La conducción autónoma no puede convertise en realidad sin la colaboración entre todos los agentes que participan en un proceso tan complejo, que requiere desde la instalación y mantenimiento de redes hasta un diseño específico del vehículo pasando por la sensorización de elementos tan tradicionales como los semáforos. Conscientes de ello, Telefónica, SEAT y Ericsson se han unido para presentar en Talavera de la Reina el primer caso de uso de conducción asistida de un vehículo particular a través de la red móvil y en tiempo real en Castilla La Mancha, en del marco del proyecto Ciudades Tecnológicas 5G.
En concreto, en Talavera se ha equipado tanto el vehículo como la infraestructura vial de las calles Francisco Aguirre y Francisco Pizarro con una tecnología que les permite intercambiar información, en lo que se convierte, explican desde Telefónica, en el primer paso hacia las comunicaciones vehiculares V2X sobre redes móviles en un entorno urbano real.
SEAT ha aportado un vehículo modelo Ateca equipado con la última tecnología en conectividad y modificado para poder ofrecer advertencias al conductor a través del cuadro de instrumentos. La iniciativa también se ha realizado en colaboración con Ficosa, que ha fabricado el dispositivo de comunicaciones C-V2X embarcado en el vehículo, y SICE, fabricante y suministradora de la infraestructura vial y que ha colaborado dotando de conectividad a los cruces semafóricos. Por su parte, Ericsson ha sido el responsable del despliegue del núcleo de red distribuido.
Con este trabajo en equipo, en Talavera se han mostrado dos casos de uso del vehículo autónomo concretos. En primer lugar, el aviso al vehículo por parte del semáforo de que existe un peatón cruzando por un paso de cebra en curva ciega. De esta forma, si el conductor demuestra su intención de giro activando el intermitente de giro hacia la dirección del peatón, el vehículo muestra en el cuadro de instrumentos un aviso de peatón cruzando.
El segundo caso ha sido el aviso al vehículo por parte del semáforo de que va a cambiar a rojo de forma inminente. En este supuesto, es el vehículo el que decide según su ubicación, velocidad y trayectoria, si le da tiempo a cruzar. En caso negativo muestra un mensaje de aviso en el cuadro de instrumentos del coche, de forma que el conductor pueda realizar una frenada controlada.
Para hacerlo realidad, y con el objetivo de conseguir latencias menores y estables, ha sido fundamental el despliegue del núcleo de red distribuido, en el que se ha embarcado la aplicación que actúa como mediadora entre la infraestructura y los vehículos, posibilitando el caso de uso pre-5G.
Ambos casos de uso están basados en el protocolo estandarizado C-V2X para permitir las comunicaciones vehiculares haciendo uso de la infraestructura móvil existente. Se muestra así, aseguraan desde Telefónica, el potencial que existe al combinar el protocolo C-V2X con la información recogida de sensores adicionales (una cámara de detección de presencia de peatones instalada en un semáforo), para proporcionar información sobre el entorno del vehículo y aumentar la seguridad en la carretera. "La ventaja de emplear la tecnología C-V2X sobre la red móvil es que proporciona a los vehículos una información adicional del entorno vial sin tener que hacer despliegues específicos. A medida que vaya evolucionando la red y las latencias sean más bajas, los casos de uso avanzarán", asegura Mercedes Fernández, gerente de Innovación de Telefónica España.
rn