Mes de julio. Amaia busca ofertas de apartamentos vacacionales para este verano. La búsqueda da sus frutos y consigue alojamiento a un buen precio. Facilita sus datos, realiza un adelanto y adquiere el piso. Con todo gestionado, Amaia acaba de ser víctima de una estafa en internet.
Al detectar una gran oferta, Amaia, como muchos españoles, se olvidó de comprobar si la página era segura, o al menos reconocida, o si el vendedor era fiable o tenía opiniones que alertaban de un posible fraude. Según datos del Ministerio del Interior, este tipo de prácticas aumentó un 4% en 2023, registrándose un 56% de estos delitos en Andalucía y Comunidad Valenciana.
Pongamos otro caso. Es agosto, Pedro tiene reservado un apartamento con su familia en Alicante y recibe un SMS de confirmación de reserva. Entra, rellena los datos de nuevo y vuelve a confirmar la reserva. El SMS era falso. Pedro ha sido víctima de phishing (en este caso smishing - phishing por sms), y sus datos ahora están en manos de ciberdelincuentes.
Según el informe de ESET, España se encuentra entre el top 10 de países del mundo más expuesto a las ciberamenazas, y prácticas como el phishing ya representan casi el 30% del total de peligros detectados.
Las ciberamenazas pueden convertir nuestras vacaciones en una pesadilla en cuestión de segundos. Cada verano, los informativos se llenan de historias sobre las estafas on line más comunes, pero muchos las contemplamos como algo lejano sin ser conscientes de que podemos ser las próximas víctimas. Sin embargo, la realidad es que debemos estar alerta en todo momento.
El último estudio del CIS refleja la necesidad de la sociedad de mejorar en cultura de ciberseguridad, destacando que hasta el 60% de los españoles reconoce tener poco o ningún conocimiento sobre seguridad o protección de datos personales en Internet y el 50% de los encuestados asegura haber sufrido algún ciberincidente en el último año.
En una sociedad que avanza de manera inexorable hacia la digitalización, y donde la inteligencia artificial está transformando nuestro mundo de una manera vertiginosa, estos datos deben hacernos reflexionar. Ante este futuro inminente, la ciudadanía y el país deben estar preparados para los retos que el mal uso de la tecnología presentan, y las consecuencias que ya tienen en nuestra sociedad.
La sociedad debe ser concienciada y alertada constantemente sobre los posibles peligros que pueden conllevar los ciberataques y fraudes on line, y también sobre qué rutinas básicas de ciberseguridad nos pueden mantener alejados de ser víctimas de un ciberdelito
Durante épocas estivales, los engaños como los anteriormente mencionados son los más comunes, pero con el avance de la digitalización debemos aumentar las medidas de prevención y protegernos de manera más eficaz.
La seguridad digital debe ser una prioridad en todas las etapas de nuestra vida, desde la infancia hasta la vejez.
Resulta fundamental transformar nuestro sistema educativo para adaptarlo a la era digital. Si aspiramos a una sociedad digitalizada y segura, es necesario implementar políticas educativas que preparen a las nuevas generaciones para desenvolverse en este entorno de manera segura. La inteligencia artificial ya está presente en las aulas, pero la necesidad de adquirir conocimientos básicos en seguridad digital es igual de relevante, para poder aprovechar al máximo y sin consecuencias negativas las oportunidades que los desarrollos tecnológicos nos ofrecen.
Pero en un entorno digitalizado, no debemos centrarnos solo en los más jóvenes ni mucho menos dejar de lado a los más mayores. La tercera edad, en particular, es un grupo vulnerable a este tipo de ataques debido a su menor familiaridad con el mundo tecnológico, lo que deja claro que la digitalización debe ser accesible para todos.
Si bien el esfuerzo por combatir la brecha digital es constante, aún queda mucho camino por recorrer. Nos esforzamos por formar a nuestros mayores para que se adapten a las nuevas tecnologías, pero a menudo no les proporcionamos las herramientas necesarias para defenderse de las numerosas estafas que existen. Por ello, debemos fomentar cursos de formación y concienciación específicos para este grupo.
El futuro ya nos ha alcanzado. España se encuentra entre los países del mundo más expuestos a los ciberataques, y está en nuestras manos revertir esta tendencia.
La implementación de políticas educativas que fomenten la sensibilización y el conocimiento de la ciudadanía en materia de seguridad digital es crucial para todas las edades. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad más segura para todos.
*** María Riesco es directora del Máster en Ciberseguridad en IMMUNE Technology Institute e Ingeniera Inspectora del Cuerpo Nacional de Policía Especialista en la lucha contra el cibercrimen.