El secreto de 'Harry Potter' o 'El renacido': así se coordinan los artistas para crear sus increíbles efectos especiales

El sector audiovisual vive un momento de inflexión. Aunque las cifras de los espectadores que acuden a las salas de cine en nuestro país experimentaron una ligera recuperación en 2022, a nadie se le escapa que la aparición de plataformas como Netflix, HBO o Prime Video ha restado público a la gran pantalla.

A cambio, ahora se consume más contenido que nunca, aunque sea en casa, y los avances tecnológicos permiten crear unos efectos visuales que los productores de Tron (1982), la primera película en la que se generaron efectos especiales por ordenador, difícilmente podían imaginar.

Superhéroes, seres fantásticos, dinosaurios y mundos por descubrir forman parte del imaginario colectivo sin que nada de esto exista realmente. Los encargados de dar vida a las creaciones que surgen de la mente de guionistas y directores son estudios como Cinesite, que en 2021 cumplió 30 años.

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Durante este tiempo han producido más de 200 títulos, entre películas y series de cine, televisión y plataformas en streaming, dando vida a personajes y creando escenarios con efectos visuales (abreviados comúnmente como VFX) y animación a gran escala. Entre sus producciones galardonadas figuran los primeros efectos digitales en Goldeneye, de la saga de James Bond, hasta nominaciones Oscar y BAFTA conseguidos por El renacido o la segunda temporada de The Witcher.

La mayor demandad de contenido ha hecho crecer a Cinesite rápidamente en los últimos años y desde 2012 han incorporado siete nuevos estudios. Ahora operan en Reino Unido, Canadá, Alemania, Serbia, Macedonia e India.

Animación y coordinación a gran escala

Este crecimiento supone coordinar a cientos de artistas que participan en cada proyecto desde varias localizaciones y distribuir las cargas de trabajo para que se completen de forma rápida y eficaz, lo que exige un estricto control de las diferentes versiones de cada uno de los elementos que componen los fotogramas en los que trabajan.

Para ello, y debido al volumen de datos que manejan actualmente, necesitaban una solución capaz de soportar unos requisitos cada vez más exigentes. "La naturaleza de los efectos visuales y la animación modernos exige que seamos capaces de trabajar eficazmente a gran escala. Nuestra solución anterior, diseñada hace unos años, cuando todos trabajábamos bajo un mismo techo, ya no estaba a la altura”, afirma Michele Sciolette, director técnico de Cinesite.

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Desde hace unas semanas, la encargada de garantizar esa escalabilidad, el rendimiento y la fiabilidad que buscaban estos estudios de entretenimiento, es Couchbase. Esta empresa proveedora de bases de datos además lo ha conseguido “sin exigir una amplia y costosa reconversión”, explica su director de tecnología (CTO, por sus siglas en inglés), Ravi Mayuram, a D+I.

“Los artistas trabajan en una gran variedad de proyectos, desde series de televisión de gama alta a largometrajes de gran éxito, pasando por títulos de animación. Se trata de verdaderas formas de arte colaborativo en las que trabajan cientos de artistas, produceiendo miles de iteraciones y cientos de terabytes de datos”, describe Mayuram.

Con este modelo de trabajo, cada artista tiene que ser capaz de realizar cambios en un plano, un personaje o una animación con rapidez. Después revisarlos, actualizarlos cuando sea necesario y asegurarse de que cada uno de los cambios queda registrado en todas las ubicaciones para garantizar un producto final coherente.

“En sectores como el de los efectos visuales y la animación, en los que los proyectos pueden constar de miles de elementos en decenas o cientos de miles de fotogramas, y producirse cambios hasta la fecha de lanzamiento, la capacidad de coordinar a los empleados en todas las ubicaciones para entregar el trabajo a tiempo y con alta calidad es esencial”, apunta el directivo de Couchbase.

Datos sincronizados y a buen recaudo

Desde la compañía, explican que las capacidades de replicación entre sus centros de datos (XDCR) las que permitirán a Cinesite desplegar aplicaciones geodistribuidas, con alta disponibilidad en cualquier entorno (onpremise, nube pública y privada, o nube híbrida) y sincronizar la actividad de sus proyectos independientemente de su tamaño. Aseguran que gracias a su capacidad para ofrecer redundancia, los datos están protegidos contra fallos o situaciones “catastróficas”.

“En lugar de mantener la producción limitada a un único estudio, se podrá hacer a gran escala entre dos estudios o a pequeña escala con un artista que contribuye durante unas horas a un proyecto desde otra ubicación”, asevera Mayuram. “Los estudios que trabajan en distintos elementos de una misma toma, como animaciones de personajes, efectos de fondo o iluminación, pueden tener la garantía de que todo su trabajo se combina a la perfección en el fotograma final”, añade.

Esa disponibilidad de datos casi en tiempo real para todos los profesionales que contribuyen a una producción no está exenta de riesgos, además de estar sujetos a normativas muy estrictas para proteger los derechos de autor y de propiedad intelectual. Algo que desde Couchbase garantizan con múltiples niveles de cifrado que protegen los datos tanto cuando están en reposo, como en tránsito o en proceso “para cumplir una amplia gama de requisitos normativos”.

“Los datos crecen exponencialmente y se comparten en toda la organización con diversos equipos que requieren acceso a diferentes subconjuntos de datos. A medida que cambian las tareas y las prioridades, también cambian las necesidades de acceso”, apunta el director de tecnología de Couchbase.

Escenas de películas de la saga Harry Potter o de Los Vengadores han cobrado vida dentro de estos estudios, así como de series como Lost in Space o Outlander. Y todo para crear mundos que solo existen en la imaginación de unos pocos, para conseguir generar emociones entre los que están a otro lado de la pantalla.