Uno de los pasillos del Mobile World Congress 2025.

Uno de los pasillos del Mobile World Congress 2025.

Tecnológicas MWC 2025

Mobile World Congress 2025: escasez de grandes líderes, sobreabundancia de inteligencia artificial

El primer día del MWC 2025 deja sensaciones enfrentadas: gran afluencia de público y mucho interés internacional, pero sin novedades tecnológicas de calado y sin ninguna figura de renombre a la que seguir.

Más información: El sector tecnológico hace 'all in' con la IA: volverá a ser la protagonista del Mobile World Congress

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Barcelona amaneció con su ya clásico ritual de finales de febrero o principios de marzo: taxis en procesión hacia la Fira Gran Via, ejecutivos trajeados por doquier y el murmullo de conversaciones en inglés, mandarín y, cómo no, catalán. El Mobile World Congress 2025 abrió sus puertas con el entusiasmo de siempre, la previsión de igualar sus mejores cifras de asistencia prepandemia (109.000 asistentes) pero con una sensación extraña flotando en el ambiente. Como si algo –o, mas bien, alguien– faltase.

No hay pega en el ámbito institucional, al contrario. Por primera vez en más de un lustro, el Rey Felipe VI ha visitado el Pabellón de Cataluña en el MWC 2025. Y la cordialidad ha sido la tónica dominante en la cena previa al evento, con complicidad clara junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo de la Generalitat, Salvador Illa. A ellos se han unido un Óscar López, ministro del ramo digital, y Jordi Hereu, de Industria, aunque con un perfil marcadamente bajo en esta primera jornada. Mañana será el día de estos segundas espadas (y de algún anuncio que siempre se espera como agua de mayo en esta feria).

La laguna está en el otro lado de la ecuación, la empresa. Prácticamente ninguna multinacional de renombre ha traído a su líder a la Capital Condal. Serán cosas de la casualidad, de las críticas a la 'tecnoélite' o porque este evento ya no les renta tanto como antaño.

No es algo anecdótico, ni mucho menos. Chuck Robbins -CEO de Cisco-, Javier Oliván -número dos de Meta- o Ross Frenett -CEO de Moonshot- se han reunido este lunes con Pedro Sánchez bajo el paraguas de sus visitas al Mobile World Congress. Y muchos de ellos mantendrán encuentros con clientes, aunque ese detalle de sus agendas es secreto. Lo que sí es público y notorio es que ninguno tendrá una foto en el escenario del MWC 2025.

De hecho, si miramos la agenda del evento, la sensación de que algo no va bien es evidente. La mayoría de los ponentes destacados son gurús de la tecnología, de esos que cobran por reciclar estudios y hacer algún aspaviento gracioso, junto a segundos o terceros directivos de compañías medianas o casi desconocidas. Comparar con años anteriores es una idea todavía peor: Mark Zuckerberg, Eric Schmidt, Dieter Zetsche, Satya Nadella, Reed Hastings, Ginni Rometty, Sundar Pichai, Jensen Huang, Julie Sweet... Son muchas las personalidades que han pasado por la Fira y que arrojan luz sobre el vacío de este curso.

Obviando, siempre, a las 'telco' de rigor, donde el aterrizaje de Marc Murtra y la presumida salida de Chema Alonso de Telefónica le han dado algo de vidilla a los mentideros de la feria. Mención aparte a la intervención de Brendan Carr (el hombre fuerte de Trump al frente de la Agencia Federal de Comunicaciones, que aprovechó para lanzar un aviso: "Defenderemos a las 'big tech' frente a los abusos regulatorios europeos") o la presencia de las aludidas por este último: la comisaria europea de Competencia, Teresa Ribera (con agenda a puerta cerrada) o de su homóloga de Soberanía Tecnológica, Henna Virkunnen.

Mucho ruido, pocas nueces

Si la ausencia de los 'capos' tecnológicos es dramática, parece tan sólo a la prensa parece preocuparle. Los políticos están contentos con la imagen de unidad mostrada al mundo y las empresas centradas en hacer negocio durante esta edición de récord de asistencia. Una mirada cortoplacista en cuanto a que el interés general de la feria se sustenta en que sea un espacio irrenunciable para las grandes tecnológicas.

Volviendo a la congregación de profesionales, está claro que el latido del MWC 2025 ya late con la misma fuerza que antes de la pandemia. El año pasado ya fueron muy buenas las sensaciones al respecto, pero en esta ocasión han vuelto los lentos caminares por los pasillos, el ruido atronador de stands y asistentes, la dulce locura de la disrupción en su mayor grado de exposición.

Empero, cuesta discernir algo nuevo entre ese ruido. Para sorpresa de nadie, todo en el MWC 2025 lo impregna la inteligencia artificial. Lo extraordinario es encontrar a alguien que no quiera asociarse con la tecnología de moda, ya sea en el ámbito digital, en el de la automoción conectada o en el industrial. Porque si algo podemos destacar de esta tendencia es la transversalidad que ha logrado en todo el tejido productivo y sectores de actividad.

Y si todo el mundo quiere subirse a la ola, lo paradójico es que todos admitan de base que todavía no hay casos de uso tangibles que mostrar. Tanto es así que la mayoría de grandes 'tech' están haciendo un importante impulso por aterrizar, de las musas al teatro, la IA. Una tecnología prometedora, anclada en los proyectos piloto, y cuya escalabilidad deberíamos estar descubriendo en el MWC. Sin embargo, lo que vemos es aún la llamada a hacerlo, la invitación a dar el salto.

El siguiente salto está en el aire, entre los vientos regulatorios, los bandazos de Trump en Estados Unidos y las dudas surgidas sobre la escalabilidad de modelos como los de OpenAI tras la irrupción en escena de DeepSeek y otras alternativas de menor consumo. Y un factor determinante, común a todos esos escenarios: ante la incertidumbre, las empresas prefieren seguir probando su utilidad pero retrasar su implantación a gran escala. Esa es la sensación que numerosos directivos han trasladado, en confianza, a este humilde cronista.

Más allá de la inteligencia artificial, hegemónica, encontramos hueco para tecnologías de optimización y securización de redes, algo de cloud, de gestión de big data, soluciones de gestión empresarial... Muchas de las grandes enseñas de la tecnología profesional (Salesforce, AWS, Cisco, Microsoft, Oracle, Accenture, IBM, NTT Data...) están presentes en la feria, pero sin notorias apariciones públicas: su negocio está entre bambalinas.

Y el dichoso metaverso, ya caído en desgracia y prácticamente desaparecido para cualquier analista que se precie, pero que sigue presente en la mente de algunas startups del 4YFN y, quizás como objeto decorativo, de muchos de los stands de la feria general. Incluso el Pabellón de España cuenta este año con un holograma alimentado por IA para recomendar las empresas que cada asistente debe consultar...