El último documento de directrices políticas de la Comisión Europa para el periodo 2024-2029 es pura innovación tecnológica. Nunca he visto discursos políticos tan técnicos ni tan relacionados con la innovación y la industria como los últimos de la presidenta Ursula Von der Leyen.
Más que el mundo no nos espera, es que el mundo nos está pasando por encima y hay países que nos llevan años de ventaja competitiva en innovación como China y que pone en jaque a Estados Unidos. En un mundo cada vez más competitivo y en rápida evolución, Europa está en una encrucijada crítica. La innovación se ha convertido en el pilar fundamental para asegurar un futuro sostenible y próspero porque la innovación no solo es un motor de crecimiento económico, sino también una herramienta vital para abordar problemas globales como el cambio climático y la salud.
La innovación en Europa nunca ha sido tan importante como lo es ahora. Los cambios demográficos y la restructuración de la economía global amenazan con comprometer el rol de la Unión Europea en el mundo. Sin embargo, con adaptaciones estratégicas, Europa puede enfrentar estos desafíos.
Europa ha sido tradicionalmente un líder en investigación y desarrollo, pero los desafíos actuales exigen una transformación radical en cómo se aborda la innovación. La Comisión Europa habla de un nuevo estatus legal a nivel de la UE conocido como el "Régimen 28" para apoyar el crecimiento de empresas innovadoras. Este régimen ofrecerá a las empresas la posibilidad de beneficiarse de un conjunto de reglas simplificadas y armonizadas en ciertas áreas, facilitando así su expansión y operación en el mercado único europeo.
El objetivo es reducir las barreras administrativas y proporcionar un entorno más predecible y favorable para la innovación como indica el informe sobre el futuro del mercado único del conocido político italiano Enrico Letta. En este informe Letta sugiere que la innovación debe estar en el centro del marco del Mercado Único Europeo, proponiendo una "quinta libertad" que abarque investigación, innovación, datos, competencias, conocimiento y educación.
La Comisión subraya la importancia de diversas tecnologías esenciales como la biotecnología y las tecnologías digitales para modernizar sectores clave como la agricultura, la silvicultura, la energía y la salud. Igualmente, habla sobre la inteligencia artificial, donde Europa está a la vanguardia en la regulación para hacerla más segura y confiable; sin embargo, esto solo tiene sentido si innova en IA y no depende de terceros.
En este sentido, la Comisión quiere garantizar el acceso a capacidades de supercomputación para nuevas empresas y la industria de IA e indica la necesidad de una estrategia de datos europea que permita el acceso y uso de datos, hoy en día cruciales para la competitividad y la innovación, aunque manteniendo altos estándares de privacidad y seguridad.
Durante mucho tiempo hemos cedido los datos sin darle importancia y ahora pagamos a esas compañías por servicios que han diseñado en base a ellos. Ahora las empresas europeas luchan por acceder a los datos necesarios, mientras que grandes compañías tecnológicas extranjeras utilizan datos europeos para impulsar sus negocios y darles servicio.
De acuerdo a la quinta competencia que define Letta, para liderar en innovación, es esencial crear condiciones propicias para los empresarios, pero también atraer talento, desarrollar nuevos conocimientos y habilidades y hacerlo masivamente, y a lo largo de toda la vida. Es decir, si la innovación es imprescindible, la educación es un arma de construcción masiva.
Europa debe aprovechar esta oportunidad para liderar el camino en la creación de soluciones que no solo impulsen el crecimiento económico, sino que también aborden los desafíos sociales más urgentes. La innovación, apoyada por una estrategia industrial bien diseñada y una colaboración efectiva entre todos los actores sociales, es la clave para el presente y tener un futuro llamado Europa.
Actualmente, la UE está a la espera del informe de Mario Draghi sobre el futuro de la competitividad europea, pero si algo queda claro es que Europa debe poner la innovación en el corazón de sus políticas y recursos o arriesgarse a la irrelevancia. La innovación no es una opción, sino una necesidad para enfrentar los desafíos del siglo XXI y mantener nuestra competitividad a nivel global desde lo local.
PD: En la era del humanismo tecnológico, cuidado con los tóxicos, trepas, troyanos y trolls y rodearos SINERGENTES que siempre suman aptitudes, equipo y valores.