviLens en paradas de autobús, estaciones de metro, tranvías, museos… Y es que esa fue la primera aplicación de esta tecnología que busca hacer más inclusivos no sólo los productos de consumo sino también las ciudades.
Actualmente, el código NaviLens ya está implantado en la red de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), en el tranvía y las calles de Murcia, en la estación Puerta de Atocha de Madrid, en el Consorcio Regional de Transportes de Madrid, en la ciudad de Valencia, en Alicante, Zaragoza… Un recorrido que ha llegado a situar sus códigos hasta en la ciudad de Nueva York, donde la MTA (Autoridad Metropolitana del Transporte, por sus siglas en inglés) ha instalado sus códigos policromáticos en las paradas de autobús.
Pero NaviLens no ayuda únicamente a las personas con discapacidad visual. ¿Pueden imaginar que, por ejemplo, están de viaje en Tokio y, con su teléfono móvil, pueden escanear cualquier tipo de información oficial, por ejemplo, sobre medidas de higiene covid escritas en japonés y así escuchar o leer esa información en su propio idioma? Pues eso es posible también con NaviLens.
“Evidentemente, nuestra tecnología está dirigida a empoderar a las personas con discapacidad visual, a darles la autonomía que no siempre pueden tener. Pero quiero dejar claro que es una tecnología que, realmente, puede ayudarnos a todos. Ese es el objetivo con el que nació NaviLens. Es una tecnología que puede ayudar a que el mundo sea más accesible realmente para todos”.
En España, aunque a nivel transporte, la apuesta por NaviLens es más que evidente, el salto a empresas que decidan incorporar el código a sus productos aún no se ha producido. “Llegará, estoy seguro. Tal vez, ahora, las empresas españolas están más centradas en retos como la sostenibilidad pero el siguiente paso será afrontar el desafío de la inclusión y ahí NaviLens es el camino”.
En opinión de Javier Pita, la llegada de los Fondos Next Generation va a impulsar esa apuesta por la inclusión y la accesibilidad y eso ayudará a que NaviLens siga creciendo en nuestro país.
“Hoy en día ya vemos normal que haya rampas para que puedan acceder a un edificio las personas con algún problema de movilidad. Mi sueño sería que, en breve, lo normal sea ver el código NaviLens por todas partes para realmente empoderar a las personas con discapacidad visual, que nuestra solución se convierta en un estándar”, desea Pita.
La tecnología está disponible. Tan sólo es cuestión de conocimiento, interés y voluntad que otras compañías decidan seguir el camino que han iniciado ya Kellogg’s o Procter & Gamble hacia la más que necesaria que la inclusión.