James Park apareció en escena, quince años después de fundar su compañía, en nombre de Google. Fitbit, su creación, pasaba a ser parte del gigante. Los datos de sus más de 30 millones de usuarios pasan a alimentar los algoritmos de salud, patrones de comportamiento y costumbres del gigante de Mountain View.
Con un fondo virtual, típico de estos tiempos pandémicos, sirvió de escenario para que contase cómo la nueva pulsera Fitbit Luxe tendrá mejor medición de actividad, nutrición, contenido más enfocado y mejores análisis de toda esta información.
Una frase lo dijo todo: “Queremos ser el apoyo más importante para volver la vida prepandémica”. Expresa un deseo colectivo, el de dejar atrás lo vivido, pero también la evidencia de que hay mucho por hacer todavía. Empezando por la salud que no es sólo física, sino también mental. Un aspecto que hasta ahora no habían tocado de cerca ni Fitbit ni Google. En lo sucesivo medirán los niveles de estrés y analizarán las enfermedades crónicas asociadas a esta situación.
Intentos fallidos en wearables
Google tiene un largo historial con los wearables. Los dispositivos tecnológicos que se llevan consigo, como gafas (¿cómo no recordar Google Glass?), auriculares y relojes, con su propia versión reducida de Android. Hasta tuvieron la valentía de hacerlos con forma esférica, lejos de la solución cuadrada y esquinas redondeadas de Apple.
49 millones de unidades vendidas después, Fitbit resultó ser la compra que soluciona esa desconexión con el público y permite a Google volver a la carga. Esta vez con un aparato de apariencia más fashion de lo habitual en Google, un precio de 149 dólares y batería de hasta cinco días.
Meditar y sueño, la nueva aspirina
El descanso de calidad, más allá de las horas, es una de las obsesiones de Google. Fitbit toma los datos. Google los procesa, compara y devuelve recomendaciones.
Como cicatriz de la pandemia queda que una de cada tres personas tiene problemas para conciliar el sueño. En la mayor parte de los casos lo achacan al estrés. ¿La solución? Meditar. Según Deepak Chopra, gurú de la causa, es un hábito: “Como leer, como hacer ejercicio”.
Entre las mejoras de esta nueva generación está el registro de hasta 20 actividades diferentes (en general deportes más concretos y con datos más certeros), así como la integración con aplicaciones de terceros.
Diabetes, la otra pandemia
Y, en el horizonte, una de las preocupaciones de Google desde hace más de cinco años: combatir la diabetes. “Poner la salud por delante es nuestra prioridad”, subrayaron.
Con Verily, su primera empresa de salud del entonces incipiente Alphabet querían promover la sanidad desde su origen, con el ADN y los patrones de comportamiento como base para empezar a investigar. Se puso como prioridad si no erradicar, sí conseguir entender mejor y tener bajo control la diabetes, una enfermedad con especial incidencia en Estados Unidos y parte de América Latina.
La conjunción de Fitbit y Google hace que retomen esta misión con especial interés. Por ahora, con recetas en vídeo, monitorización de glucosa y recomendaciones de ejercicio. En el futuro, acciones más profundas.
Este lanzamiento llega poco a casi un mes de Google I/O, la conferencia de desarrolladores del buscador. En 2020 se canceló la cita. En 2021 será en remoto, solo a través de las pantallas. Esta presentación es un aperitivo de lo que vendrá. Si Apple tiene su Watch, pieza clave no solo en ventas, sino también en la gestión de datos, Fitbit le brinda a Google la posibilidad de ahondar en su conocimiento de la salud del usuario. También de, como hacen con los móviles Pixel, decirle a la industria cuál es su patrón en cada categoría.