La nube dominante, la de Amazon Web Services (AWS), se ha marcado el próximo desafío, según Werner Vogels, CTO de Amazon, en "el espacio, la última frontera".
"La última, o la próxima frontera, depende…", puntualiza Clint Crosier, que es el responsable de empujar ese proyecto de AWS hasta nuevos límites y más allá.
Crosier es un general mayor (dos estrellas) retirado de la Fuerza Aérea (USAF) y de la Fuerza Espacial (USSF) estadounidense. Esta segunda unidad fue fundada en diciembre de 2019 como la sexta rama militar en Estados Unidos. Controla cerca de 80 artefactos espaciales, incluida la constelación de satélites del sistema GPS.
D+I tuvo ocasión de charlar con Crosier en Las Vegas. Graduado en ingeniería aeroespacial, fue el director de planificación de la USSF y desde 2020, cuando se retiró como militar, es el director de aeroespacio y soluciones con satélites de AWS.
"Cuando Werner habló de la última frontera se refirió a lo valioso que será el espacio en el futuro y a que estamos haciendo que la nube esté disponible en todas partes…", precisa Crosier.
El enfoque espacial de AWS
"Hay muchos elementos vitales aquí, en la Tierra: las empresas, la economía, la gestión del clima, todo… y cuando estamos conectados tenemos mayor capacidad para hacer más. La nube lo facilita", completa su precisión.
¿Y cuál es el enfoque espacial de AWS?, ¿qué es lo que está haciendo en el espacio?, le preguntamos.
"Permítame primero regresar, por un momento, año y medio atrás, cuando se creó la unidad de negocio de aeroespacio y satélites y me invitaron a unirme y poner en marcha esta nueva organización", responde.
"Me retiraba tras 33 años de servicio en la USAF y haber dedicado toda mi carrera a lanzar satélites, así que estaba de lleno en la industria espacial. Aparte de que mi último destino fuera establecer la USSF… Y, por cierto, veremos a otros países empezar a crear sus fuerzas espaciales. Reino Unido ya está en ello", prosigue Crosier.
"Así que, con esa experiencia, AWS me planteó que estaba observando el crecimiento en la industria espacial, la cantidad de satélites que se lanza cada año, la cantidad de nuevas compañías que entran en el mercado y los países que consideran que pueden hacer crecer su economía y la transformación digital de su sociedad".
Expertos en el espacio y en la nube
La consecuencia de tales observaciones era que AWS deseaba crear una unidad propia para añadir a la ecuación espacial "los 220 servicios que tenemos en la nube y todas las herramientas, como la inteligencia artificial, machine learning, analítica avanzada…".
Al general retirado le propusieron "armar un equipo con gente muy experta en espacio y juntarla con gente muy experta en la nube".
Una vez creado el equipo, su misión sería "sentarse con las compañías espaciales y ayudarlas a innovar el futuro y entender las formas en que pueden crecer aceleradamente utilizando la nube. En eso está enfocado el día a día de nuestro equipo", concluye Crosier.
¿Planea AWS utilizar satélites propios para mover datos?, inquiere entonces D+I. "Sí…", responde dubitativo. "Pero quisiera compartir un par de hechos. Hace un par de años anunciamos la estación terrestre de AWS, que es nuestra primera oferta específica para el espacio. Ahora tenemos una serie de estaciones y antenas que permiten a nuestros clientes conectar sus satélites y descargar directamente sus datos a la nube, que es la forma más rápida de distribuirlos y les da acceso instantáneo para usar IA, ML y analítica".
Otras tres estaciones en 2022
"Tenemos nueve estaciones terrestres operativas y Max Peterson [vicepresidente responsable de sector público] ha anunciado que abriremos otras tres en 2022", explica el jefe espacial de AWS, ofreciendo a continuación un caso concreto de uso.
"Capella Space es una organización que construye y opera sus propios satélites. Utiliza radar de apertura sintética, un tipo de sensor que se usa desde el espacio [para observación del suelo], y las estaciones terrestres de AWS. Nos dicen que están ahorrando entre un 40% y un 60% de sus costes estimados de infraestructura, porque con nuestra propuesta, igual que con la nube, no tienen que invertir. Pagan por minutos de uso y pueden dedicar un capital crítico a sensores o a mejorar sus capacidades".
El CEO de Capella, Payam Banazadeh, muestra impresionantes imágenes del volcán de La Palma, captadas por sus satélites, con una tecnología que retrata directamente el suelo, la boca del volcán, saltándose los humos y otros obstáculos visuales. La gran ventaja que Banazadeh expone es que esas imágenes las han tenido disponibles prácticamente en tiempo real durante la erupción.
"Capella fue la primera compañía que se vino con todo a nuestras estaciones y las están utilizando a diario", añade Crosier, antes de entrar en su segunda aclaración.
"Toda mi carrera he tenido que acudir a grandes centros de operaciones, con pantallas por todas partes y llenos de ordenadores, que requieren 50 personas cada día para volar cinco o seis satélites. Instalaciones de muchos millones de dólares, con una necesidad intensiva de personal…".
"Con AWS las empresas no necesitan construir centros de control, todo está en nuestra estación de tierra. Capella ha automatizado toda la red de ordenadores. La otra noche, cenando con [el CEO de] Capella, me dijo '¿quieres hablar con nuestro satélite?'. Abrió su app en el móvil ¡y se puso a controlarlo desde la mesa del restaurante!", exclama admirado.
Datos del rover en Marte
"Eso es lo que un centro de operaciones virtualizado significa: nunca más tendremos que construir gigantescos y carísimos centros de operaciones. Se pueden virtualizar en la nube. La nube espacial ofrece posibilidades muy poderosas", remacha.
¿Y eso se lo han contado ya a la NASA? "Ya estamos trabajando con la NASA", replica. "NASA tiene el rover Perseverance corriendo por la superficie de Marte y está utilizando AWS. Nos llegan todos los datos para distribuirlos al consorcio mundial de científicos que los están procesando con inteligencia artificial. Y esos datos sirven luego para decirle al rover qué es lo siguiente que tiene que hacer".
"Si lo piensa, -prosigue- cada vez que el rover recoge y envía datos a la Tierra se queda sin tarea, hasta que recibe la siguiente tanda de instrucciones. Así que cada minuto que podamos ahorrar en procesar y distribuir los datos es tiempo adicional para hacer ciencia en otro planeta", afirma.
Crosier subraya, además, que "NASA recurrió a AWS porque nuestros ordenadores y nuestra infraestructura es mayor y más rápida que la que tienen ellos disponible".
No competir con los clientes
En cuanto a la pregunta original, el responsable aerospacial de AWS responde al fin que no, que por ahora no tienen satélites propios. "Potenciamos a nuestros clientes".
Crosier sigue ofreciendo casos uso: "Tenemos docenas de clientes como Capella Space. Por ejemplo, Satellogic, una compañía que empezó en Argentina y ha mudado su cuartel general a Barcelona. Tienen 17 satélites en órbita para tomar imágenes del planeta. Y también utilizan nuestra estación en tierra".
Así que explica la razón por la que sólo operan desde el suelo: "Trabajamos con muchos clientes con sus propios satélites, bajando sus datos a AWS y no tenemos necesidad de competir con ellos. Queremos ayudarles a triunfar. Es una buena colaboración".
Aún pone más ejemplos, de ese tipo de colaboración: "Digital Earth Africa observa el continente africano entero para asesorar sobre seguridad alimentaria. Con sus sensores ven el estado de las cosechas, si tienen agua suficiente, si hay plagas… y esa información se la pasan a los gobiernos para que intervengan. También pueden observar la deforestación y la erosión". Otra compañía que cita Crosier es la londinense Satelliteview, que "mide las emisiones de calor de origen humano", como herramienta para el control climático.
Ballenas en peligro
Y añade el caso de Gatehouse Martitime, que utiliza sus satélites, entre otras cosas, para monitorizar ballenas en peligro, en la costa de California, a las que previamente han marcado con emisores de radio: "Cuando las ballenas se cruzan con líneas de navegación ellos pueden avisar a las navieras y los barcos maniobran para evitarlas".
"Hay muchas formas de usar el espacio, que hace cinco o diez años eran imposibles y están cambiando nuestra forma de vida y el modo en que exploramos el espacio", añade Crosier, subrayando un lema que en inglés tiene rima: "making the world a better place from space" (haciendo del mundo un lugar mejor desde el espacio).
Aunque ambas compañías pertenezcan (mayoritariamente) a Jeff Bezos, el dueño de Amazon, la división espacial de AWS no tiene una vinculación especial con Blue Origin. Pero sí es otro de sus clientes, "para ayudarles a construir sus misiones y sus negocios en la nube".
Crosier recuerda los tiempos en que, como militar, controlaba "una constelación de satélites de comunicaciones" y valora las ventajas de los satélites en órbita geosincrónica ('fijos' sobre puntos concretos de la Tierra) a unos 40.000 kilómetros de altura, algunos de los cuales también utilizan ya los sistemas de AWS.
La nube en la Luna
Y eso nos lleva a "la nube en la Luna", que, citando otra vez a Vogels, "está más cerca de lo que pensamos".
Crosier afirma que, como primer paso, hay "muchas compañías trabajando para crear una economía espacial con múltiples actividades en órbita baja [LEO, entre 200 y 2.000 kilómetros] y necesitaran inteligencia artificial, machine learning y comunicaciones avanzadas más próximas a dónde están que la Tierra".
Y dado que NASA planea "regresar a la Luna y llevar a la primera mujer y a un hombre en 2025, que la ESA también irá a la Luna y luego habrá una misión a Marte", la lógica le lleva a estimar que se hará en el espacio, rápidamente, "lo mismo que se ha hecho en la Tierra", acercando la nube a lugares remotos y núcleos pequeños, "lo más cerca posible de los flujos de trabajo".