El próximo 31 de octubre, con permiso de la autoridad competente y si el tiempo (u otras incidencias) no lo impide, el alemán Matthias Maurer será el segundo astronauta de la ESA que viaje a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) en una cápsula Dragon de SpaceX.
Será un viaje de seis meses que, seguramente, va a resultar muy ameno y original, gracias al incipiente negocio del new space, que empieza a tener 'producto' en serio para vender. A lo largo de su estancia en la ISS, Maurer recibirá la visita de los primeros dos 'viajes organizados' para turistas espaciales.
Él mismo lo cuenta desde el Centro Europeo de Astronautas de ESA, en Colonia, en la presentación de su próximo viaje: "Durante mi misión, que es la número 66 [de la ISS] habrá un montón de innovación. A comienzos de diciembre llegará una cápsula Soyuz con dos turistas espaciales japoneses. Uno de ellos es, precisamente, la misma persona que ya ha comprado un billete para el primer vuelo alrededor de la Luna de SpaceX".
Maurer se refiere al magnate del comercio electrónico de ropa Yusaku Maezawa (45 años), propietario de la marca Zozo y de la Contemporary Art Foundation de Tokio. Maezawa ha pagado también a Roscosmos (la agencia espacial rusa) por el billete de su acompañante a la ISS, su asistente de producción Yozo Hirano.
Ambos han estado entrenándose este año para su viaje de 12 días, con salida el 8 de diciembre. Lo que no se ha aclarado es cuánto le ha costado la excursión con acompañante al multimillonario japonés. Tampoco se sabe cuánto le ha pagado a Elon Musk por la reserva para orbitar la Luna, tal vez en 2023. Está por ver.
Conviene recordar que para Rusia no es exactamente algo nuevo sacar dinero de los viajes espaciales. El 28 de abril de 2001 se estrenó con el millonario estadounidense Denis Tito, el auténtico primer turista, que pagó 20 millones de dólares para subirse a una Soyuz y pasar siete días de ingravidez en la ISS.
Tras él, otros seis turistas esporádicos abonaron cifras entre 20 y 50 millones de dólares por viajes parecidos durante la primera década del milenio. El último, en 2009, fue Guy Laliberte, cofundador del Cirque du Soleil. Y eso, sin contar las decenas de millones de dólares que la NASA tuvo que pagar por cada uno de sus astronautas transportados a la ISS tras dejar fuera de servicio su último transbordador. Claro que en este caso eran 'viajes de empresa'.
El primer viaje 'comercial'
La novedad, en el caso de los turistas japoneses del próximo diciembre va a ser que ocuparán dos de las tres plazas que tiene la cápsula rusa, convirtiendo su presencia en el principal motivo del lanzamiento. Será un viaje 'comercial'.
"Es un personaje francamente curioso, estoy deseando encontrármelo en el espacio", dice Maurer, en referencia a Maezawa. "En febrero llegará otra cápsula de SpaceX, con tres turistas a bordo y un experimentado astronauta que ha estado varias veces en la ISS", prosigue Maurer.
El piloto será el hispano-estadounidense Michel López-Alegría, ahora astronauta de plantilla de SpaceX. Trabajando para la NASA realizó tres misiones en el transbordador y otras dos en naves Soyuz.
Los pasajeros serán Larry Connor (71 años), magnate estadounidense en los negocios inmobiliario y tecnológico; Mark Pathy (52), inversor canadiense; y Eytan Stibbe (63), expiloto de combate israelí, que ahora se dedica a las inversiones, diversos negocios y es, además, miembro del World Economic Forum.
Cada uno de ellos ha pagado por un viaje de 10 días, con ocho de estancia en la ISS, 55 millones de dólares a Axiom Space, que viene a ser la primera agencia de viajes espaciales.
Para esta primera excursión, Axiom tiene un acuerdo con NASA por 1,69 millones de dólares, porque, de momento, el alojamiento de lujo será en su parte de la ISS. Los costes del viaje tendrá que liquidarlos con SpaceX.
Axiom fue fundada en 2016 por Michael Suffredini y Kam Ghaffarian. Muchos de sus empleados proceden de la NASA, como el propio Suffredini. A finales del pasado año, la agencia espacial le otorgó un contrato de 140 millones para añadir a la ISS un módulo destinado al turismo. Todavía está en construcción.
Según previsiones de expertos, el negocio del turismo espacial superará los 2.500 millones anuales en 2031, incluyendo viajes orbitales y meras salidas suborbitales, como las recientes de Virgin Galactic, con Richard Branson abordo, y Blue Origin, con Jeff Bezos. De momento, la clientela la integrarán multimillonarios y, con suerte, algunos invitados suyos.
Rodaje en la ISS
Lo que se va a perder Matthias Maurer, por cuestión de días, es el primer rodaje cinematográfico en el espacio. Otro área de negocio en la que se anticipa la agencia rusa."Eso será a principios de octubre y yo llegaré a finales del mes", señala el astronauta alemán. "Si no hay retrasos en la salida", añade.
Maurer advierte de los riesgos de retraso, por la instabilidad del clima en Florida ("en Kazajistán la meteorología es más manejable") y porque dos semanas antes de su despegue está previsto un lanzamiento del Falcon Heavy de SpaceX desde la misma pista.
Ese gigantesco nuevo cohete, con el que Musk espera alcanzar la Luna (incluyendo el vuelo al que se apunta Maezawa) y Marte, "produce mayores daños en la plataforma de lanzamiento, que tienen que ser reparados. Y eso supone un margen extra de cinco días", indica Maurer.
La aventura del rodaje, que el alemán se pierde seguro, incluye a un director de cine, Klim Shipenko (37 años), y una actriz popular en Rusia, Yulia Peresild (35). Según algunas informaciones, también irían dos técnicos, de los que no sabemos los nombres. Lógicamente uno debería ser el cámara y el otro, el especialista en sonido.
Pero eso supondría dos transportes, dada la capacidad de las cápsulas Soyuz. En este caso se trata de una convocatoria lanzada por la agencia rusa que, lógicamente, debe correr con los gastos.
También se habla de un futuro proyecto de filmación en la ISS con Tom Cruise y el director Doug Liman, pero sin fechas concretas.
Roscosmos llevará a sus cineastas a la ISS para filmar imágenes destinadas a una película comercial titulada 'Vyzov', 'El Desafío'. Peresild interpreta a una cirujana que tiene que acudir al espacio para operar de urgencia a un astronauta que no está en condiciones de regresar a la Tierra. Se supone que contará con los verdaderos astronautas como extras.
"Me perderé ver cómo hacen la película y tal vez la oportunidad de actuar en ella", lamenta con una sonrisa Maurer, cuya misión, como representante europeo, tiene un original nombre propio: 'Beso cósmico'. Hubiera sido perfecto estar allí para recibir a la protagonista cinematográfica.
"Sí es un nombre un poco… Es más normal que las misiones se llamen 'Alpha para el futuro', o cosas así", reconoce. "Para mí, Cosmic Kiss es una declaración de amor al espacio".
Un amor que seguramente aflora cuando advierte, respecto al turismo, que "tener más gente volando al espacio causará más basura en él. Tenemos que ser cuidadosos y necesitamos mantenerlo limpio". "No quiero ver que el espacio se empiece a contaminar como nuestros océanos, simplemente porque a nadie le importa. Porque creemos que, al ser tan grande, nadie verá los restos y la basura volando por ahí", concluye, poniéndose serio.
Ahora le toca ir a Estados Unidos para someterse a la cuarentena de prevención para viajar al espacio. No es sólo por el coronavirus, es una cuestión de salud general. No lo evitará ningún 'pasaporte covid', ni siquiera para los turistas multimillonarios.
Noticias relacionadas
- El turismo espacial se acerca: así será la estación privada para vuelos comerciales
- El primer europeo que volará en la Dragon de SpaceX: "En el espacio hay que hacer de todo"
- Todo listo para la reconquista espacial de EEUU de la mano de un vuelo comercial de SpaceX
- Jaume Sanpera (Sateliot): "El sector espacial revolucionará las comunicaciones como ocurrió con internet"