La incertidumbre generalizada en el panorama económico también tiene su particular traducción en la capacidad de inversión en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Así pues, 2023 se antoja como un año complicado, mejorando las perspectivas del nefasto 2022... pero por debajo de cualquier expectativa pasada.
Los datos constatan este diagnóstico: para este año se espera que el gasto mundial en TIC crezca un 2,4% respecto a 2022, hasta los 4,5 billones de dólares (4,5 trillion anglosajones). Una cifra en positivo si la comparamos con la caída del 0,2% experimentado el pasado ejercicio pero muy alejada del 5,1% de incremento estimado por los analistas hace apenas unos meses.
Son números recién sacados del horno de la firma de análisis Gartner, que achaca a la inflación y la desaceleración económica global este mal comportamiento de la industria. Aunque aclaran sus expertos: el mercado empresarial sigue comportándose con relativa salud, todo lo contrario que el segmento de dispositivos de consumo que sufre las consecuencias del freno en el gasto generalizado.
“Una economía turbulenta ha cambiado el contexto de las decisiones comerciales y puede hacer que los CIO se vuelvan más vacilantes, retrasen las decisiones o reordenen sus prioridades. Sin embargo, los presupuestos de TI no están sufriendo estos cambios y el gasto sigue estando a prueba de recesión”, detalla John-David Lovelock, analista de Gartner.
Podemos constatar esta dualidad de comportamiento al analizar segmento a segmento de inversión en digitalización. Por un lado, se prevé que los segmentos de software y servicios de TI crezcan un 9,3% y un 5,5% este año, respectivamente. Sir ir más lejos, se espera que el gasto en consultoría alcance los 264.900 millones de dólares en 2023, lo que supone un aumento del 6,7% con respecto a 2022.
¿Dónde están los lastres entonces? La respuesta la encontramos, como decimos, en la venta de equipamiento físico. Por un lado, la transición hacia la nube y esa mayor racionalización del gasto provoca que las ventas de sistemas para centros de datos se mantengan prácticamente planas (+0,7%, frente al incremento del 12% en 2022). Algo similar ocurre con los servicios de comunicaciones (+0,1%, si bien se recupera de la caída del 2,4% vivida el pasado año).
Pero el auténtico lastre viene de las ventas de dispositivos, que mantiene su trayectoria en números rojos con otra caída del 5,1%, a sumar al descenso del 10,6% del ejercicio anterior. Con ello, ese segmento baja ya de la barrera psicológica de los 700.000 millones en ventas, quedándose en 685.000 millones.
“Los consumidores y las empresas se enfrentan a realidades económicas muy diferentes. Si bien la inflación está devastando los mercados de consumo, lo que contribuye a los despidos en las empresas tecnológicas, las empresas continúan aumentando el gasto en iniciativas comerciales digitales a pesar de la desaceleración económica mundial", concluye Lovelock.