Ciudades cada vez más pobladas conviven con sociedades más concienciadas (y necesitadas) de una movilidad con los obligados apellidos de sostenibilidad, eficiencia y accesibilidad. Un desafío al que la innovación y la tecnología trata de responder desarrollando desde sistemas de transporte inteligentes hasta soluciones de movilidad compartida y eléctrica.
"Cada vez somos más los que vivimos en las grandes ciudades con los problemas de transporte que eso provoca si además seguimos pensando en modelos de hace diez años, con cada ciudadano desplazándose con su vehículo privado", explicaba el concejal delegado de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid, Ángel Niño.
Y precisamente en la innovación apuntaba está la respuesta a este desafío. "Hoy la movilidad es multimodal, uno puede salir de su casa con su vehículo privado para hacer parte del trayecto, que luego continuará en autobús, en metro o en una bicicleta eléctrica. Pero además es una movilidad inteligente porque el usuario es el que usa de forma inteligente el modo de transporte más adecuado en cada caso", añadía.
Inteligencia que, para Florent Bannwarth, director de operaciones de BlaBlaCar en España y Portugal, ayuda a que la movilidad sea lo más eficiente posible y que tiene su próximo paso en la intermodalidad, es decir, la transferencia de personas y de mercancías utilizando diferentes modos de transporte.
Movilidad multimodal, sistemas de transporte eléctricos y compartidos... En los últimos años la innovación ha transformado radicalmente no solo el tipo de vehículos que conviven en nuestras calles sino también el modo en el que nos movemos los ciudadanos.
Bien lo saben en BlaBlaCar, el servicio de vehículos compartidos que ya utilizan en España 8 millones de personas. Eso sí, como explicaba Florent Bannwarth, director de operaciones de la compañía, "casi todos usan nuestra plataforma para viajes de larga distancia. Nuestro objetivo es llevar el modelo al entorno urbano. No dentro de la ciudad porque para eso ya están los servicios de transporte público pero sí para los alrededores por ejemplo. Estamos ahora mismo haciendo un proyecto piloto en Francia para ver cómo funciona y es un modelo que nos encantaría poder traer a España también pero hay que encontrar la fórmula, económica y de tiempo, que realmente compense al usuario".
Y es que, en ese sentido, es el ciudadano la razón de ser del futuro de la movilidad, como afirmó el concejal delegado de Innovación y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid: "Si al ciudadano le ofreces una alternativa de transporte más eficiente que desplazarse él solo en su vehículo privado, la usa. Lo importante es darle al usuario libertad para elegir la forma de desplazarse pero siempre, eso sí, con criterios de sostenibilidad".
Multimodal, sostenible e inteligente, con los datos como base, apuntaba Andrea Gómez, Environmental Global Sales Leader en Libelium: "Son los datos los que hacen posible esa inteligencia en la forma en la que nos movemos actualmente. Hoy tenemos una movilidad que nos da información, que recoge datos que podemos analizar para, de ese modo, realmente ver la forma en la que podemos hacerla más óptima y sostenible".
Algo en lo que coincidía plenamente Vicente Botti, director del Instituto Universitario Valenciano de Investigación en Inteligencia Artificial (VRAIN) de la Universitat Politècnica de València (UPV) al apuntar que "esos sistemas inteligentes de transporte se basan en información tanto de la ciudad como de los servicios públicos para poder diseñar la ruta más óptima pero tiene que ser una información en tiempo real para que realmente eso sea posible y eso no siempre es fácil".
Y es que uno de los retos que desde el Instituto VRAIN de la UPV ponía sobre la mesa Botti es justamente que exista una estandarización de los datos y que estos estén disponibles: "Muchas veces desarrollas una solución con los datos de una ciudad que no puedes luego trasladar a otra, bien porque no logras acceder a ellos o bien porque son completamente diferentes a nivel semántico".
Algo que reconocía como parte de la Administración pública, el concejal Ángel Niño, que señalaba cómo muchos ayuntamientos "cuentan con un portal de datos abiertos pero construidos con estándares que se han autoimpuesto ellos mismos. Es esencial esa labor de estandarización además de la depuración de los datos".
Colaboración público-privada: la clave
El concejal del Ayuntamiento de Madrid destacaba en ese sentido el Proyecto MiNT, un modelo y estrategia Smart City para Madrid que recoge, depura y analiza miles de datos de movilidad de la ciudad pero "es cierto que para que seamos capaces de ofrecer esa información en tiempo real aún hay mucho trabajo por hacer".
Un trabajo en el que la clave está en la colaboración público-privada. "Es esencial que la Administración Pública, las empresas y los centros de investigación trabajen juntos", reclamaba Vicente Botti que, una vez más, ponía el foco en la necesidad de que los organismos públicos inviertan en esa infraestructura de datos abiertos, homogéneos y accesibles.
"Si existiera ese catálogo de datos, estoy convencido de que habría más ideas innovadoras aún. Eso sí, esa innovación tiene que cumplir la regulación. Actualmente por ejemplo el uso de la inteligencia artificial permite esa inteligencia en el transporte pero siempre con criterios de responsabilidad, confianza, ética... La Administración de hecho tiene que velar y exigir que eso sea así".
Por su parte la Environmental Global Sales Leader en Libelium Andrea Gómez también pedía esa inversión en datos a la que añadía una necesidad de concienciar a la sociedad: "Cuando sales fuera de las grandes ciudades, ves que esa concienciación sobre una movilidad más inteligente y sostenible no es aún suficiente. Incluso, cuando les explicas que, gracias a la IA podrían tener esos sistemas de transporte más inteligentes y eficientes, ves que aún hay cierto reparo. Hay que romper esas barreras".
IA: el equilibrio entre innovar y regular
La inteligencia artificial, de hecho, es la base tecnológica de distintos proyectos como los que se están realizando desde el instituto VRAIN de la UPV, "para ticketing digital o para optimizar el reparto en la última milla", explicaba Botti; para analizar la contaminación de ciudades como Cartagena, un proyecto de Libelium que compartía Andrea Gómez; o para predecir atascos en la ciudad de Madrid, un proyecto que comenzará en breve, según Ángel Niño.
El equilibrio entre innovar y regular era señalado por todos los participantes en el encuentro como un obstáculo real pero también necesario.
"El gran desafío para la Administración muchas veces es dejar margen para la innovación. Hay que permitir hacer pilotos pero con la seguridad de que se cumpla el marco legal, de que realmente pongan al usuario en el centro, sean sostenibles, etc", apuntaba Florent Bannwarth, desde BlaBlaCar.
Todo con un claro objetivo: que la movilidad del futuro sea un derecho para todos sin ser enemiga del mundo en el que nos movemos.