Un holograma es una imagen que parece ser tridimensional y que se puede ver a simple vista. El físico húngaro-británico Dennis Gabor inventó la holografía en 1948 por cuya aportación recibió el Premio Nobel de Física en 1971. Los avances en cámaras digitales, tecnologías de pantalla, conectividad a internet de alta velocidad y la convergencia de las tecnologías exponenciales han abierto nuevas perspectivas comerciales para los hologramas.
Su aplicabilidad incluye la producción de imágenes, replicación 3D, almacenamiento de información, escaneo, detección, etc. Los hologramas impactarán con mayor intensidad en los sectores de la salud, retail, defensa, aeroespacial, educación y turismo. Según el estudio Holografic Imaging Market esta tecnología alcanzará los 4.500 millones de dólares en 2024.
Lauren deLisa explicaba en un artículo del año 2017 para Forbes que los hologramas aportan gran valor en áreas como la visualización científica o la ingeniería de diseño y fabricación. Sin embargo, su desarrollo ha sido relativamente lento. Esto es debido a que carece de una buena distribución.
Mirando hacia el futuro, los expertos coinciden en que su crecimiento se acelerará debido a que los hologramas encajan muy bien con los usos y comportamientos de las nuevas generaciones. Por ejemplo, Ashley Crowder, CEO de VNTANA, considera que el uso de hologramas será para la publicidad “la próxima gran tendencia” ya que es ideal para grandes espacios como estadios o centros comerciales.