Una encuesta de Harvard Business School reveló que el 88% de los reclutadores están descartando a candidatos que consideran altamente competentes porque carecen de credenciales tradicionales, como títulos universitarios o una extensa experiencia laboral.
Además, estas prácticas suelen afectar más a mujeres y trabajadores mayores, dando lugar a una fuerza laboral menos diversa. Sin embargo, estamos presenciando una revolución en la que convergen la educación, el empleo y la tecnología que podría redefinir por completo estas prácticas y, por ende, nuestra sociedad y economía.
Si lo analizamos de manera aislada, la educación está experimentando un cambio de paradigma debido al auge de plataformas de capacitación en línea y otros recursos digitales. Durante la pandemia, 1.200 millones de estudiantes dejaron de poder acceder a clases presenciales, lo que disparó la formación online, democratizando el aprendizaje.
Esta tendencia está permitiendo que personas de todas las edades, niveles académicos y procedencias tengan la libertad de construir su propio camino educativo, más allá de las vías e instituciones tradicionales. Estas oportunidades de formación también están supliendo las necesidades que las instituciones tradicionales a menudo no logran cubrir, como equipar a los trabajadores con las habilidades necesarias para el mercado laboral actual o satisfacer las demandas de recapacitación continua que exigen los mercados cambiantes. Según LinkedIn, las habilidades que los empleados necesitan para un puesto determinado han cambiado en aproximadamente un 25% desde 2015.
Al mismo tiempo, nos enfrentamos a un desafío crítico en el mercado laboral actual: la escasez de profesionales cualificados. Según Randstad, el 75% de las empresas tienen dificultades para encontrar candidatos con las habilidades necesarias para roles específicos, como en tecnologías avanzadas, ciberseguridad, logística, sostenibilidad y salud.
Esta escasez de talento es especialmente notable en puestos como ingenieros de datos, científicos de datos o ingenieros de aprendizaje automático. Son profesionales que principalmente aprenden a través del aprendizaje experiencial en la resolución de problemas, donde saber cómo (conocimiento procedimental) es más importante que saber qué (conocimiento declarativo).
Al encontrarnos cada vez más candidatos sin títulos universitarios y que adquieren habilidades valiosas para las empresas de forma experiencial, se nos exige cuestionar los criterios habituales en los que se basan los procesos de selección de personal, a menudo basados en años de experiencia o títulos emitidos por reputadas universidades.
La contratación por habilidades surge como una valiosa solución que puede reducir significativamente los tiempos de contratación y aumentar la oferta de talento. Según un informe de LinkedIn, se estima que en España se podría aumentar el volumen de talento disponible hasta once veces más si se priorizan las habilidades sobre otros criterios. Esta estrategia, lejos de ignorar el valor de una sólida formación o experiencia previa, permite que las empresas adapten sus prácticas de contratación a la evolución del trabajo, enfocándose en habilidades nuevas como el uso de herramientas de inteligencia artificial, en lugar de títulos laborales estáticos.
De entre los muchos beneficios citados en este estudio, llama la atención que más del 60% de los directores de Recursos Humanos encuestados afirmaron que los candidatos con capacidades específicas son productivos casi inmediatamente, en comparación con aquellos seleccionados por sus credenciales académicas.
La inteligencia artificial puede facilitar la contratación por habilidades gracias a la capacidad de esta tecnología para filtrar grandes volúmenes de datos y agrupar a los candidatos según sus competencias y encaje con los diferentes puestos de trabajo. Además, las empresas pueden realizar análisis predictivos sobre qué candidatos tienen mayor probabilidad de aportar valor a largo plazo a la empresa, basándose en la alineación entre sus habilidades y los desafíos del puesto.
La IA nos ofrece oportunidades para que el reclutamiento sea menos costoso, más rápido y se introduzcan menos sesgos, siempre y cuando los directores de Recursos Humanos seamos cautelosos al implementar estas herramientas asegurando que estos sistemas no perpetúen o amplifiquen sesgos existentes. La transparencia en cómo las herramientas de IA filtran y seleccionan candidatos es crucial para asegurar la equidad en el proceso de contratación.
Para implementar la IA en los diferentes procesos de gestión de capital humano, es necesario formar adecuadamente a los profesionales que utilizarán estas nuevas herramientas, ya que existen riesgos en torno a la confidencialidad y la calidad de los datos. Facilitar el acceso a cursos y formaciones no solo ayuda a mitigar riesgos, sino también a cerrar la brecha de habilidades y aumentar la lealtad de los empleados, que sienten cómo la empresa invierte en su desarrollo personal y profesional.
Los equipos de Recursos Humanos tenemos un rol fundamental en este cambio de paradigma en la contratación. Al contratar por habilidades, impulsamos una solución que nos permite alinear mejor el talento con las necesidades empresariales a la vez que configuramos un mercado laboral más inclusivo y eficiente.
*** Manuel Zaera es COO & Head of Human Capital de IQube y miembro de la Asociación Española de Directores de Recursos Humanos.