Las plataformas digitales de servicios se imponen y rompen moldes en las relaciones laborales
La transnacionalización del trabajo temporal atrae a freelancers con talento de cualquier lugar del mundo.
4 mayo, 2021 01:31Noticias relacionadas
"El trabajo ya no es donde vamos sino lo que hacemos y como damos lo mejor de nosotros", asegura Emilce Grimi, director financiero (CFO) de Workana, la mayor plataforma digital de servicios virtuales de América Latina, con sede en Argentina. Workana es uno de los actores de la gig economy, un anglicismo que define los trabajos flexibles y temporales que se contratan a través de una plataforma digital.
"Para los empresarios, el acceso al talento es el mayor beneficio que obtienen de nuestra plataforma; para los freelancers, contactar de manera sencilla con clientes sin importar su localización física", explica Grimi. Las plataformas digitales de trabajo han crecido de manera espectacular durante la pandemia de la covid-19 y con ellas los debates a cerca de cómo abordar la regulación de estas nuevas relaciones laborales.
En este sentido, Digital Future Society -iniciativa impulsada por el ministerio español de Asuntos Económicos y Transformación Digital- y Bid Lab -Laboratorio de Innovación del Grupo Banco Interamericano de Desarrollo, con sede en Washington (Estados Unidos)- han analizado el fenómeno del futuro del trabajo y la economía de plataformas digitales durante estos últimos años, especialmente a raíz del impacto de la covid-19.
El resultado de este análisis se plasma en el estudio 'Economía de plataformas y Covid-19' (https://digitalfuturesociety.com/es/report/economia-de-plataformas-y-covid-19/), que pone el foco en las actividades de reparto, el sector de los cuidados y el de los servicios virtuales en España y América Latina.
"En América Latina y el Caribe, los servicios virtuales que se ofrecen a través de las plataformas digitales aumentaron un 77% su oferta y un 23% su demanda entre marzo y junio del 2020", afirma Irene Arias, consejera delegada (CEO) de Bid Lab, que destaca la necesidad de buscar soluciones consensuadas que "no pongan en riesgo el potencial innovador de estas plataformas ya que suponen la principal fuente de ingresos para cada vez más personas", pero resolviendo a la vez las brechas abiertas.
Avanzar en regulación y protección
Los nuevos desafíos, como apunta Cristina Colom, directora de Digital Future Society, obligan a que todos los actores de la sociedad deben poner de su parte "para no contribuir a crear sociedades más desiguales", incidiendo en el hecho de que "estudiar y analizar un fenómeno complejo en constante evolución es fundamental para avanzar en la regulación y en la protección de los trabajadores".
Las intervenciones de Colom y Arias precedieron a las de los participantes en la mesa redonda sobre 'La economía de plataformas y el sector de los servicios virtuales', celebrada a finales de abril en formato virtual, en la que se pusieron sobre la mesa las cuestiones más candentes que provoca la reciente transnacionalización del trabajo.
En ella participaron Emilce Grimi; Albert Cañigueral conector de Ouishare, red global de innovadores y freelancers de la economía colaborativa, para España y América Latina; y Javier Pacheco, secretario general de Comisiones Obreras Cataluña; moderados por Arturo Catalán, director ejecutivo del Observatorio Iberoamericano de Comunicaciones Digitales y subeditor de 'Chile Tecnológico' que publica 'Diario Mercurio'.
"En los últimos meses hemos constatado muchos pequeños cambios en las plataformas. Se han especializado por sectores, aportando gran valor añadido, e incluso algunas ya no actúan solo como intermediarios sino que se implican en el proceso de distintas maneras", afirmó Cañigueral, que considera que ya se ha normalizado que estos marketplaces laborales formen parte del mundo del trabajo.
La cualificación profesional de los freelancers es cada vez mayor y "también se ha podido observar que están menos aislados y son más solidarios entre ellos, pero faltan políticas públicas ajustadas a este fenómeno", destacó el conector de Ouishare.
Sin duda existen vacíos en el nuevo modelo, como la seguridad laboral de los trabajadores, que hace temer a Pacheco "que pueda dar pie a la creación de nuevos espacios de precariedad". Para evitar situaciones extremas, el líder sindical propuso "reforzar los espacios de negociación colectiva, fomentar la vigilancia de la norma con competencias nuevas para los inspectores y evitar que esta condición de autonomía se convierta en vulnerabilidad para los trabajadores".
Nuevas relaciones laborales
En España, como recordó Cañigueral, está en trámite la conocida como Ley Rider, referente a los servicios de reparto, que podría ser un primer paso, según Pacheco, hacía la regulación de las relaciones laborales de los trabajadores del nuevo sector de plataformas digitales.
A pesar del limbo que todavía rodea el nuevo modelo laboral, los ponentes coincidieron en afirmar que la gig economy es algo imparable. Por tanto, según Grimi, "debemos seguir ofreciendo más oportunidades a los profesionales, facilitarles las barreras de entrada, y ofrecerles recomendaciones y herramientas que les permitan mejorar su trabajo".
En Workana, destacó, "ponemos el foco en el desarrollo profesional de los freelancers, buscamos que haya una competencia sana y de calidad, de ahí que somos nosotros los que fijamos un precio mínimo a las tareas, para evitar precisamente la precarización del trabajo. A la vez, nos ocupamos de la burocracia para conseguir que las relaciones con las empresas sean lo más eficientes posible".
El desafío que plantea la gig economy obliga a encontrar entre todos el equilibrio entre innovación, derechos de los trabajadores e intereses de empresas y consumidores. Con cierta prisa y sin pausas.