La línea que separa la eficacia en la prestación de servicios digitales sanitarios y la protección efectiva de la privacidad de las personas es cada vez más gruesa, separando con claridad ambos compartimentos.
Dicho de otra manera, cada vez más, sumergirse en el mundo de la tecnología sanitaria es más seguro si lo que nos preocupa es que las empresas tengan acceso a nuestros datos.
Así lo corroboran la consultora Accenture y Savia, plataforma sanitaria de la compañía Mapfre. Ambas compañías organizaron hace una semana un evento titulado 'The pulse of change: Miradas al futuro de la Salud' dirigido a los actores del cambio en el mundo de la salud: investigadores, emprendedores, inversores y medios de comunicación especializados.
Allí se pusieron de manifiesto varios datos que hablan de lo anterior y que sirven para concluir que "nuestra sociedad ya está preparada" para este nuevo salto tecnológico, aunque invada nuestra intimidad más preciada, la de la salud.
"Un informe que hemos elaborado desde Accenture remarca que el 75% de la población española ha utilizado en el último año algún tipo de tecnología o servicio digital sanitario. En el resto del mundo, ese porcentaje baja hasta el 64%", explica Luisa Bautista, managing director de Sanidad de Accenture.
Este dato demuestra, según Bautista, "que los españoles confiamos en la tecnología aplicada a nuestra salud de una manera más decidida que la media mundial y eso, teniendo en cuenta además el envejecimiento paulatino de nuestra sociedad, es un dato a tener muy en cuenta".
Pedro Díaz Yuste, CEO de Savia y director de Salud Digital de MAPFRE, aporta datos de su compañía que van en la línea de lo anterior y que además demuestran la revolución que supuso la pandemia.
"El 60% de los usuarios que utilizaron los servicios de Savia durante la pandemia era la primera vez que lo hacían y la satisfacción fue muy alta, por encima del 90%", concede. En resumen, "tratamos de que nuestros asegurados tengan todo a su disposición en la palma de su mano y el feedback que recibimos es excelente".
Desde Accenture remarcan que hablar de servicios digitales es hacerlo de las apps de salud y las historias clínicas electrónicas, que son las funcionalidades más utilizadas. "El estudio del que hablábamos nos muestra que el 39% de los encuestados tuvo visitas médicas en remoto, que el 24% utilizó aplicaciones relacionadas con la salud, un porcentaje que se eleva hasta el 41% si le añadimos el uso de los llamados wearables que monitorizan nuestra pulsaciones, nuestro consumo de calorías…", admite.
La confianza
Es más, Luisa Bautista recalca que "una cuarta parte de las personas objeto de estudio consultan su historia médica por internet e incluso un 11% se atrevió con revisiones médicas virtuales para hacer seguimiento de sus dolencias".
Ampliando lo anterior, el responsable de Savia constata que "en este campo, la innovación debe ser el centro de todo". En este sentido, revela algunas de las novedades tecnológicas que utiliza esta compañía para mejorar el servicio a sus clientes, como una aplicación mediante la cual el usuario puede medirse con su smartphone la cantidad de oxígeno en sangre o el uso de altavoces inteligentes como Alexa para resolver consultas médicas.
Todas estas interacciones, por más atractivas que parezcan, ponen en juego multitud de datos y es ahí donde entra una palabra clave: la confianza.
Desde Accenture reconocen que "la confianza debe situarse en el centro de todos los esfuerzos a la hora de edificar el futuro de la atención sanitaria y algo estaremos haciendo bien cuando en estos momentos ya casi la mitad de la población (concretamente un 48%) se siente cómodo utilizando aplicaciones que usan la inteligencia artificial para determinar diagnósticos o resolver dudas".
Si en la ecuación entra el médico, es decir, "cuando nuestro médico utiliza inteligencia artificial o machine learning para decidir qué tratamiento nos conviene, este porcentaje se eleva hasta el 55%".
Para Savia, "la importancia en la gestión de los datos es cada vez mayor". En esta compañía existe, por cierto, un código ético que no deja lugar a dudas y en el que "recordamos a nuestros asegurados que sus datos son suyos. Aquí no se venden datos a nadie, el usuario puede editarlos o borrarlos si así lo considera".
El estudio elaborado por Accenture plasma lo anterior con datos: "El 56% de los usuarios da una importancia capital al uso de sus datos y a su privacidad en el ámbito de la salud digital".