Con una espectacularidad tecnológica nunca vista hasta ahora, ayer cerró sus puertas el salón ISE, que se celebró por tercera vez en Barcelona, donde llegó en busca de más espacio y después de estar en Amsterdam más de una década. Mike Blackman, director de la exposición, se mostró eufórico el viernes pensando que el gran éxito de asistencia podía hacer que el ISE superara incluso en impacto económico a la otra gran feria que acoge Barcelona este febrero, el Mobile World Congress.

Todavía no se han dado a conocer las cifras globales de impacto y asistencia de ISE, pero las expectativas de Blackman tienen buena base: 1.055 empresas expositoras, entre ellas las líderes del sector audiovisual; 7 salones con casi 60.000 metros cuadrados, incluido el dedicado al Congreso IoT; y un número de asistentes que puede superar los 50.000 y un impacto económico que sobrepasará los 400 millones de euros de la pasada edición.

Hologramas interactivos, escaparates futuristas, grandes y pequeñas instalaciones inmersivas, pantallas de alta calidad y los últimos avances en tecnología LED fueron los reyes del evento. El congreso certificó que la realidad aumentada y la virtual aplicables al entretenimiento o la formación va en aumento. También ocurre lo mismo en el ámbito de la creación de contenidos y en la sostenibilidad.

Samsung Electronics, por poner un ejemplo, presento la señalización digital sostenible, basada en la nueva estrategia medioambiental de la compañía, que anunció en septiembre del año pasado. Los productos que mostró Samsung en ISE se ciñen a las cinco etapas del ciclo de vida del producto: abastecimiento, producción, distribución, uso y reciclaje. Por tanto son un 40% más delgados, beneficiando la logística; admiten ajuste automático del brillo de la pantalla, a través de un sensor que reacciona a las condiciones lumínicas del entorno; y se gestionan desde la nube, de forma eficiente y remota; y están fabricados con componentes reciclables.

Líderes del sector y compañías más modestas presentaron auténticas novedades tecnológicas aplicadas a la cartelería destinada al retail, puertos, aeropuertos, vía pública, espacios deportivos, entretenimiento, cultura o educación. La española Newtonlab Space, con sede en Barcelona y la Coruña, presentó el Show Window Max, el primer escaparate holográfico del mundo: un dispositivo de 4,5 metros de largo que muestra hologramas de personas y productos reales en 3D en movimiento, a tamaño natural y en tiempo real.

El Show Window Max, desarrollado con tecnología propia patentada, cuenta con cuatro pantallas LCD transparentes de 86” y resolución 4K, para transmitir el máximo realismo posible. Las pantallas están unidas verticalmente con iluminación led interior. Según los creadores, el escaparate virtual puede adaptarse a todas las necesidades ya que se puede ampliar o reducir el número de pantallas, desde tres módulos hasta 8.

Una de las grandes del sector, nsign.tv, fundada en Barcelona y con sede en Madrid, Valencia, Miami y México, también estuvo en ISE con su cartelería digital y software propio gestionado desde la nube, para el desarrollo de canales de comunicación a través de pantallas en espacios físicos de venta.

Con más de 25.000 licencias vendidas y clientes como Porcelanosa, Lladró, IKEA España, Areas, Nespresso o Coca-Cola, la plataforma de comunicación de nsign.tv mostró su Digital Signage, un sistema que implica una mayor interactividad y que, según Albert Baranera, director general de la división de software de la compañía, “llevará a las marcas y organizaciones a encontrar nuevas soluciones para intensificar la experiencia en tienda de sus clientes”.

Las salas de demostraciones de video y audio se llenaron al completo en cada sesión, y especialmente en aquellas con espectáculos inmersivos, como el que ofreció Coda Audio, que presentó un espectáculo junto con el compositor francés de música electrónica Jean-Michel Jarre.

El congreso también destino una nueva zona a la producción y distribución de contenido, con la instalación de un plató de producción virtual donde los visitantes experimentaron con la hibridación entre el mundo real y el virtual, cada vez con una línea más difusa.