Desde los tan necesarios hoy en día hisopos con los que poder realizar las pruebas PCR a moldes dentales, piezas de automóvil, la suela de unas zapatillas de deporte o un juguete sexual. Todo esto puede producirse gracias a la impresión 3D y así hacerlo de forma rápida, personalizable y asequible.
El deseo de llevar la impresión 3D profesional y de calidad unió en 2011 a los estudiantes del MIT Max Lobovsky, Natan Linder y David Cranor. Hoy ese sueño es una realidad bajo el nombre de Formlabs.
“Nos dimos cuenta del inmenso potencial que la impresión 3D podía tener para una gran variedad de industrias, y no solo para la ingeniería, sino también para la sanidad, el entretenimiento y mucho más. Sin embargo, el coste de las máquinas era tan alto que muy pocos se lo podían permitir”, explica Dávid Lakatos, Chief Product Officer en Formlabs.
Así, un sótano de Cambridge sería la cuna de Formlabs, una compañía que busca expandir el acceso a la fabricación digital “de manera que cualquiera pueda producir cualquier cosa. A día de hoy, esta misión sigue siendo nuestra esencia”.
Desde el lanzamiento de su primera impresora, la Form 1, la compañía ha vendido más de 75.000 impresoras con las que se han impreso más de 85 millones de piezas.
Impresión 3D al alcance de todos
“Nuestras impresoras brindan calidad profesional sin el coste que hasta ahora las impresoras profesionales requerían. Si bien hay impresoras para aficionados disponibles a un precio menor, nuestra tecnología proporciona a los líderes e innovadores de la industria una impresora 3D potente y asequible que les permite iterar rápidamente, aumentar la producción e innovar con ideas que, al fin y al cabo, cambian vidas”, afirma el Chief Product Officer en Formlabs.
Así, la innovación de Formlabs pasa no solo por desarrollar nuevas impresoras sino también nuevas tecnologías y materiales de impresión. Así, tras su primera impresora 3D de estereolitografía, la compañía acaba de lanzar la Fuse 1, la primera impresora 3D de sinterización láser selectiva (SLS) industrial de sobremesa.
También en el área de los materiales, Formlabs ofrece hasta 30 resinas distintas que responden prácticamente a las necesidades técnicas de cualquier pieza así como un sistema de postprocesamiento de las impresoras que permite imprimir con un 70% de material reciclado, reduciendo así considerablemente el desperdicio de materiales.
“Además de tener a nuestro equipo volcado en la innovación de hardware al completo, contamos también con 40 ingenieros que continuamente están desarrollando nuevos materiales para diferentes industrias en nuestro laboratorio de materiales. Ofrecemos resinas biocompatibles que se pueden utilizar para casos de uso médico y dental. Nuestras resinas pueden ser suaves y elásticas, resistentes, fuertes y rígidas, y también son biocompatibles y aprobadas por la FDA para estar en contacto con la piel o las membranas mucosas sin problema”.
Precisamente es el sector médico y dental uno de los principales clientes de Formlabs. Dentaduras postizas, alineadores transparentes o modelos de restauración… Hasta la fecha, las impresoras 3D de la compañía han impreso más de 13 millones de piezas dentales.
Unas cifras que le llevaron a poner en marcha Formlabs Dental, una unidad de negocio formada por un equipo de profesionales experimentados dedicados a proporcionar las mejores soluciones de impresión 3D para esta industria con las que “los consultorios dentales, laboratorios y ortodoncistas pueden digitalizar su flujo de trabajo para crear resultados precisos y fiables para sus pacientes de manera más rápida y a un coste menor”.
Y es que ese es uno de los éxitos de la impresión 3D o aditiva: la rapidez. Según explica Dávid Lakatos, “la fabricación aditiva es un catalizador para la eficiencia, ya que brinda a todos los usuarios, desde ingenieros de producción hasta operadores de máquinas, las herramientas necesarias para consolidar sus cadenas de suministro, mejorar los procesos de producción y los flujos de trabajo, y llevar los productos al mercado con rapidez, lo que ahorra cientos de miles de dólares y semanas o meses de tiempo en el camino”.
Aunque reconoce también que la mayoría de los productos básicos que no necesitan personalizarse son más baratos y fáciles de producir con la fabricación tradicional, el Chief Product Officer asegura que es “la capacidad de la impresión 3D para personalizar rápidamente los bienes de consumo lo que la convierte en la mejor solución para productos personalizados como auriculares a medida, monturas de gafas personalizadas y muchos más productos”.
Revolucionando la medicina
A los pocos días de desatarse la pandemia, el Hospital Virtual Valdecilla de Santander sorprendía a todos al anunciar que, ellos mismos, habían conseguido fabricar 5.500 hisopos para la realización de pruebas de Covid-19 en el plazo de una semana. La respuesta la encontramos en las dos impresoras 3D que Formlabs puso a disposición del hospital.
“La impresión 3D ha pasado de ser una tecnología a menudo vista como anecdótica a una herramienta crucial en los últimos años. El crecimiento y futuro de la impresión 3D radica en su capacidad para llegar al día a día de las personas a través de métodos de producción mejorados”, afirma.
Una muestra de lo que, para el directivo de Formlabs, será el futuro de la medicina y de papel que la impresión aditiva jugará en ese mañana: “En un mundo pospandémico se basa en un sistema de atención médica receptivo, flexible y ágil que pueda responder a las crisis emergentes con facilidad y que también pueda brindar una atención mejorada y personalizada durante tiempos “más normales”. Hay una herramienta que todo hospital necesita para permitir esto: una impresora 3D. Las impresoras 3D fueron algo fundamental en la respuesta a la Covid-19, ya que permitieron crear millones de hisopos (los bastoncillos necesarios para las pruebas PCR) para hacer frente a la escasez que había de este producto debido a la interrupción de la cadena de suministro. También desempeñaron un papel clave en la escasez de respiradores”.
Un mañana ya hoy en el que, desde la compañía, aseguran las impresoras 3D se convertirán en una mini instalación de fabricación dentro de un hospital. “Con solo unas pocas impresoras de Formlabs, los hospitales pueden pasar de la elaboración de guías quirúrgicas personalizadas y modelos anatómicos a la creación de EPIs, según las necesidades del hospital y sus pacientes. Con este tipo de tecnología, los médicos pueden brindar a los pacientes atención médica personalizada y precisa”.