Los tiburones y rayas del acuario más grande del Oceanográfico de Valencia comparten espacio con un especimen un tanto especial. Junto a ellos se desplaza silenciosamente un vehículo robotizado que les observa y cuida de ellos. No se mueve de manera autónoma, pero puede controlarse a kilómetros de distancia.
Con el movimiento de un sólo dedo es posible hacer que este Remote Operated Vehicle (ROV) se mueva hacia cualquier lado a 400 km de distancia. Esta es una de las demostraciones de las posibilidades que ofrece la aplicación de la tecnología 5G y que se puede ver en el expositor de Orange en el Mobile World Congress, que se celebra estos días en Barcelona.
"Queremos mostrar al público el impacto que tiene la tecnología 5G no sólo en las comunicación entre las personas, también entre dispositivos", ha manifestado Miguel Ángel Almonacid, director de estrategia en el área de Red y Coordinación Tecnológica de Orange, durante la demostración.
El vehículo, que está sumergido en un acuario de más de 7 millones de litros de agua, está conectado a la red comercial 5G. "El dispositivo se mueve en tiempo real y la imagen que capta en Valencia se devuelve a Barcelona", explica Almonacid.
De esta forma, el público puede disfrutar de un recorrido submarino "inmersivo" al contemplar, en unas grandes pantallas las imágenes subjetivas tomadas por la cámara HD del ROV y otra cámara adicional panorámica sumergida en el acuario.
Al margen de la experiencia visual, gracias a este dispositivo robotizado es posible "monitorizar la salud de los especímenes del acuario, y está previsto utilizar esa aplicación con fines educativos", adelanta el directivo durante el encuentro. "De hecho, ya se usa para detectar daños en el casco de los buques durante las revisiones que se realizan cuando están en el puerto".
La tecnología 5G hace posible esta experiencia gracias a su banda ancha, que transmite los comandos de control de movimiento en tiempo real, mientras recibe las imágenes capturadas por las dos cámaras en Valencia. También resulta esencial en esta experiencia la baja latencia, que permite una respuesta inmediata a los gestos realizados a kilómetros de distancia.
Este caso de uso tiene potenciales aplicaciones en la exploración, investigación, monitorización, difusión y conservación del ecosistema submarino, así como en la recogida de muestras y residuos plásticos.La compañía quiere concienciar así de la necesidad de preservar nuestros océanos y de la ventana que la tecnología 5G abre para cumplir con este propósito.
En este proyecto han colaborado, junto a Orange, Huawei, el Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia (iTEAM) de la UPV (Universidad Politécnica de Valencia) y la startup francesa Ender Ocean.
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