Los ordenadores cuánticos prometen disparar la capacidad de computación, multiplicar su velocidad o reducir los costes, en definitiva, llegar allá donde nadie ha podido. Promesas. Pocos pueden presumir de mostrar usos reales y uno de los primeros en hacerlo es, precisamente, una empresa industrial. Volkswagen ha enseñado en CEBIT cómo se está beneficiando ya de esta nueva generación de tecnología.
"Nosotros no queremos construir un ordenador cuántico, queremos usarlo", dice el responsable de computación cuántica de Volkswagen Data:Lab, Christian Seidel. Y eso es lo que está haciendo la empresa de automoción.
Por primera vez, ha simulado con éxito moléculas relevantes para la industria utilizando esta técnica. ¿Qué tipo de moléculas? Hidruro de litio o cadenas carbonadas. ¿Para qué? Para el desarrollo de baterías alto rendimiento para los coches eléctricos. Los investigadores trabajan en la simulación de compuestos químicos más complejos con el fin último de crear la batería del vehículo del futuro.
Otro ejemplo. Volkswagen ha calculado con computación cuántica cómo reducir el ruido dentro del coche cambiando la forma de las ventanillas.