Pascal Lamy, exdirector general de la Organización Mundial del Comercio.

Pascal Lamy, exdirector general de la Organización Mundial del Comercio.

Política Digital

Lamy (exdirector de la OMC): "Europa tiene que ponerse las pilas en innovación para no quedarse rezagada"

Lamy cree que Europa debe apostar por un sistema que mantenga la innovación en movimiento, pero que proteja sus valores democráticos y los derechos humanos. 

Publicada
Actualizada

Hablar de la trayectoria de Pascal Lamy es hablar de economía no solo a nivel europeo, sino también a nivel internacional. Lamy, que comenzó su carrera en la función pública francesa, ha pasado por cargos de responsabilidad como el de Comisario de Comercio en la Comisión Europa entre 1999 y 2004, durante la presidencia de Romano Prodi, hasta alcanzar la dirección general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), entre 2005 y 2013. 

Actualmente, entre otras cosas, es vicepresidente del Paris Peace Forum, una organización sin ánimo de lucro que organiza un encuentro anual entre líderes a nivel global para crear acciones colectivas con el objetivo de avanzar hacia un mundo mejor. También, se dedica a divulgar sobre asuntos relacionados con la gobernanza en diferentes eventos. 

En mitad de uno de ellos, Lamy conversa con DISRUPTORES-EL ESPAÑOL sobre los retos que afronta la sociedad en la actualidad en asuntos como la digitalización o la sostenibilidad. En mitad del ruido propio de una de estas convocatorias, el exdirector general de la OMC se esfuerza por poner sentido común a las cuestiones que dominan las conversaciones de los líderes hoy en día y que marcarán la agenda del mañana. 

Avanzar hacia la concurrencia

La primera pregunta que le toca responder versa sobre la probabilidad de establecer una serie de guías a nivel mundial que marquen el desempeño de la digitalización, solventando las diferencias entre Estados Unidos, China o Europa, de la misma manera que existen en el comercio internacional. El exdirectivo se queda pensativo y tercia: "Es un tema muy complejo y muy amplio". 

"Necesitamos una mejor gobernanza del espacio digital, incluido el ciberespacio, y esto es extremadamente difícil, incluso más que los problemas que tuvimos que enfrentar anteriormente", afirma. 

Lamy explica que la digitalización es algo transversal, que afecta a todas las áreas y sectores, y que, en este sentido, tiene profundas implicaciones económicas, sociales e industriales. Según recuerda, la proliferación de la tecnología ha transformado hasta las guerras, introduciendo conceptos como la ciberguerra. Y, "por si esto no fuese suficiente", añade, a esto hay que sumar los conflictos que están sucediendo en la actualidad, entre ellos, la guerra en Ucrania o el conflicto en Oriente Medio. "Así, tenemos un problema muy complejo en un marco muy poco adecuado", resume. 

No obstante, esto no implica que no haya solución posible, insiste, sino que esta va de la mano por apostar por una mayor convergencia entre los actores de esta industria, como Estados Unidos, Europa, China y la India. "Sabemos que esta concurrencia no será igual que la que tuvimos años atrás en temas como el nuclear, el armamentístico o la regulación de la aviación, pero hay que centrarse en organizar una coexistencia entre los diferentes sistemas", desarrolla. 

En esta confluencia, explica, no solo tienen que participar actores estatales, sino que también se debe involucrar a otros "no estatales" que participan de este ecosistema, por ejemplo, las grandes empresas tecnológicas que rigen esta industria.

Europa tiene que "ponerse las pilas"

En este contexto, Europa ha cogido la delantera en lo que a regulación del sector se refiere, con normativas tan relevantes como la Ley de Mercados Digitales, la Ley de Servicios Digitales, la Ley de datos o el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial, algunos de los cuales ya han entrado en vigor y otros están en trámites de estarlo. En este proceso regulatorio, la UE ha sido altamente criticada por un sector de la industria digital que piensa que estas normas ralentizarán la innovación o la paralizarán por completo, provocando que el territorio comunitario se descuelgue de Estados Unidos o China. 

"Es la gran pregunta para los europeos: ¿cómo conseguimos el equilibrio adecuado entre innovación y regulación?", se plantea Lamy. 

El exdirector de la OMC explica que, en su opinión, Estados Unidos no está regulando lo suficiente porque, a nivel general, está apostando más por el despliegue de la innovación que por el tratamiento de los riesgos asociados en aspectos como la inteligencia artificial. Mientras, cree que Europa está avanzando en el sentido contrario, apostando más por la regulación que por la disrupción, una situación con la que, advierte, hay que tener cuidado. "Tenemos que dejar el espacio suficiente para que nuestro sistema sanitario, económico y educacional se beneficie de estas tecnologías", precisa. 

En sus propias palabras, el único lugar en el que se ha producido ese equilibrio entre regulación e innovación es China. Sin embargo, reconoce que esta no es la situación ideal, ya que la disrupción se encuentra en manos del estado, quien se encarga de subvencionarla. "Este no es un sistema que pudiésemos adoptar en Europa, ya que somos democracias", apunta. 

Lamy explica que el objetivo es mezclar, por un lado, los valores democráticos que reinan en Europa, así como los derechos humanos y la protección de las libertades individuales, y por otro, un sistema que permita "mantener la innovación en movimiento". "Los europeos tenemos que ponernos las pilas en este ámbito para no quedarnos rezagados con respecto a Estados Unidos o China e incluso India", afirma.  

Sostenibilidad y digitalización

El exdirector de la OMC explica que en la actualidad los países a nivel mundial tienen que hacer frente a dos grandes revoluciones, la digital y la climática. "Y en ambos casos existe una gran división entre las (regiones) del norte y los del sur", reconoce. 

Por un lado, en los retos relativos a la sostenibilidad porque los del Sur deben hacer ahora frente a los daños del calentamiento global y de las emisiones de carbono, algo que los del norte ya empezaron a abordar hace unos años. Por otro, en el tecnológico, hay una "enorme brecha" entre Estados Unidos, China y Europa frente al resto. 

"Tenemos que ayudar a los países que se encuentran en vías de desarrollo a crear las capacidades necesarias para adaptarse a los retos", insiste. 

En este sentido, Lamy distingue dos retos a futuro: sostenibilidad y digitalización. "He estado involucrado en cuestiones internacionales durante 35 o 40 años y ahora son mucho más difíciles debido a la polarización que existe en la actualidad", reconoce. "Creo que podemos abordarlos, pero tendremos que mejorar nuestro sistema de gobernanza mundial".