"Se espera que 5G allane el camino para la digitalización y transformación de industrias clave", señala la presentación del proyecto Hexa-X, patrocinado por la Unión Europea, con fondos hasta ahora del programa Horizonte 2020. Se trata de una iniciativa que, partiendo de lo que el 4G ha significado para iniciar el gran cambio digital, salta directamente a la investigación del impulso que podrá significar después el 6G en un "marco temporal de 2030".
Mientras, en Japón, el número uno de las telecomunicaciones móviles, NTT Docomo (compañía dependiente de la estatal de correos y telégrafos NTT), también ha iniciado su camino hacia la próxima generación 6G, cuando apenas el 5G está empezando a plantar los pies en la tierra.
El área de investigación de Docomo denominada '6G Labs' se dedica a "estudiar las tecnologías más avanzadas para la red celular", explica a D+I el vicepresidente de la compañía y director general de sus laboratorios de innovación (confirmado como tal en la reorganización anunciada este mismo mes), Takehiro Nakamura.
Es un estudio "en fase muy preliminar", precisa Nakamura, en la que ahora están "discutiendo conceptualmente el 6G y las mejoras que supondrá sobre el rendimiento del sistema 5G". En su opinión, la era del 6G será en "los años 30 y podría ser que en esos 2030 mucha gente disfrutará también de viajes espaciales, así que necesitaremos expandir la cobertura al espacio también…".
No es que Nakamura fantasee con la tecnología. De hecho, en la conversación se mezclan las dos generaciones del futuro 5G y 6G, con el presente del 4G, que realmente sostiene ahora las comunicaciones móviles.
"Muchos de los casos de uso del coche conectado pueden satisfacerse por ahora con el 4G", indica, a modo de ejemplo. "Para el futuro habrá que usar 5G, por supuesto, que tiene una latencia muy baja y alta capacidad de envío de datos. Pero desde el punto de vista de cobertura el área 5G es todavía muy limitada y es muy importante usarlo junto con el 4G".
La iniciativa 6G en Europa es multinacional y multiempresarial. El proyecto Hexa-X lo lidera desde Espoo (Finlandia) Nokia, pero tiene a su lado al otro campeón europeo de las infraestructuras 5G, la sueca Ericsson (ambas, en competencia también con Huawei, son los players principales), y una veintena de compañías y universidades. Incluidas Telefónica y la Carlos III de Madrid.
La iniciativa 6G de Docomo tiene tintes más autárticos. Como parece tenerlos el despliegue de comunicaciones. Al fin y al cabo, Japón es un archipiélago sin fronteras terrestres con otros países.
"La situación japonesa es muy buena, la mayoría de las carreteras tienen cobertura 4G", dice Nakamura, volviendo a la cuestión del coche conectado, que es una de las actividades en las que está personalmente envuelto, como líder del grupo de trabajo de sistemas celulares del foro ITS Info-Communications.
"Ya sé que la situación europea es más compleja para cubrir todas las carreteras con un sistema celular. El nuestro no podría ser usado todavía para la conducción autónoma, que por ahora debe basarse en cámaras y sensores abordo. Pero puede ayudar para una conducción suave, sin grandes frenazos ni acelerones. Y podemos suministrar servicios de información y entretenimiento para quienes van en el coche", añade.
Pero la cuestión es, mientras el 5G sigue aterrizando entre nosotros (faltan por asignar las frecuencias más apropiadas para los usos del consumidor de móvil; en España, la compañía principal hace márketing pero aún no ha anunciado un plan de comercialización…), qué cabe esperar de ese futuro, con diez años de desarrollo por delante, del 6G.
"Mucha mayor tasa de datos, mayor capacidad, latencia muy, muy baja y una gran expansión de la cobertura del sistema", responde Nakamura. "Los sistemas 4G y 5G pueden utilizarse en territorios donde hay gente, pero en el futuro el internet de las cosas será más popular y las 'cosas' estarán por todas partes. Tendremos que expandir nuestra cobertura en todo el territorio y también en el mar y el cielo".
Es temprano para aventurar nuevos condicionantes tecnológicos, aunque Nakamura pone mucho énfasis en el análisis de las distintas frecuencias de radio, rechazando de paso la idea de que haya que multiplicar la instalación de antenas disponibles para las nuevas y futuras generaciones de comunicación móvil.
"Quizás hay un poco de confusión respecto al 5G, que puede utilizar cualquier espectro de señal, incluidas las bandas que están en uso ahora. Y no sólo puede usar la banda milimétrica, sino también la banda media, que es tan buena como las que usa la red 4G. Para la milimétrica sí que hay que considerar más antenas", asevera.
La banda milimétrica se mide en gigahercios, puede igualar la capacidad de transmisión de datos de la fibra óptica, pero tiene poca 'penetración' para salvar obstáculos físicos, como las paredes de los edificios. La banda media, de 'dos coma algo' a 'tres y pico' gigahercios, tiene mejor comportamiento en la difusión y una capacidad de datos muy superior a las bandas bajas, que se miden en megahercios, del 4G y también puede aprovechar mejor el 5G. "Deberemos utilizar el espectro considerando caso por caso", añade Nakamura.
En Japón, aclara, su compañía está utilizando tres bandas para el 5G, las de 3,7 Ghz, 4,5 Ghz y 28Ghz. "Tenemos despliegue de las tres, aunque el área es todavía limitada, pero deberemos ser agresivos para expandir la cobertura en unos años para atender los núcleos prácticamente en todo el país. Eso tiene un gran coste, claro, mucho dinero…".
Sería la preparación de la infraestructura para dar, casi inmediatamente después, el salto a la siguiente generación. Conviene recordar que el 4G empezó a utilizarse en el mundo en torno a 2010, prácticamente diez años después del debut del 3G. Así, saltando de década en década, no parece disparatado que el 6G llegue en torno a 2030.
Mientras, otra vez con los pies en el suelo, Japón, con ese espíritu de autarquía tecnológica antes citado, cuenta con NEC y Fujitsu como suministradores del equipamiento de redes, "aunque sea un mercado pequeño"
Nakamura concluye señalando otra tendencia de futuro que será muy relevante para las nuevas generaciones de comunicaciones: "Es lo que podríamos llamar 'territorio abierto'. El interface de red abierto significa que ese tipo de actividades comunes en todo el mundo, basadas en software, van a ser claves en la red. Es muy importante porque NEC y Fujitsu ahora suministran ese software muy bien y pueden hacerlo a nivel global".